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Opinión

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Paul Davidson. In memoriam, 1930-2024

Consideración general

El 20 de junio de 2024 falleció Paul Davidson un memorable economista, representante de la heterodoxa escuela de economía postkeynesiana. Día triste sin duda. La muerte delimitando radicalmente a la vida. En “La dialéctica de la naturaleza” (1873-1883), Federico Engels expresó “todo lo que nace es digno de morir”. La palabra “digno” enaltece todo y hace que la vida humana en su efímera existencia sea más invencible que la muerte. Así lo expresó Gabriel García Márquez en su novela “El amor en los tiempos de la colera” (1985) cuya parte final de irresistible belleza literaria no podemos dejar de transcribir: "El capitán miró a Fermina Daza y vio en sus pestañas los primeros destellos de una escarcha invernal. Luego miró a Florentino Ariza, su dominio invencible, su amor impávido, y lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límite”. Hay que recordar que Gabo consideraba más importante “El amor en los tiempos del cólera” que la novela “Cien años de Soledad” (1967), por la cual la Academia Sueca le concedió el premio Nobel de literatura en 1982. Esta dualidad (vida/muerte) es motivo de seria reflexión religiosa. Así, en el Libro del Eclesiastés 6:1-12 se dice “Hay un mal (la muerte) que he visto bajo el sol y que afecta a todos. A algunos, Dios da abundancia, riquezas y honores y no les falta nada que pudieran desear” (es la posibilidad de vida grata).

Paul Davidson en su larga existencia, tuvo abundancia en la forma de una vivencia familiar plena, tuvo riquezas en la forma de creatividad intelectual incesante, no le faltaron honores, muchos doctorados honoris causa, y un reconocimiento mundial como economista de first class. Sólo el sesgo ideológico del comité Nobel de economía de la Academia Sueca contra los economistas postkeynesianos le impidió obtener el premio Nobel de economía. Paul en conformidad con su compromiso, con su filosofía de vida, no deseó ese galardón, pero le hubiera agradado obtenerlo. La muerte delimitadora de la vida es un proceso dialéctico. Baruch Spinoza (quien falleció a los 45 años) pensaba que así eran las cosas, en virtud de que todo tiene límites, la determinación de un objeto natural o social tiene una inexorable delimitación. Este filósofo holandés expresó esta dialéctica con su peculiar filosofía racionalista de corte cartesiano inventando para ello, el célebre aforismo: “Omnis Determinatio Negatio Est”. Para algunos filósofos, este aforismo es la piedra angular del edificio intelectual de la dialéctica. No es casualidad, que el aforismo de Spinoza sea eje de referencia del texto “Spinoza and German Idealism” de Eckart Föster y Yitzhak Melamed (2012). En lo particular, el capítulo 10 de este magnífico libro lleva por título el aforismo de Spinoza; capítulo que, podría formar un apéndice notable de la “Historia de la Filosofía de Hegel”.

Por otro lado, es muy recomendable la lectura de esta obra del filósofo alemán, editada por el Fondo de Cultura Económica (FCE) en tres volúmenes, simplemente porque en ella Hegel, es por esta ocasión inusualmente claro y nítido sin perder por ello profundidad. Como es muy conocido, la fama de Hegel es la de haber impuesto la tradición en Alemania de crear edificios especulativos grandiosos, presentados en lenguaje de una gran densidad y singular oscuridad, difícilmente sobrepasados por su altísimo nivel de abstracción filosófica. Sospecho que el enciclopédico, y fascinante trabajo de Marx “Historia critica de la teoría de la plusvalía” (1881-1883), también editado por el FCE en dos gruesos volúmenes se inspiró en Hegel. Lo anterior, confirma que el aforismo de Spinoza está en el origen de la dialéctica, que la desarrolló Hegel como un sólido corpus filosófico agrandado con la idea de la negación de la negación (situación que refleja la positividad del mundo a partir de su negación primaria). Hegel en este soberbio corpus redujo lo infinito a lo finito con su famosa expresión “Ohne Welt Gott ist nicht Gott” (Sin un mundo Dios no es Dios). Marx en el volumen I de “El Capital” (1867) y Engels en el capítulo XIII de “Anti-Dühring” (1877), que lleva por subtítulo “Dialectics: Negation of the Negation”, emplean la expresión “Omnis Determinatio Est Negatio” invirtiendo las dos últimas palabras de Spinoza.

