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Opinión

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Nuestros jóvenes merecen un modelo educativo de excelencia

La semilla de Plantel Azteca se sembró hace 22 años y este árbol ha dado grandes frutos: gente comprometida y destacada a nivel internacional

La apuesta es llevar esta revolución educativa a todo el país para transformar a México a través de un verdadero cambio cultural

La semana pasada tuve el privilegio de asistir a la ceremonia de cierre de cursos de Plantel Azteca, la institución donde se desarrolla y evoluciona el modelo educativo de Grupo Salinas que busca generar un verdadero cambio cultural a través de una educación de excelencia y con valores.

En Plantel Azteca sabemos que las ideas importan: las buenas ideas construyen porque son como semillas que dan frutos con el tiempo. Este proyecto es hoy un árbol frondoso y robusto. Su semilla se sembró hace 22 años y este árbol ha dado grandes frutos: gente comprometida y destacada a nivel internacional, como la alumna de Mario Molina, un consultor de clase mundial o un egresado que desarrolló todo un sistema operativo especializado en informática forense, entre muchos otros egresados sobresalientes.

Como árboles robustos, que en conjunto forman un bosque fabuloso, cada uno de nuestros 12,000 egresados esparcen las ideas que transforman comunidades enteras. Una gran proporción de nuestros graduados obtuvo becas para estudiar en las mejores universidades públicas y privadas del país y, posteriormente, maestrías y doctorados en muchas de las mejores universidades del mundo.

Siempre he pensado que la educación debe formar seres humanos en equilibrio, y en este sentido, año tras año, Plantel Azteca se supera a sí mismo, ubicándose entre las mejores escuelas de México, no sólo en lo académico, por su modelo educativo que privilegia el razonamiento sobre la memoria, sino por proyectos que buscan una formación integral como nuestros programas de robótica —reconocidos a nivel mundial—, computación, inglés, horticultura, la Orquesta Esperanza Azteca o el modelo de Naciones Unidas.

Nuestra apuesta es llevar esta revolución educativa a todo el país para transformar a México a través de un verdadero cambio cultural que se enfoque en aspectos como la cultura de la legalidad, la relación entre esfuerzo y riqueza, educación, familia y la urgente necesidad de fortalecer una cultura emprendedora para aumentar nuestro capital emprendedor.

Hemos llegado mucho más lejos de lo que imaginamos, pero nunca debemos conformarnos. Además de Plantel Azteca, hoy tenemos dos escuelas de talentos en Puebla y Guanajuato que están basadas en el mismo modelo. Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar nuestro plantel en León, donde quedé sorprendido por el gran avance que ha logrado la Escuela de Talentos Guanajuato en dos años.

El éxito que vemos en Guanajuato y Puebla es fruto de la colaboración entre empresas, sociedad y gobierno. Estos proyectos requieren de la coordinación de muchas personas y organizaciones para convertir un sueño en realidad. Porque Plantel Azteca surgió de un sueño: dar la oportunidad de una educación de excelencia a jóvenes sobresalientes con grandes deseos de aprender y superarse.

Plantel Azteca nos enseña que todo es posible. Me considero un optimista racional: creo que juntos —empresas, sociedad y gobierno— podemos darle a cientos de miles de jóvenes la oportunidad de prepararse para ser parte activa de la evolución de México. Queremos al menos un Plantel Azteca en cada estado de la República.

En mi opinión, una vida exitosa consiste en esforzarse para crear lo que nos gusta y nunca tener miedo. Ésta es la visión que hemos hecho realidad en Plantel Azteca: nuestra juventud merece un mejor modelo educativo que le permita alcanzar todos sus sueños, sólo así México accederá al nivel de desarrollo que tanto anhelamos.

*El autor es presidente y fundador de Grupo Salinas.

El autor es presidente y fundador de Grupo Salinas

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