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Panorama económico global 2024
El 2023 será recordado por los fallidos pronósticos de recesión y por los importantes avances en el combate a la inflación.
Asimismo, el 2023 también será recordado como el año en el que la Fed concluyó su ciclo restrictivo más agresivo de los últimos 40 años (la Fed incrementó la tasa de fondeo en tres cuartos de punto porcentual para ubicarla en un rango de 5.25% - 5.50%) y por el fuerte e inesperado desempeño positivo de los mercados accionarios, especialmente el de las siete empresas de tecnología más grandes en el planeta (Apple, Nvidia, Microsoft, Meta, Google, Tesla, y Broadcom) que impulsaron a los principales índices hasta niveles muy cercanos a los máximos históricos registrados a finales del 2021.
En este contexto, el 2023 terminó con un crecimiento económico considerablemente mejor al esperado y con la expectativa de que la economía global podrá alcanzar un aterrizaje suave en el 2024.
De acuerdo con los estimados más recientes, la economía global debería concluir el 2023 con un crecimiento muy cercano a 2.7%, lo cual representa una desaceleración con respecto al 3.1% observado en el 2022, pero un crecimiento considerablemente superior a la expectativa de 1.7% que se tenían al inicio del 2023.
Esta sorpresa positiva en el crecimiento fue principalmente atribuible a desempeño mucho mejor al esperado en la economía de Estados Unidos que podría cerrar el 2023 con un crecimiento de 2.5% (comparado con una expectativa al inicio de año de apenas 0.4 por ciento).
Aunque la sorpresa positiva en Estados Unidos fue la más importante, la inmensa mayoría de los países superaron sus expectativas de crecimiento de inicio de año con holgura. A pesar de que los especialistas erraron considerablemente en sus pronósticos de crecimiento, en donde si atinaron fue en sus vaticinios de una disminución muy considerable en los niveles de inflación.
Aunque la inflación todavía no llega a las metas de los principales bancos centrales, los niveles de inflación general y subyacente disminuyeron más de lo esperado y la expectativa de los especialistas es que la trayectoria descendente podría continuar en el 2024, con la mayoría de las economías acercándose a las metas inflacionarias de sus respectivos bancos centrales, lo cual permitiría reducciones importantes en las tasas de interés de referencia en la segunda mitad del año.
Aunque hay mucho debate sobre si la disminución en la inflación es principalmente atribuible a una política monetaria restrictiva o a la digestión gradual de los choques de oferta generados por la pandemia y por el conflicto armado en Ucrania y los estímulos fiscales y monetarios del 2020-21, el hecho es que la inflación ha disminuido considerablemente sin la necesidad de una recesión.
En este entorno, los especialistas esperan una desaceleración, más no una recesión, para el 2024, con un estimado de crecimiento de 2.1% (vs 2.7% esperado para el 2023). Dicha desaceleración está principalmente relacionada a un estimado de menor dinamismo las tres economías más grandes del mundo: Estados Unidos, China y Japón.
En el caso de Estados Unidos, el consenso de expectativas espera una desaceleración de 2.4% en el 2023 a 1.0% en el 2024. Mientras que en China la expectativa de desaceleración es de 5.2% en el 2023 a 4.5% este año. En el caso de Japón, el consenso espera un crecimiento de 1.0% en el 2024 después de una sorpresa positiva de 1.9% en el 2023.
Sin duda, el 2024 empieza con menos elementos de incertidumbre económica que los últimos tres años. La pregunta más importante que se hacen los especialistas es si la última milla en el combate a la inflación se puede alcanzar sin una desaceleración más profunda.
La respuesta del consenso de especialistas parece ser un “sí” rotundo. Sin embargo, los riesgos geopolíticos han marcado un repunte importante que no debemos perder de vista.