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Opinión

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Pandemia, disrupción, inflación, ¿y guerra? Commodities on fire

Los consumidores no serán capaces de responder ante las crecidas de precios y entre materias primas y energía en las nubes y precios rechazados por el consumidor estará la industria agro alimentaria que tiene en puerta una secuencia más allá de complicada

Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Digamos que un día más en el paraíso si me permites el sarcasmo. Honestamente no sé por dónde arrancar para contextualizar los tiempos presentes.

En esencia hace dos años el mundo cambió con la situación pandémica. Si haces memoria, fueron los tiempos en los que nos marcaron el resguardo y fuimos forzados a la actividad en remoto. Sin más oportunidad nos fuimos al encierro y la dinámica de vida cambió; la derivada de ello es algo que seguimos sintiendo con la ruptura de la cadena de abasto en el mundo.

Los países más poderosos arrancaron un sistema de inyección de liquidez para que las economías en pausa no detuvieran la capacidad de ingreso de sus ciudadanos y se activó la inyección de liquidez más grande que se ha visto.

La movilización económica es notoria, y lo que fue un estímulo al bolsillo derivó en una recuperación impresionante que daría por consecuencia un espacio híbrido entre pandemia y recuperación.

No hay fecha que no llegue ni factura que no se cobre, y la inyección de liquidez tiene un precio. De momento el anticipo esta alineado con una presión inflacionaria que atenta contra la capacidad de pago del ciudadano convirtiéndose en un pseudo impuesto oneroso. Las economías laxas tienen que cambiar el rumbo y extirpar el exceso de liquidez, y empezar a pagar la factura. Ello se debe hacer de manera más tenue y sutil posible, de lo contrario, si se pasan las vueltas de la rosca, la economía podría estancarse y la inflación quedarse presente.

Hasta aquí llego con lo que es conducente de razón, porque encima de todo, tras ir saliendo de la pandemia, seguido del entorpecimiento de la cadena de abasto, y la inflación, llega una guerra, y a partir de ahí no hay más razón.

Nadie con vida había vivido una consecución de eventos como los que he descrito en un espacio de dos años, y la historia está en proceso porque las demandas que exige Rusia, se ven difíciles de aceptar por parte del gobierno de Kiev.

Entramos en materia si me permites. Honestamente la acción de precios lo dice todo. Los mercados están operando posiciones de riesgo, no están operando el subyacente.

¿A que me refiero? Si miras los precios del maíz, el trigo o la soya en Chicago, la escalada reciente nos ha separado por completo del valor del producto. En estos momentos dada la incertidumbre en el Mar Negro, los operadores no quieren tener exposición y en muchos casos han tenido que operar liquidando posiciones en un mercado arrinconado.

Por días hemos visto precios de trigo subir al “limite” de fluctuación permitido por la Bolsa de Chicago y eso es un tema muy toxico, el mercado abre y de inmediato se pega al límite superior bloqueando operación y no permitiendo que se desfogue la necesidad de quien está vendido y necesita neutralizar los riesgos.

En efecto, de momento el exportador de trigo más grande del mundo ha sido marginado de operación en varios frentes. Rusia entre sanciones, bloqueos, o riesgo de navegación ha sido desconectada del mercado y Ucrania está marginada del mercado exportador con una secuela de daños incalculables a su infraestructura portuaria.

La disrupción en el Mar Negro es seria y real, y mientras el presente conflicto tarde en resolverse, las repercusiones se acumularán algorítmicamente. El ciclo de siembra ya está aquí, el agricultor ucraniano no podrá sembrar en medio de balas.

Los ucranianos deben tener aun un saldo exportable de maíz cercano a los 16 millones de toneladas que son criticas para entregar en Europa, China y el norte de África. Ucrania participa del mercado de trigo, pero más importante es el girasol, siendo el principal exportador de aceite de girasol del mundo.

Hablar de pandemia es fácil en comparación al entuerto actual, adelantar vísperas es complicado y esto lo adherimos a un ciclo sudamericano altamente estresado por mal clima, las cosas no están para ser pacientes y menos tolerantes, los precios agrícolas son prohibitivos y la demanda esta desacomodada, se vienen tiempos difíciles.

Los consumidores no serán capaces de responder ante las crecidas de precios y entre materias primas y energía en las nubes y precios rechazados por el consumidor estará la industria agro alimentaria que tiene en puerta una secuencia más allá de complicada.

Lo presente no ayuda y la ayuda no está en camino, si en el pasado hemos hablado de volatilidad y la administración de esta, estos son los tiempos en los que, sin esa práctica, no tendrás como defenderte.

De momento valor y precio en discordia, y el mundo arrebatado en medio de miedo y rencor. Se suponía que el 2022 era el año de recuperación. Ofrezco una disculpa por lo sombrío del caso, pero las cosas como son.

aochoa@rjobrien.com

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