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No al recorte de operaciones en AICM
El gobierno de México está comprometiendo peligrosamente el futuro de las industrias aérea y turística del país, ambas con enorme importancia para la economía nacional.
Al reducir, el número de operaciones aéreas de 52 a 43 por hora se afectará a los pasajeros, a los trabajadores de la industria y a la atracción de nuevas inversiones que dependen de la certeza jurídica y de la conectividad aérea adecuada.
Para tener una idea aproximada del riesgo que representa el cambio súbito de las reglas del juego para las aerolíneas hay que considerar que en el año 2021, el transporte aéreo generó 1.3 millones de puestos de trabajo y contribuyó con 46 mil 800 millones de dólares al Producto Interno Bruto (PIB) del país. Se afecta al principal hub de aviación de México, a 2 mil 220 vuelos y 220 mil pasajeros que son transportados diariamente por el AICM.
El AICM es el mayor mercado aerocomercial de América Latina con cerca de 60 millones de pasajeros transportados en el primer semestre de 2023, 62 aerolíneas operando en el país y más de 350 rutas conectando a México con el mundo.
El recorte en el número de “slots” se está realizando de manera unilateral, sin consultar a las aerolíneas y sin tomar en cuenta la opinión técnica y operacional de los expertos y estándares internacionales.
Es cuestionable la metodología utilizada por Seneam, AFAC y AICM para determinar la capacidad del aeropuerto.Las advertencias y señalamientos son de algunos de los más importantes protagonistas de la industria aérea y turística, quienes piden al gobierno que invalide la entrada en vigor a partir del próximo 31 de octubre y se posponga para la misma fecha pero del año 2024.
La Cámara de Aerotransporte, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), el Colegio de Pilotos Aviadores de México, el (Consejo Nacional de Empresas Turísticas (CNET) y Aeroméxico, prácticamente a coro, expresaron su inconformidad por la resolución gubernamental.
Proponen un análisis exhaustivo de la saturación del AICM que con una perspectiva independiente a la del gobierno y el análisis de expertos realice un diagnóstico objetivo que permita tomar las medidas correspondientes.
Las reacciones se produjeron una vez que se publicó ayer en el Diario Oficial de la Federación la resolución de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) que encabeza Jorge Nuño y la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), que dirige el general Miguel Enrique Vallin Osuna, de reducir el número de operaciones aéreas en el AICM bajo el argumento de que registra una saturación riesgosa.
Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas puso en duda la metodología utilizada por AFAC, Seneam y AICM para determinar la capacidad del aeropuerto y señaló que la resolución se desvía de las prácticas internacionales y de industria que establecen que los cambios de capacidad deben hacerse a través de procesos colaborativos entre todos los interesados, para garantizar la transparencia, previsibilidad y certidumbre.
El ejecutivo recuerda que este nuevo recorte en las operaciones del AICM se produce luego de la reducción de capacidad (de 61 a 52 operaciones por hora) realizada en 2022, que fue justificada por el gobierno aduciendo limitaciones del espacio aéreo.
Esto contradice el estudio realizado en 2018 por el mismo gobierno, el cual confirmó la viabilidad de operar de manera segura un máximo de 72 operaciones por hora.
Incluso la reducción del año pasado obligó a todas las aerolíneas de carga a dejar de operar en el AICM para facilitar el inicio de unas obras de mejora de la terminal, sin embargo, hasta el momento dichos trabajos no se han llevado a cabo.
El problema principal en el AICM no es la capacidad de operaciones sino la antigüedad y el deterioro de la infraestructura que requiere intervención inmediata para modernizar la terminales 1 y 2, comentó Cerdá. La reducción de operaciones aéreas genera un clima de tensión innecesario que se suma a la afectación por la degradación a la categoría 2 en seguridad, desde hace 28 meses.
El posicionamiento de los principales protagonistas del sector aéreo deja claro que la reducción de operaciones aéreas, tiene como verdadero objetivo, apuntalar al desolado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
Se trata de cumplir con una instrucción presidencial a pesar de los efectos negativos en la economía, en la aviación, el turismo y los pasajeros. Al tiempo.
