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Opinión

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Pase para gol en Norteamérica: la Ley de Reducción de Inflación

Estados Unidos tiene cerca de 276 millones de vehículos recorriendo sus calles. Pronto, esos automóviles dejarán de existir y serán sustituidos por vehículos eléctricos. ¡Imagínate tener una entrada preferencial para vender a ese mercado! El presidente Joe Biden firmó como ley una de las iniciativas más ambiciosas en la historia para combatir el cambio climático y hacer más accesible la salud pública: la Ley de Reducción de Inflación. Uno de los componentes de dicha ley, es un pase de gol para Norteamérica en el terreno de los vehículos eléctricos.

Esta iniciativa otorgará créditos fiscales, que en la práctica es una reducción del precio final, de hasta $7,500 dólares ($150,000 pesos aproximadamente) a los compradores de vehículos eléctricos producidos en Norteamérica. Para México y Canadá es una excelente noticia, pues la legislación estadounidense los reconoce explícitamente como socios estratégicos dentro de una política industrial doméstica. Sin embargo, para hacerlo realidad hay un largo camino por recorrer.

Para poder acceder al crédito fiscal, un porcentaje mínimo de la batería del vehículo debe ser construida en Norteamérica. En 2023, la mitad de los componentes deberán de proceder de Estados Unidos, México o Canadá; para 2029, deberá llegar al 100 por ciento.

Además, la batería también debe cubrir con un mínimo de minerales críticos norteamericanos para calificar dentro del crédito fiscal. Inicia también con un 50% de minerales críticos de la región para alcanzar un máximo del 80% de 2027 en adelante.

Esta legislación toma en cuenta algunos factores externos. Por un lado, tanto la batería como los metales críticos no podrán incluir componentes de “Entidades Extranjeras de Preocupación”; entre ellas China, Rusia, Corea del Norte e Irán. Por el otro, en un esfuerzo progresista, ningún individuo que gané más de $150,000 dólares anuales o $225,000 dólares como cabeza de familia podrá acceder a este tipo de facilidades fiscales. 

Haber incluido a Norteamérica como una parte fundamental en esta ley es sin duda un gran logro del sector privado mexicano y canadiense, así como de las autoridades competentes. Con esta medida, México y Canadá entran al terreno de juego y reciben un pase para gol; ahora solo falta tomar los pasos en la dirección correcta para hacerlo.

Particularmente, para que México siga compitiendo como un jugador clave en la producción de los bienes del futuro, tal como los vehículos eléctricos, se debe invertir en tecnología, innovación e infraestructura. Si México quiere cumplir con los requisitos que le dan entrada al enorme mercado americano, necesita actuar ipso facto.

La atracción de inversión extranjera y de expertos en la materia es fundamental. Para ello, México necesita reforzar el cumplimiento del Estado de Derecho, promover una agenda clara en energía y mejorar las condiciones de seguridad pública.

Tanto el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), como ahora la Ley de Reducción de Inflación, son claros pases para gol. México no debe perder de vista el balón para poder rematar a portería. En el pasado, México la ha tenido, ha sido suya y la ha dejado ir. Hoy, hay que rematar de chilena y apuntar una clara victoria para Norteamérica.

*El autor es director de Investigación y Políticas Públicas de la U.S.-Mexico Foundation.

Twitter: @PedroCasas

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