La dialéctica vida y muerte, infinito y finito genera otro par dialéctico “el bien y el mal” que imprime su huella en el mundo. Al respecto, me interesa señalar, que, en el curso de la construcción de su filosofía dialéctica, Hegel rehabilitó genialmente a San Agustín cuando afirmó que “La nada es el mal que es necesario al ser para que el bien se manifieste y se afirme”, palabras muy similares a lo expresado en la noche de los tiempos por San Agustín quien señaló “El mal existe para que el bien brille intensamente” (San Agustín “Confesiones”, 397-398 d.C.). Bajo la influencia de Spinoza, Hegel, Marx y Engels, podemos expresar, en el contexto de una ciencia económica moral factible del siglo XXI, como la elaborada y creada por el querido Paul Davidson en el siglo XX lo siguiente: “El neoliberalismo (el mal social) existe, para que la teoría económica humanística potencialmente factible de aplicar, la de Paul Davidson y Keynes (el bien) brille intensamente, y al aplicarse consistentemente como política pública, tendrá el mayor bienestar social y económico, para el mayor número posible de individuos de la tierra”.

En este peculiar contexto, el fallecimiento de Paul Davidson es un triste acontecimiento que, ha desencadenado involuntariamente recuerdos personales (profesionales y humanos) muy queridos. Este ensayo es, por lo tanto, un obituario, un tributo personal a un gran economista, a un gran científico social. Por esta significativa razón, pospongo por una semana el ensayo destinado a la problemática financiera y productiva de Pemex que, constituirá la quinta parte del tema tratado en artículos precedentes.

El invencible arraigo de Paul Davidson a la economía de Keynes. Arraigo profundo de un economista, cuya obra es un monumento de lealtad insobornable a su maestro.

Las multitudinarias y avasallantes contribuciones de Paul Davidson integradas por 22 libros escritos y más de 200 artículos, giraron en torno al gran nombre de Keynes (a quien consideraba Paul el economista más significativo del siglo XX, y sin parangón en el primer cuarto del siglo XXI) y fundamentalmente a sus políticas económicas. El conocimiento enciclopédico legendario de Paul Davidson de Keynes y su obra —expresó el economista David Colander—, vertido en polémicas con amigos y enemigos, se expresaba frecuentemente cuando citaba el texto y la página de la obra de Keynes donde se hallaba el argumento pertinente en discusión. Verbigracia, Paul Davidson, le señaló a Paul Samuelson en un seminario, palabras de Keynes contenidas en el capítulo XVI de la “Teoría general de la ocupación, interés y el dinero” (1936) que, contradecían lo expresado por Samuelson en la conferencia que se alude.

La obra completa de Keynes intitulada “The Collected Writings”, editada por la Royal Economic Society, consta de 28 volúmenes, lo que hace admirable la memoria prodigiosa de Davidson. ¿Por qué consideraba Davidson a Keynes el economista de economistas, como lo señaló en su espléndida biografía del autor del Tratado del dinero (Paul Davidson “John Maynard Keynes”, Palgrave Macmillan´s new series “Great Thinkers in Economics”, 2007)? La respuesta es muy sencilla y profunda. En su obra “Financial Markets, Money and the Real World” (2002), nuestro autor reveló unos datos económicos espectaculares, que confirman que, el periodo más grande y significativo de crecimiento económico experimentado por la humanidad en toda la historia del capitalismo, corresponde al periodo 1950-1973; periodo cumbre de la aplicación de las políticas económicas keynesianas. En palabras de Paul Davidson: “Por casi un cuarto de siglo después de la segunda guerra mundial, los gobernantes activamente instrumentaron los tipos de políticas económicas que, Keynes invocó en los 1930´s y 1940´s. El resultado fue que el crecimiento económico per-cápita del mundo capitalista, experimentó una tasa de variación positiva que, nunca había sido alcanzada en el pasado o jamás igualada desde entonces.

Irma Adelman ha caracterizado este periodo keynesiano de posguerra, como una era no sobrepasada de prosperidad económica global, como una edad de oro del desarrollo económico […] una era de crecimiento económico sostenido sin precedentes, tanto en los países desarrollados, como en los países en desarrollo. El promedio de crecimiento económico anual per-cápita de 1950 a 1973 (los años gloriosos keynesianos) del mundo fue casi el doble del pico de la tasa de crecimiento de la revolución industrial. El crecimiento de la productividad en los países de la OCDE en ese lapso fue más del triple (3.75 veces) que el de la era de la revolución industrial”. Concretamente Paul Davidson proporcionó los datos que a continuación expondré y que se basan en estadística del FMI y en el extraordinario trabajo empírico de Irma Adelman (a la altura de los mejores trabajos empíricos de Simon Kuznets premio Nobel de economía 1971, y de los de Arthur Lewis, premio Nobel de economía de 1978).

