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Nobel de economía: entender la inserción laboral de la mujer
Claudia Goldin es una académica sobresaliente de la Universidad de Harvard, que ha sido distinguida con el Premio Nobel de economía 2023. Aunque a la fecha hay 93 premiados, Goldin es apenas la tercera mujer y la primera que recibe la distinción en exclusiva. La antecedieron Elinor Ostrom, que compartió el premio con Oliver Williamson y Esther Duflo, que compartió con Abhijit Banerjee y Michael Kremer.
Goldin ha desarrollado una vasta trayectoria en la investigación, desde una perspectiva histórica y con base en el análisis de amplia evidencia estadística, de fenómenos relacionados con la desigualdad. Ha aplicado sus conocimientos al análisis del empleo, el ingreso y la discriminación. Su mayor reconocimiento se debe a diversos trabajos en los que ha explorado las razones de las diferencias salariales entre mujeres y hombres.
Goldin identifica un avance histórico en la participación laboral de la mujer en los EUA. No obstante, señala que persiste una brecha salarial en relación con los hombres, que se explica, fundamentalmente, por el impacto que la maternidad tiene en la incorporación y permanencia de la mujer en el mercado laboral.
El aumento en el nivel educativo y en la productividad de la mujer han ayudado a reducir la brecha. Sin embargo, existen ocupaciones en las que los salarios son no lineales respecto de las horas trabajadas. Se trata de actividades en las que hay un premio salarial significativo por la flexibilidad del trabajador para estar disponible en horarios extensos. En tales casos, existen posibilidades de sustitución limitada entre trabajadores, que producen la brecha de género. En ocupaciones relacionadas con el cuidado de la salud, la tecnología, la venta minorista, la banca o los bienes raíces, se ha desarrollado una flexibilidad menos costosa, es decir, una capacidad de sustitución entre empleados, que permite la aplicación de esquemas de pago más lineales que inciden en una discriminación de género menor. En estos casos, la ausencia laboral por situaciones como la maternidad tiene una incidencia menor en términos de brecha salarial. En los ámbitos corporativo, financiero o legal, prevalecen esquemas que premian la disponibilidad amplia y en horario precisos, y en ellos el precio a pagar por la maternidad es mayor. La propuesta de Goldin es útil, porque muestra que la brecha de género puede ser el resultado de decisiones individuales racionales, como la maternidad, que para la mujer podría implicar el abandona temporal del mercado laboral durante un tiempo. Goldin identifica que en términos de equidad de género, es más útil combatir la brecha salarial, que garantizar cuotas de género. Al final, serán pocas las mujeres que puedan acceder, por ejemplo, a una posición en un consejo de administración, si no se corrigen las diferencias salariales y de desarrollo profesional que resultan de la inflexibilidad laboral. La pandemia de Covid ha cambiado profundamente el mercado laboral y ahora se permite una mayor flexibilidad e incluso se estimula el trabajo a distancia. Estos cambios ampliarán el espectro de ocupaciones flexibles y deberían reducir la brecha de género relacionada con la maternidad. Para aquellos casos en que el empleo es inflexible, los mecanismos de soporte a la mujer, como los sistemas de guarderías que les garanticen la seguridad de sus hijos, pueden tener un impacto sustancial en la brecha de género.
Aunque el modelo de Goldin es robusto, no debemos confundirnos y suponer que las condiciones de la sociedad de los EUA son las que prevalecen en México. En aquella sociedad, el proceso histórico de inserción laboral de la mujer ocurrió en distintos momentos y bajo circunstancias diferentes. En un país en que se ejerce una violencia brutal contra la mujer, la brecha de género tiene que ver además con aspectos adicionales a la flexibilidad del mercado laboral que describe Goldin.
*Especialista en competencia económica y regulación. Socio Director de Ockham Economic Consulting.
@javiernunezmel