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“No tienen la mayoría calificada”
El aplastante triunfo electoral de Claudia Sheinbaum y Morena en todo el país ha provocado en ciertos sectores sociales, un temor sobre la posibilidad de que el nuevo gobierno quisiera hacer reformas constitucionales para expropiar las viviendas en renta a favor de los inquilinos o para acabar con la división de poderes.
En primer lugar, es necesario aclarar que no existe ninguna iniciativa para expropiar ninguna propiedad privada, si bien corre en las redes sociales un proyecto de Constitución de un grupo identificado con el Comunismo, este no tiene nada que ver con Morena o Claudia Sheinbaum, por lo que los temores son totalmente infundados.
En cuanto a la reforma al Poder Judicial, ésta no acabaría con la división de poderes como se dice, aun cuando el mecanismo para elegir a los ministros y jueces a través del voto directo corre el riesgo, de no ponerse ciertos candados y requisitos, que la intervención del partido mayoritario pueda dar como resultado un Poder Judicial controlado por el gobierno y su partido. La reforma del PJF es urgente, la justicia en México es muy desigual en contra de la gente más pobre, pero la reforma tiene que garantizar la total independencia del Poder Judicial de los otros poderes. Por otro lado, dejar el nombramiento de los ministros como está, permitiría a la próxima presidenta hacerse del control total de la SCJN.
La única buena noticia de la elección del 2 de junio para la oposición es que Morena no logró la mayoría calificada en el Senado. Es cierto que se quedó a sólo 2 senadores de lograrlo, pero lo cierto es que no la logró y para sacar adelante cualquier reforma constitucional tendrá que negociar y llegar a acuerdos con la oposición.
La elección fue un rotundo fracaso para el frente amplio opositor, el PRD perdió su registro, al PRI seguramente le hubiera ido mejor yendo solo y el PAN no logró un sólo voto adicional en la elección. El único partido de oposición que salió ganando fue MC y se convirtió en la tercera fuerza nacional.
En el frente opositor falló todo, fallaron los partidos, aunque los dirigentes van a ser senadores, falló la estrategia, nunca quedó claro qué se proponía o por qué había que votar por ellos y falló Xóchitl que, a pesar de su gran esfuerzo, no aportó, durante los realmente ocho meses de campaña, un solo punto a su favor. Lo realmente positivo de la elección fue el surgimiento de la Marea Rosa que involucró en las campañas a mucha gente que nunca había participado en ellas.
Si bien la elección ya pasó, la oposición tiene la responsabilidad de seguir juntos para evitar que el nuevo gobierno pueda llevar a cabo cambios constitucionales que afecten la división de poderes, al INE o al Inai. En el caso de los demás organismos autónomos hay que analizar uno por uno para ver cuáles son realmente necesarios y cuáles duplican, debilitan funciones y facultades del Ejecutivo.
Hay que dar un paso al frente, es un nuevo gobierno y hay que darle la oportunidad a Claudia Sheinbaum de asumir la Presidencia y convocar al diálogo como ha dicho. Claudia no es López Obrador y no tendrá nunca su liderazgo, por lo que para gobernar estará obligada a dialogar y trabajar junto con la oposición si quiere sacar adelante sus reformas.
Dejemos ya de promover la agenda del miedo, el país está en uno de los mejores momentos de su historia, el nuevo gobierno puede hacer un cambio que proyecte al país hacían un mejor futuro para todos, algo en lo que fracasó López Obrador.