La tasa promedio de crecimiento per-cápita en los años gloriosos (Trente Glorieuses, o Nachkriegsboom) keynesianos de 1950-1973, fue de 4.9% en los países desarrollados y de 3.3% en los países en vías de desarrollo. En contraste, la estadística disponible de más largo alcance temporal que, desafortunadamente sólo existe con certeza razonable para los países avanzados arrojó los resultados siguientes: en 1700-1820, la tasa promedio real per-cápita de crecimiento fue de 0.2%, de 1820 a 1913 fue de 1.2%, y de 1919 a 1940 fue de 1.9%. Asimismo, de 1973 a 2002, osciló entre 0.6% y 2.2%. La tasa real per-cápita promedio de crecimiento para los países en vías de desarrollo en la era neoliberal fue menor al 2%, y sólo para el periodo 1993 a 2002 fue del 3.0%, arrastrada esta tasa de crecimiento sin duda, por el milagro económico de la región asiática (el de los llamados tigres asiáticos y el del crecimiento notable de China, que aplicaron en ambos casos, variantes peculiares de la política keynesiana, particularmente siguieron algo parecido al modelo de crecimiento de exportaciones con impactos hacia dentro de Nicholas Kaldor).

Un examen exhaustivo de la aplicación de las políticas económicas de los países asiáticos relacionadas con las leyes del crecimiento de Kaldor, fue la efectuada por un grupo integrado de distinguidos economistas colombianos a saber: Daniel Osorio, Carlos D. Cardona, José Hernán Parra, Cristian F. Jiménez, Juan M. Cardona y Pedro P. Mejía con el trabajo analítico “Determinants of Economic Growth in Founder Countries of the Pacific Alliance and the Association of Southeast Asia Nations: Approach from a Systematic Literature Review”, Equidad y Desarrollo No. 30 (2022).

En lo que concierne a las tasas reales de crecimiento del PIB, en los años gloriosos (1950-1973), los países desarrollados crecieron a un ritmo de 6% anual, y las naciones en desarrollo a tasas de 5.5% anual, después vino un declive secular del crecimiento en el periodo neoliberal. Paul Davidson cita estos datos del trabajo de Irma Adelman “Long Term Economic Development”, Working Paper No. 589, California Agricultural Experiment Station, Berkeley, CA, March (1991), y cita también varios informes del FMI (“World Economic Oulook”). Del análisis empírico de esos años luminosos, es factible inferir, que se trató de un crecimiento económico sobrio, pero enormemente eficaz, sin excesos retóricos mediáticos. Por esa sobriedad, Jean Fourastié denominó a esta etapa de crecimiento del mundo “la revolución invisible” (ver su gran trabajo de 1979, “Les Trente Glorieuses ou la révolution invisible de 1946 à 1975”).

Para profundizar en particularidades esenciales de los años gloriosos keynesianos, que complementan el análisis de Paul Davidson; destacan los siguientes escritos de investigación: Carlos Barciela “La edad de oro del capitalismo, 1945-1973”, Universidad Alicante (2011); Stephen Marglin, y Juliet Schor, “The Golden Age of Capitalism: Reinterpreting the Postwar Experience”. Oxford University Press (1992). En este tenor, resulta imprescindible el trabajo que, realizaron los investigadores de las Naciones Unidas en el informe “World Economic and Social Survey” (2017). No se necesita leer todo el Survey, es suficiente con leer el capítulo dos intitulado “Post war reconstruction and development in the Golden Age of Capitalism”. Este capítulo fue escrito con la sobriedad, y con la elegancia estilística de los trabajos sobre la revolución industrial, del eminente historiador de la London School, Thomas Southcliffe Ashton (“La revolución industrial: 1760-1830”, 1973), a quien debemos tanto como a Eric Hobsbawn (“Revolución industrial y revuelta agraria”, 1978), sobre ese fascinante periodo conocido como la revolución industrial, que permitió salir a la humanidad del estado estructural de sobrevivencia previo, que parecía perenne antes del advenimiento de la Revolución Industrial”.

Recuérdese el vibrante “Manifiesto comunista” de 1848 de Marx y Engels, que resaltó con una prosa vertiginosa y vigorosa bajo el influjo de Shakespeare el desarrollo capitalista en su momento más singular a saber: el de la revolución industrial: “La burguesía -escribieron Marx y Engels-, desde su advenimiento, apenas hace un siglo, ha creado fuerzas productivas más variadas y colosales que todas las generaciones pasadas tomadas en conjunto. La subyugación de las fuerzas naturales, las máquinas, la aplicación de la química a la industria y a la agricultura, la navegación a vapor, los ferrocarriles, los telégrafos eléctricos, la roturación de continentes enteros, la canalización de los ríos, las poblaciones surgiendo de la tierra como por encanto, ¿qué siglo anterior había sospechado que semejantes fuerzas productivas durmieran en el seno del trabajo social?

