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Opinión

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¿Para qué sirven las encuestas?

Lo primero que hay que decir es que las encuestas no son un pronóstico de los resultados de la elección, sino sólo una fotografía de un momento determinado. Lo segundo es que hay encuestas reales y encuestas balines pagadas por un partido o un candidato. Lo tercero es que las encuestas son muy útiles para los candidatos y lo cuarto es que pueden influir en la intención de voto del electorado.

Las encuestas le sirven a un candidato para ver en qué posición se encuentra, qué opina la gente de él y de su competidor y qué compromisos espera el electorado para decidir su voto.

Todos los candidatos rechazan aquellas encuestas en donde están abajo, aunque saben que en muchos casos los resultados son reales. En parte tienen razón porque hay muchas encuestas balines pagadas por los partidos, pero hay muchas encuestas serias que más vale tomar en cuenta para elaborar la estrategia de campaña. Es frecuente que los asesores o estrategas de la campaña rechacen las encuestas si son desfavorables, ya que reflejan una estrategia equivocada y fallida.

La elección presidencial de 2 de junio no está decidida todavía, a pesar de la diferencia de entre 15 y 25 puntos, pero es muy preocupante que Xóchitl no haya logrado reducir esa diferencia, por otro lado es también muy preocupante el nivel de opiniones negativas que tiene, igual o mayor que las positivas. Pienso que su estrategia de confrontarse con el presidente ha sido equivocada y ha perdido cinco meses que hubieran sido muy valiosos para acercarse a Claudia.

Un 62% del electorado quiere que siga el actual gobierno porque les ha dado muchas cosas, la gente vota por el que ofrece, no por quien critica. La crítica puede afectar la votación de un candidato, pero eso no quiere decir que el que critique gane esos votos. La diferencia real entre Claudia y Xóchitl es realmente de la mitad, ya que si crece 10 puntos se daría un empate.

En mi experiencia es posible reducir una ventaja de 20 puntos en 3 meses, como candidato a jefe de Gobierno por el PAN en 2006, logré aumentar la votación del 8 al 25%, me negué a criticar a López Obrador por la fuerza que tenía ante el electorado de la ciudad y enfoqué mis baterías contra Marcelo Ebrard. No gané, pero mis votos fueron definitivos para que ganara Felipe Calderón.

Contra lo que se piensa, Claudia no es una mala candidata, derrotó en las primarias de Morena a Ebrard, Adán Augusto y Monreal. Es una política muy conocida, tiene cinco años haciendo campaña, está bien preparada, tiene gran experiencia y la gente la ve con buenos ojos. Es cierto que Xóchitl es mucho más carismática, pero ella tiene su estilo que es aceptado por la gente. Su punto flaco es la dependencia de López Obrador que probablemente no la deje nunca ser presidenta si gana.

El gran valor de Xóchitl Gálvez es su independencia y cercanía con la ciudadanía. Tiene que resaltar su independencia de los partidos y tiene que encontrar una propuesta que atraiga al electorado. De nada sirve un programa de gobierno, en la campaña, es mas efectiva una proclama como la de “Primero los pobres”. Probablemente Xóchitl no gane, pero sus votos pueden ser definitivos para que la oposición gane la mayoría en el Congreso y evite otros seis años de centralismo, autoritarismo y sobretodo, de la polarización política y social que ha promovido el presidente López Obrador.

Ciudadano interesado en las soluciones para el país y la Ciudad de México. Político mexicano, ha sido diputado federal (1988-1991), senador (2000-2006) y jefe delegacional de Miguel Hidalgo (2009-2012)

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