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Opinión

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Nunca te endeudes para invertir

Durante muchos años he visto cómo personas toman créditos para invertir ese dinero buscando ganancias. Casi nunca termina bien.

Hay varias razones para ello. Para empezar, una deuda implica adquirir un compromiso con alguien más. Una obligación de pago que es independiente al desempeño de la inversión que pensemos hacer.

En otras palabras, si nuestra inversión no da los resultados esperados, de todas maneras tenemos que pagar el crédito.

Pero además, cuando la gente se endeuda para invertir, espera obtener una ganancia. Es decir, su objetivo es lograr una inversión cuyo rendimiento sea mayor al costo del crédito y que además le brinde el flujo de efectivo necesario para poder hacer los pagos requeridos del mismo sin problema.

Eso es extremadamente difícil de lograr. No sólo porque en México las tasas de interés de casi todos los créditos son muy elevadas (aún los hipotecarios) y mayor al rendimiento esperado de cualquier tipo de inversión.

En México todavía muchas personas tienen miedo a invertir en Bolsa, por el crack bursátil de 1987 que afectó a muchísimas familias. Lo que pasó es que en esos tiempos el mercado estaba dando rendimientos espectaculares. El precio de las acciones estaba subiendo como la espuma y eso atrajo a mucha gente. Hubo personas que, sin tomar en cuenta los riesgos, hipotecaron sus casas para “duplicar” su dinero en pocos meses.

Cuando la burbuja explotó, la caída en el valor de las acciones fue espectacular. Mucha gente tuvo que vender y no sólo perdió dinero: tenían que pagar esos créditos. Hubo quien perdió su casa, su negocio, todo.

Frecuentemente veo en plataformas de crowdfunding a personas que quieren un préstamo a tasas mayores a 20% anual, para invertirlo en acciones o en criptomonedas. O para hacer trading. Todas actividades de alto riesgo y con una elevada probabilidad de fallar (al leer las descripciones no da la impresión de que sepan en qué se están metiendo). Suelen ser personas que van pensando que esa es una manera de hacer dinero fácil cuando en realidad es extremadamente difícil.

Algo que también veo con frecuencia en México es la cantidad de personas que quieren empezar su negocio sin capital inicial (no tienen un sólo peso ahorrado y por lo mismo, ningún colchón para emergencias o imprevistos). Lo hacen a través de disposiciones en efectivo de su tarjeta de crédito, que como todos sabemos es una de las deudas más caras que existen.

Pero cualquier emprendimiento es una actividad de alto riesgo, y es una inversión a largo plazo. Porque los negocios tienen que madurar. Suele tomar meses o años llevarlos a un punto de equilibrio y que empiecen a generar utilidades. Además, muchas veces demandan capital adicional. En cambio, una tarjeta de crédito es una deuda a corto plazo. Quien hace esto por lo general no tiene un plan de negocios. No ha hecho un estudio de mercado ni una proyección financiera. Eso eleva muchísimo la probabilidad de fracaso. Ahora bien, es importante aclarar que hay maneras inteligentes de utilizar el crédito para hacer crecer una empresa o nuestro patrimonio. Pero hay que hacerlo con inteligencia y siempre con un previo análisis financiero, de flujo de efectivo (con distintos escenarios) y de costo. Eso es lo único que nos podrá ayudar a tomar una decisión inteligente.

Si no lo has hecho, nunca te endeudes para invertir con la esperanza de obtener una ganancia. Sé consciente de los riesgos y del compromiso que estás adquiriendo. ¿Estás dispuesto a quedarte con la deuda si las cosas no te salen bien?

contacto@planeatusfinanzas.com

Ejecutivo de alto nivel en seguros y reaseguro con visión estratégica de negocio, alta capacidad de liderazgo, negociación y gerencia. Además es columnista de Finanzas Personales en El Economista, Coach en Finanzas Personales y creador de la página planeatusfinanzas.com

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