Si Marx y Engels se deslumbraron con la revolución industrial bajo el capitalismo, seguramente escribirían maravillados otros tres tomos de “El capital” sobre los años gloriosos keynesianos de 1950-1973. El maestro de esta política económica que se aplicó y que ha perseguido tenazmente Paul Davidson, es sin duda John Maynard Keynes. No fue casual que el filósofo, matemático, educador social y premio Nobel de literatura en 1950, Sir Bertrand Russell dijera en 1925 sobre Keynes lo siguiente: “Es la mente más aguda y clara que jamás conocí. Cuando discutía con él, sentía que mi vida pendía de un hilo y raramente terminaba sintiéndome algo muy diferente a un tonto” (Quentin Bell “El grupo de Bloomsbury: el retrato del legendario grupo de artistas y escritores, amigos, y amantes”, Taurus, 2021).

Paul Davidson: de bioquímico a economista señero

Nuestro economista nació el 23 de octubre de 1931 en Brooklyin, Nueva York justo en el momento en que la mayor catástrofe financiera se cernía en el horizonte de la economía de Estados Unidos y el mundo, el colapso de bancos del país parecía imparable, faltaban dos años para el New Deal de Roosevelt. No obstante, esa aviesa circunstancia, Paul vivió una infancia feliz bajo el yugo de dos padres muy politizados pertenecientes al bando demócrata. Querían que fuera doctor, se negó, pero se comprometió a ser un científico, concretamente un bioquímico. Para ello estudió en el City College de Brooklyin, y prosiguió sus estudios de posgrado en la Universidad de Pensilvania. A punto de obtener el doctorado en bioquímica, conoció a Luisa, quien sería su esposa por décadas, ella trabajaba en el corporativo Macy en Nueva York, Paul la siguió y la conquistó, lo que implicó que radicara en ese cosmopolita lugar, el epicentro de todos los lujos y placeres del mundo. Para consumar su matrimonio era necesario disponer de un plan financiero, lo que condujo a Paul Davidson a elegir la carrera de economía por las perspectivas monetarias que vislumbró.

El New Deal de Rooselvet generó multitud de empleos a los economistas. Mientras Paul estudiaba economía por las noches, durante el día trabajaba en investigación bioquímica en New Jersey, posteriormente laboró para una compañía de seguros efectuando complejos cálculos actuariales. En aquel entonces la estadística estaba en ebullición y comenzaba a consolidar su aplicación en distintas disciplinas. Es oportuno mencionar como antecedente inmediato, que en 1923 Ragnar Frisch el padre de la econometría había escrito un ensayo sobre computación numérica, y en bioquímica las técnicas estadísticas y matemáticas se renovaban utilizando los métodos innovadores de regresión de Karl Pearson, el creador de la biometría (José Almenara Barrios “Karl Pearson, creador de la biometría, precursor de la estadística contemporánea”, 2023). En 1926 apareció el texto clásico y legendario de Ragnar Frisch Sur un problème d’économie pure, donde acuña por primera vez el concepto de “econometría”. Dos años después del nacimiento de Davidson se constituyó la Sociedad Econométrica (1933), previamente en 1932 se había fundado la Cowles Commission for Research in Economics, que jugaría un papel crucial en la consolidación de la econometría clásica (José Luis Chávez “Los primeros intentos en econometría: una visión panorámica”, revista CE contribuciones a la economía 2017).

Dos décadas después, cuando trabajaba Paul Davidson en investigación bioquímica, los métodos estadísticos, y sobre todo los econométricos se habían infiltrado en varios campos de la ciencia social. Al respecto, cuenta Paul Davidson: “Mientras intentaba obtener mi doctorado en economía en la universidad de Pensilvania y hacía investigación en bioquímica y técnicas actuariales había tomado muchos cursos de econometría y como biométrico, tenía muchos conocimientos en el uso (y abuso) de la estadística que muchos econometrístas practican hoy día” (David Colander “Paul Davidson Interview, 1997”, Eastern Economic Journal). En esa época Davidson ya había obtenido una fellowship por la universidad de Pensilvania, donde conoció a Sidney Weintraub, quien después de estudiar en Cambridge, Inglaterra se había pasado de la microeconomía a la macroeconomía keynesiana. Su tesis doctoral sobre la teoría de la distribución le granjeó fama mundial al introducir en la macroeconomía keynesiana, la función de oferta agregada, innovación que defendería férreamente Paul Davidson en sus ulteriores teorías macroeconómicas.

Al respecto es interesante el artículo que escribió sobre su maestro “Sidney Weintraub: An Economist of the Real World” (1985). Finalmente, Paul obtuvo el doctorado en economía por la Universidad de Pensilvania. Llevó la enseñanza de la macroeconomía postkeynesiana a diversos centros del saber heterodoxo como la universidad de Rutgers, la universidad de Tennessee, y la New School of Social Research. Uno de los temas centrales de la investigación de Paul Davidson fue el campo del crecimiento económico. Tal inclinación se debió a la habitual presentación de Sidney Weintraub en sus cursos de doctorado del impactante libro “Accumulation of Capital”, de Joan Robinson publicado en 1956.

