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OTAN, una alianza clave para la paz mundial
¿Cómo es posible decir que una alianza política y militar es un factor crítico para alcanzar la paz mundial? Desde que terminó la Segunda Guerra Mundial esta alianza entre países de América del Norte (menos México) y Europa ha logrado proyectar una fuerza disuasiva que permitió a Europa transitar por la Guerra Fría sin un enfrentamiento directo entre la Unión Soviética y los países miembros de la OTAN. Hoy en día, sirve para contener las agresiones de la Rusia de Vladimir Putin, presidente de ese país desde 2012.
Es importante recalcar que mientras el enfoque de la OTAN es en temas de defensa militar, son los líderes civiles de cada país - elegidos democráticamente - quienes participan en la toma de decisiones. En otras palabras, no es una organización manejada por militares.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se creó en 1949 con 12 miembros iniciales (en orden alfabético, Bélgica, Canadá, Dinamarca, EUA, Francia, Gran Bretaña, Islandia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal) como un mecanismo de coordinación política entre países afines y bajo un acuerdo clave de que si uno de los países llega a sufrir un ataque militar, los otros miembros de la OTAN se sumarán a su defensa.
En su momento, la OTAN se creó con la Unión Soviética en mente y hoy en día se ha expandido en gran medida gracias a las acciones bélicas de Rusia que incluyen una invasión de Georgia en 2008, la toma de Crimea - aún reconocida como parte de la nación de Ucrania - y luego con la invasión masiva de Ucrania en febrero de 2022. Países que no habían formado parte de la alianza, como Finlandia (2023) y Suecia (marzo 2024) tomaron la decisión de sumarse justamente para consolidar su defensa y prevenir un ataque potencial de Rusia en el futuro.
Sin duda estoy aquí plasmando la visión de los países de la OTAN, porque Putin ve las cosas de forma muy diferente. Según él, Rusia es la víctima. Como presidente de Rusia, él considera que se ha visto forzado a tomar acciones como invadir Ucrania a raíz de la expansión de la OTAN, lo cual ponía en peligro la soberanía y seguridad de su país. Es un “double speak” digno de George Orwell. Cabe recalcar que en más de setenta años, ningún país de la OTAN ha invadido a Rusia. Claramente ha sido Rusia el agresor que ha atacado sin provocación a un país soberano y que hasta la fecha mantiene una ofensiva contra Ucrania sin pudor. Una clara muestra de ello fue el bombardeo de un hospital de niños en Kiev el 8 de julio.
Esta semana los aliados hablarán del futuro de la OTAN, que estará bajo el nuevo liderazgo del exprimer ministro de holandes, Mark Rutte, a partir del 2 de octubre cuando termina la gestión de Jens Stoltenberg, un político noruego que lleva diez años en el puesto con un admirable desempeño en momentos muy tensos.
Las fechas de la cumbre serán penosamente incómodas para Estados Unidos, o mejor dicho para la Casa Blanca de Joe Biden, dado que el Partido Demócrata está en medio de un debate interno respecto a si Biden debería dimitir y dejar paso a una nueva generación de liderazgos para competir a ventaja contra Trump en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. La cocina política está que arde.
Dentro de este entorno, se discutirá cómo los países europeos pueden hacer más para garantizar la defensa de su región. El Partido Republicano no sólo ha cuestionado el financiamiento del apoyo militar a Ucrania, sino a la utilidad de la OTAN; Trump ha sugerido que sería mejor que EUA saliera de la alianza, una ocurrencia peligrosísima que seguramente agrada a Putin.
Algunos políticos en EUA consideran que los países de Europa deberían aportar más de sus presupuestos públicos - 2% del PIB al menos - a la defensa. Hoy en día es un hecho que más de dos tercios de los miembros sí lo hacen, impulsados precisamente por los riesgos políticos en EUA (llámese una posible segunda presidencia de Trump) y la amenaza militar de Rusia.
Los resultados de las elecciones legislativas en Francia dan algo de aliento dado que la izquierda ganadora sí apoya la asistencia a Ucrania, pero la pérdida de poder del presidente Emmanuel Macron debilita a este país frente a sus pares europeos, dejando más preguntas que respuestas respecto a la defensa coordinada de la región.
En mi opinión, la OTAN ha sido una de las alianzas militares más exitosas de la historia, justamente porque los miembros eficazmente comparten ideas e inteligencia y buscan evitar un enfrentamiento militar bajo un enfoque en la defensa preventiva. Su expansión genera nuevos retos de coordinación que demandan a la alianza ser flexible y a la vez mantener la unidad. La paz en Europa, que ha durado casi ochenta años, es sinónimo de éxito para la OTAN.
*Amy Glover Drake, miembro de la Junta Directiva de COMEXI