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“Navidad en libertad” el clamor de 1,400 presos políticos en Cuba, Nicaragua y Venezuela
La navidad suele ser un tiempo de reunión familiar, celebraciones religiosas, obsequios, festejos y fraternidad. Esta alegría les ha sido guillotinada a 1,400 presos políticos de las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
La tiranía de la Habana tiene cautivos ilegalmente a 1,062 personas. De acuerdo con el organismo Prisoners Defenders, la infame lista incluye a 121 mujeres y 34 niños. Un modelo criminal, implantado por Fidel Castro y recrudecido por su hermano Raúl.
La pena de muerte. Desde el año pasado Cuba tiene un nuevo Código Penal que ratifica y refuerza la Pena de Capital como mecanismo de castigo. Sumado a esto, el régimen ha despachado a otros reclusos vía tortura y suspensión de medicamentos.
Ciberespionaje. En Cuba existe un enfermizo control del internet y las redes sociales. Los ciudadanos que decidan expresar libremente sus opiniones son acusados por traición, sedición o difusión de propaganda enemiga. Es decir, cárcel.
Nicaragua y su estado policial. Daniel Ortega tiene en sus mazmorras a más de 100 personas secuestradas y ha desterrado a otras 222. El dictador persigue a sacerdotes, poetas, bandas de rock, sandinistas y hasta organizadoras de concursos de belleza.
Persecución religiosa. Los sandinistas han cometido 740 ataques contra la libertad religiosa y han encarcelado al Obispo Isidoro Mora y a Monseñor Rolando Álvarez, quien cumplió este mes 500 días tras las rejas. La práctica de la fe se castiga con detención o destierro.
En Venezuela más de 300 civiles y militares están en penitenciarías oficiales y clandestinas. El régimen chavista y sus asesores cubanos han perfeccionado el arte de la tortura y los tratos humillantes y crueles.
Monedas de cambio. Venezuela encarcela a nacionales y estadounidenses. Son una moneda de cambio para aliviar sanciones y canjear a chavistas acusados de narcotráfico y crimen organizado. Un método execrable pero exitoso.
Violación de las Leyes Mandela. Las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela violentan las garantías esenciales de los presos políticos. En muchos casos los prisioneros no tienen derecho a visitas, no reciben medicamentos, horas sol, material de lectura o escritura.
Que no liberen a 21, que los liberen a todos. Los últimos acontecimientos políticos y negociaciones internacionales ratifican que en Cuba, Nicaragua y Venezuela no existe justicia ni mucho menos ley. Los 1,400 presos políticos deben ser liberados de forma incondicional e inmediata.
El destierro no es libertad. Criminales como Daniel Ortega han desterrado a 222 presos políticos y a 12 sacerdotes valientes. Venezuela ha exiliado a casi 8 millones de personas y Cuba lleva 64 años, reprimiendo, exiliando y tranzando migrantes por remesas.
Nicaragüenses, venezolanos y cubanos, en el exilio o en la cárcel, no podemos tener una feliz navidad mientras las dictaduras sigan separando familias y encarcelado centenares de personas solo por el hecho de pensar diferente. Todos son inocentes y todos merecen ser libres de forma incondicional e inmediata. Ojalá ese día llegue pronto.
*El autor es periodista exiliado, exembajador de Nicaragua en la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega (FK).