Mientras Paul Davidson definía su destino por las urgencias monetarias derivadas de su matrimonio, durante un año laboró en una compañía petrolera “Continental”, donde realizó mucha investigación intentando desde el punto de vista keynesiano, determinar los impactos del entorno económico, en la industria petrolera local. En este sentido escribió para la American Economic Review (AER) el ensayo “Public Policy Problems of the Domestic Crude Oil Industry" (1963). Por esas fechas había publicado en el Southern Economic Journal su primer texto sobre la teoría de la distribución de la renta de David Ricardo.

Paul Davidson: la evolución de un postkeynesiano monetario no radical

Como toda creación científica relevante, el proceso de construcción de un nuevo paradigma o del enriquecimiento sustantivo de dicho paradigma, es un proceso arduo, si es esto último; quizá sea más difícil en algunos casos lograr dicho enriquecimiento, que la creación misma del nuevo paradigma científico. Paul Davidson, hizo esto último magistralmente sobre la base de una peculiar interpretación de Keynes, que él pensaba era el camino verdadero elegido por el maestro, cuyas ideas más profundas y sutiles habían sido desviadas por: (I) el modelo canónico neokeynesiano de la síntesis neoclásica creado a partir de la interpretación de las engañosas curvas IS-LM (Modelo Hicks-Hansen), (II) el modelo macroeconómico basado en una participación contante de la renta (salarios y ganancias) de Nicholas Kaldor, que sugería pleno empleo, razón por la cual Paul Samuelson denominó a Kaldor con el mote de “Jean Baptiste Kaldor” (III). el modelo kaleckiano de inversión, y (IV) el modelo postkeynesiano anglo-italiano radical que, por un tiempo siguió Joan Robinson por su afecto a Piero Sraffa, al marxista keynesiano, el italiano Pierangelo Garegnagni y al ricardiano Luigi Pasinetti. Respecto a este último, aunque ciertamente Paul Davidson respetó las contribuciones de Luigi Pasinetti, las consideró en esencia erróneas, especialmente crítico fue hacia la reinterpretación que hizo Nicholas Kaldor del teorema Neo-Pasinetti de crecimiento económico.

Armado, Paul Davidson con los instrumentos de Sidney Weintraub, completó su macroeconomía postkeynesiana añadiéndole el “motivo finanza”, ignorado en la teoría de la liquidez keynesiana de Samuelson, Modigliani, James Tobin y Robert Solow (lo que Joan Robinson denominó “bastard keynesianism”). Este motivo es el cuarto factor de demanda de dinero. Los cuatro motivos de demanda de dinero son: 1. “Motivo transacción”. Es la demanda de dinero que requieren los agentes económicos para efectuar sus transacciones mercantiles. 2. “Motivo precaución”. Es la demanda de dinero relacionada con la existencia de contingencias imprevistas y sirve para afrontarlas. 3. “Motivo especulación”. Es la demanda de dinero, ligada a la incertidumbre (el mundo es no ergódico) y a que los agentes económicos enfrentan ganancias o pérdidas de capital al adquirir activos. 4. “Motivo finanza”, Es la demanda de dinero que se deriva de los contratos a futuro para adquirir bienes de capital, nuevos o insumos intermedios que, se relacionan directamente con la demanda de inversión. Este cuarto factor, tratado implícitamente por Keynes en su magnum opus, fue explicitado en 1937 por el mismo Keynes y el cual, se ignoró por mucho tiempo hasta su redescubrimiento por Paul Davison. Este motivo, es clave en el comportamiento de la inversión y el crédito y niega la neutralidad monetaria. Keynes hace explícito el “motivo finanza” en el artículo “The General Theory of Employment”, Quarterly Journal of Economics (1937).

