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No olvidemos al sector cultural
El sector cultural en México y en el mundo está en uno de sus momentos más críticos. Un nuevo informe actualizado de la Unesco revela una caída inédita en los empleos y en los ingresos de este sector que involucra la creatividad en 750 mil millones de dólares.
Según el documento "Re-Pensar las políticas para la creatividad. Plantear la cultura como un bien público global”, la cultura y la creatividad representan 3.1% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y 6.2% del total del empleo.
En México el PIB cultural fue de 2.9%, con un monto de 640 mil 687 millones de pesos. En 2020 el sector de la cultura tuvo una caída de 9.4%, incluso mayor al del total de la economía que se contrajo 7.9% el mismo año.
Es paradójico porque el conocimiento, la creatividad y la innovación son las materias primas que más generan riqueza en una Sociedad de la Información.
Los sectores culturales y creativos se encuentran entre los más afectados por la pandemia. En 2020 se perdieron más de 10 millones de puestos de trabajo a nivel mundial. En México el número total de empleos disminuyó 12.4% en 2020.
En nuestro país las áreas del sector cultural que más sufrieron fueron las artes escénicas y espectáculos con 43.1%; música y conciertos (27.1%); libros, impresiones y prensa (24.5%); artesanías (19.2%) y artes visuales y plásticas (17.4%).
Es decir, se trata de actividades que requieren una actividad e interacción presencial y el acompañamiento de públicos en recintos o librerías, lo que más afectó la pandemia.
Cabe destacar que los medios audiovisuales como Internet, cine y videojuegos son el rubro que más aporta al PIB cultural de México con 37.8%. Salvo el cine cuya producción y asistencia a salas de proyección se vio seriamente afectada, Internet y las plataformas de streaming han experimentado un momento estelar durante la pandemia.
Es indudable que las actividades en línea están creciendo exponencialmente. El 62.1% del total de ingresos de la música procedió del streaming en 2020. En 2016 se escuchaban 38 mil 052 horas de música en Spotify; en 2021 creció hasta 196 mil 917 horas.
Lo mismo se puede decir del audiovisual: 69 mil 444 horas de visionado en 2016 versus 584 mil 222 horas en 2021.
En 2019, en el momento más acuciante del coronavirus, por primera vez la Organización Mundial de la Salud realizó un estudio sobre los vínculos entre el arte, la salud y el bienestar. Llamó a los gobiernos y autoridades a aplicar políticas que mejoren la colaboración entre los sectores sanitario y artístico.
El Informe reconoce el valor potencial de las artes para contribuir a promoción de la salud; prevenir la aparición de enfermedades mentales y el deterioro físico relacionado con la edad; apoyar el tratamiento o la gestión de las enfermedades mentales, las enfermedades no transmisibles y los trastornos neurológicos; y ayudar en la atención de enfermedades agudas y al final de la vida.
Sin embargo, durante el confinamiento ocurrieron cierres de recintos culturales y la cancelación de eventos; se dificultó o se detuvo el trabajo de las profesiones culturales y creativas; se frenó la movilidad internacional y se lastimó el poder adquisitivo de los públicos que acudían a actividades culturales.
La Unesco reconoce que la Covid-19 aceleró la transformación digital de las industrias culturales y creativas y sus modelos de negocio en la creación, producción, distribución y acceso.
La Estrategia Digital Nacional no aborda los problemas, desafíos y necesidades específicos de los sectores culturales y creativos.
El sector cultural en México fue el primero y más visionario en tener una Agenda Digital, cuando todavía existía el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, antes de convertirse en la Secretaría de Cultura. Pero el Programa Sectorial de Cultura 2020-2024 de la Cuarta Transformación sólo le dedica cuatro párrafos a la Agenda Digital de Cultura (ADC).
Las recomendaciones de la Unesco son claras: diseñar hojas de ruta digitales nacionales que incluyan las actividades del sector cultural; incrementar el acceso a las tecnologías digitales y desarrollar competencias y habilidades digitales tanto en creadores como en públicos; concebir modelos de negocio que remuneren equitativamente a quienes crean en Internet e invertir en contenidos locales, y mejorar su descubrimiento en las plataformas digitales.
Twitter: @beltmondi