¿Cómo se integró el bloque analítico postkeynesiano monetario de Davidson? En primer lugar, manteniendo en el modelo la innovación de Weintraub, consistente en unir la teoría de la distribución de la renta con el corpus de la macroeconomía keynesiana. Innovación que, fue un choque en la década de los 1960´s para los macroeconomistas convencionales neokeynesianos (los bastardos keynesianos definidos por Joan Robinson). En segundo lugar, mostrando Paul Davidson que el multiplicador de gasto de Keynes-Kahn y el multiplicador de crédito pueden ser manejados adecuadamente con la curva de demanda agregada de Sidney Weintraub. Tres textos fueron claves en la consolidación de éste primer bloque analítico postkeynesiano de Davidson a saber: (I) “Employment and Income Multipliers and the Price Level,"AER (1962); (II) “Modigliani on the Interaction of Real and Monetary Phenomena", Review Economic Statistical (1964); y (III) “Aggregate Supply and Demand Analysis” (1964). Estos dos últimos artículos fueron escritos con la colaboración de E. Smolensky. En tercer lugar, desarrollando Paul Davidson el “motivo finanza” en el corpus de la macroeconomía monetaria de Keynes. Para este último propósito fueron fundamentales dos escritos de Paul Davidson publicados por la Oxford Economic Papers (OEP), “Keynes´s Finance Motive” (1965) y “The Importance of the Demand for Finance” (1975). En cuarto lugar, desarrollando Paul Davidson todas las implicaciones del motivo finanza (introducido implícitamente por Keynes en su magnum opus en el capítulo XVI de la “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”, 1936). El motivo finanza como se dijo anteriormente fue ignorado en la elaboración de la macroeconomía neokeynesiana por mucho tiempo, hasta su redescubrimiento por Davidson, y es el epicentro de la construcción del edificio analítico de la dinámica monetaria del crecimiento económico postkeynesiano. Ésta construcción analítica se derivó de tres textos fundamentals de Paul Davidson “Money, Portfolio, Balance, Capital Accumulation and Economic Growth” (Econometrica, 1968), "The Demand and Supply of Securities and Economic Growth and its implications for the Kaldor-Pasinetti vs. Samuelson-Modigliani controversy" (AER, 1968), y “A Keynesian View of the Relationship Between Accumulation, Money and the Money Wage Rate", Economic Journal (1969).

El nuevo modelo de macroeconomía monetaria dinámica, que podría denominarse modelo Wientraub-Davidson, emerge pleno, con la obra cumbre de Paul Davidson “Money and the Real World” (1972). Este trabajo, quizá sea una de las 20 obras más importantes de la economía de todos los tiempos, constituye una síntesis de las anteriores contribuciones analíticas referidas a las que, se añaden en el contexto de una teoría del crecimiento económico, el motivo finanza. Esta obra constituye en mi opinión, una alternativa válida no solo respecto del modelo de Solow de crecimiento, sino también del modelo de Tobin de crecimiento económico que, se basa en el análisis del portafolio financiero y de la liquidez monetaria. El modelo Weintraub-Davidson ha sido también una alternativa atractiva postkeynesiana a los modelos de crecimiento de Kaldor, y al modelo de Joan Robinson de “Accumulation of Capital”.

En el modelo monetario de Weintraub-Davidson se eliminan los tres axiomas básicos de la teoría neoclásica estática extendidos al área del crecimiento económico (y que es afín con los modelos de los teóricos neokeynesianos), la diferencia es el grado de sustituibilidad, para los modelos neoclásicos, que son de muy corto plazo, y para los modelos neokeynesianos, aunque trabajan con precios rígidos en el corto plazo, la sustituibilidad opera plenamente para el largo plazo, En el corto plazo al existir rigidez en el mercado de trabajo, se bloquea la validez del axioma de sustituibilidad. Los axiomas expurgados por Paul Davidson son: (I) Axioma de neutralidad monetaria. Que establece, que la variación de la oferta monetaria “M” y la del nivel general de precios “P” es una propiedad que se presenta en el largo plazo, bajo la existencia de la cointegración econométrica de ambas variables. En adición, no hay ilusión monetaria en la conducta de los agentes económicos. El dinero no afecta las variables reales de la economía, ni determina su equilibrio (II) Axioma de sustituibilidad perfecta. Que implica que todos los precios de la economía son flexibles incluidas las variables salariales. La economía tiende al pleno empleo, al óptimo de Pareto, y el desempleo que existe es puramente friccional, o, mejor dicho, es una elección de los trabajadores el de elegir el paro a pesar de que el mercado les ofrece empleo (Robert Lucas Jr, “Studies in Business Cycles”, 1983). Por lo tanto, las recesiones o depresiones económicas son una responsabilidad de los trabajadores, si se niegan a contratarse a pesar de que su productividad marginal sea positiva. En una visión de largo plazo, los economistas neoclásicos coinciden de manera asintótica con los economistas neokeynesianos. (III) Axioma de ergocidad. Que establece que no hay incertidumbre, sólo existen los riesgos calculables, mediante técnicas probabilísticas a partir de los datos históricos o presentes. Al modelo monetario dinámico de crecimiento económico postkeynesiano de Weintraub-Davidson se le añaden dos axiomas presentes en la obra de John Maynard Keynes a saber: (I) “Axioma de la elasticidad de la producción respecto de la liquidez monetaria, cuyo valor tiende a cero”. Este axioma establece que, todas las formas de liquidez monetaria (M1, M2, M3, M4, M5 etcétera) son producibles por trabajo privado. Este axioma es en realidad la antítesis del axioma neoclásico de substituibilidad. La producción del medio de intercambio y ahorro no es libre, lo que implica para la variable dinero en cualquiera de sus formas (dinero circulante, M1, M2, M3 o todas las M que constituyen cuasi dinero), que no está disponible libremente para los productores, si el ahorro aumenta o -por cualquier otro motivo si la demanda decae. (II) Axioma de la elasticidad de substitución entre medios líquidos (financieros) y bienes/servicios producibles por privados con una tendencia igual a cero. Lo que implica, que, si ocurre un aumento de la demanda por instrumentos de ahorro financiero, ésta no se traslada automáticamente en un aumento en la demanda por bienes producidos, aunque los precios disminuyan.

El epicentro analítico de su obra cumbre “Money and the Real World”, es el motivo finanza. Paul Davidson andando el tiempo enriquecería su modelo monetario postkeynesiano introduciendo el axioma de no ergodicidad, que considera que es una de las aportaciones inestimables de Keynes a la economía. La no ergodicidad es la consideración de la incertidumbre como un velo impenetrable no sujeto a cálculo probabilístico. En este contexto, si el riesgo es ergódico su tratamiento puede analizarse mediante las teorías de la probabilidad. Si la economía es no ergódica, entonces los agentes económicos están sujetos a reacciones impredecibles ante “choques económicos externos no previstos”. La no ergodicidad implica que las autoridades monetarias tienen que estabilizar las expectativas de los agentes económicos ante eventos inciertos actuando con transparencia, comunicando acciones monetarias y ejerciendo acciones discrecionales. Seguir reglas monetarias rígidas o estrictas, implica que, ante choques impredecibles, la economía se inestabiliza y, puede generar crisis financieras y el banco central tiene que reaccionar quebrando las reglas monetarias, incurriendo en costos fiscales y monetarios muy onerosos. En el siglo XIX, la regla monetaria fija, la llamada Ley Peel, que ponía límites a la expansión monetaria y crediticia, ante un credit Crunch, se aumentaba la desestabilización económica, las autoridades monetarias y fiscales se veían obligadas a suspender la Ley Peel. Cuando cesaba la Ley monetaria Peel, el banco central de Inglaterra lograba efectuar acciones de estabilización de las expectativas, disolviendo el desorden monetario (Marx, “El Capital” Vol. 3, 1894).

En este contexto, la regla monetaria fija del patrón oro, creó depresiones económicas con sus ajustes monetarios (Ernest Mandel, “El dólar y la crisis del imperialismo”, Ed. Era, 1979). La regla monetaria fija de Irving Fisher del dólar compensado de 1925 no evitó la gran Gran Depresión económica de 1929-1933 (Fisher: “The Unstable Dollar and the So-Called Business Cycles”, Journal of the American Statistical Association”, 1925; y “The Stabilized Bond: A New Idea in Finance”, The Annalist, 1925). Antonio Argandoña en “Irving Fisher: un gran economista”, Universidad de Navarra, IESE Business School, (2013), presenta una ambiciosa reseña de la propuesta de Irving Fisher de la regla monetaria del dólar compensado.

La regla monetaria Hayek-Friedman de controles cuantitativos monetarios impuesta por Paul Volcker en octubre de 1979, creó una depresión económica mundial, inestabilizó las tasas de interés y generó la crisis de deuda del tercer mundo de los años 1980´s (William Greider “Secrets of the Temple: How the Federal Reserve Runs the Country”, 1989); y finalmente, la regla de Taylor aplicada a principio del siglo XXI, fue incapaz de contener la crisis financiera mundial de 2008 (John Taylor “Discretion versus Policy Run”, 1993). Sólo las acciones discrecionales, con elevada transparencia, con ayuda de la política de rentas afirmó Paul Davidson pueden estabilizar las expectativas y controlar la inflación.

Paul Davidson refinará el ambicioso modelo monetario construido con su maestro Weintraub, en muchos otros libros y artículos escritos por él, y lo extendió para abarcar a toda la economía financiera global. Respecto a éste punto, destacan tres trabajos a saber: “Post Keynesian Macroeconomic Theory: a foundation for successful economic policies for the Twenty-first Century” (1994); “Is a Plumber or A Financial Architect Needed to End Global International Liquidity Problems?" (2000); y la citada “Financial Markets, Money and the Real World”” (2002).

Paul Davidson versus Milton Friedman

En 1972, Milton Friedman después de años de solicitárselo el mundo académico, presentó en el Journal of Political Economy (JPE) el marco teórico de su modelo monetario. Sorprendió a toda la comunidad académica mundial, en virtud de que se basó en el modelo de equilibrio general walrasiano, lo que representó, un cambio radical respecto de sus investigaciones empíricas que, hasta entonces, se habían concentrado en un marco analítico marshalliano, cuya característica es el equilibrio parcial. Milton Friedman, como extraordinario estadístico que era, fue un destacado crítico de la econometría clásica basada en modelos de ecuaciones simultáneas, empleadas por los investigadores de la Cowles Commisión afines con la revolución keynesiana. Friedman propugnó en su lugar por lo menos hasta 1972, la utilización de modelos uniecuacionales en su investigación empírica, más afín con la metodología marshalliana.

Friedman consideró que, Joan Robinson merecía el premio Nobel de economía por su contribución fundamental a la teoría de los precios por su obra “Economics of Imperfect Competition” (1933) afín con la metodología marshalliana. Para corroborar, esta perspectiva sobre el trabajo de Milton Friedman previo a 1972, basta con recordar dos artículos demoledores del jefe de la escuela de Chicago contra el sistema walrasiano. El primero fue un ataque contra Oskar Lange intitulado ““Lange on Price Flexibility and Employment: A Methodological Criticism”, AER (1946), y el segundo ensayo es un ataque contra el mismo Leon Walras el fundador del equilibrio económico general (EEG). Se trata del ensayo “Leon Walras and His Economic System”, AER (1955).

Inmediatamente, a la presentación de su marco analítico monetario, en el JPE, prosiguió un debate de Friedman con algunos de sus críticos, uno de ellos fue Paul Davidson (los otros críticos más relevantes fueron: Allan Meltzer, James Tobin, y Don Patinkin). Paul Davidson atacó a Friedman por el uso de un modelo monetario de trueque como lo es el sistema del EEG, la crítica se sustentó en primer lugar, en el “motivo finanza” que, Keynes introdujo en el capítulo XVI de su magnum opus, con ese concepto analítico señaló la no neutralidad monetaria. En segundo lugar, empleó los axiomas económicos utilizados en su trabajo “Money and the Real World” publicado en 1972, para su debate con Friedman.

Con su crítica, Paul Davidson un economista metodológicamente marshalliano, demolió a Friedman en su nuevo papel de economista monetario walrasiano. Paul Davidson implícitamente criticó la postura de Friedman de la validez de la exogeneidad de la oferta monetaria, cuando lo que prevalece en el mundo real monetario, es la endogeneidad del dinero. Friedman no contestó con el rigor que acostumbra a Paul Davidson, simplemente porque no le interesó responder a las críticas del postkeynesiano, se concentró en responder a James Tobin por considerar que se trataba de un economista walrasiano. (Friedman se equivocó, en virtud de que James Tobin es un miembro de la escuela wickselliana, es por lo tanto en realidad un economista neowickselliano puro). Un ultramonetarista inflexible y duro perteneciente a la escuela de los Chicago Boys de México, es Francisco Gil Díaz, exsecretario de Hacienda de México, quien, sin embargo, a raíz de la experiencia mexicana de la crisis bancaria de 1994-1995, cambió radicalmente de opinión sobre la exogeneidad del dinero.

En un texto famoso Francisco Gil Díaz, sorprendió a sus colegas friedmanianos cuando tachó de simplista y obsoleta la idea tradicional (basada en la exogeneidad monetaria) de que un banco central puede alterar la cantidad de dinero (oferta monetaria) por medio de la base monetaria y del multiplicador monetario (Francisco Gil Díaz “La política monetaria y sus canales de trasmisión en México”, Banco de México,1997). El ensayo con el que debatió Paul Davidson con Friedman se intitula “A Keynesian View of Friedman's Theoretical Framework for Monetary Analysis", el cual fue publicado en el Journal of Political Economy en 1972. En lo que respecta al debate de exogeneidad monetaria versus endogeneidad, el triunfo correspondió de manera rotunda a Paul Davidson y no a Milton Friedman.

Money and Real World y la ruptura de Joan Robinson con Paul Davidson con una posterior reconciliación

Cuando Joan Robinson fue invitada en 1971 por J.K. Galbraith entonces presidente de la American Economic Association para impartir la famosa conferencia Ely Lecturer, desarrolló ante el auditorio formado por la comunidad neoclásica y neokeynesiana, y jóvenes en proceso de doctorado, un tema muy provocativo que tituló “The Second Crisis of Economic Theory”. La lectura fue un éxito rotundo, con una ovación de los jóvenes economistas que, estaban hastiados de la sabiduría convencional. Durante los años 1960´s Joan impartió diversas conferencias, en el MIT, en Harvard, en la New School of Social Research, sin faltar la universidad de Chicago el centró ubicuo del monetarismo. Durante esos viajes supo que existía un núcleo de economistas postkeynesianos, como Sidney Weintraub, y Alfred Eichner, Sin embargo, ya desde 1967 mantenía correspondencia con Paul Davidson. Joan Robinson alabó los trabajos de Davidson que incorporaban el dinero en el crecimiento económico. Y le expresó críticamente a Paul su olvidó del trabajo que, ella venía haciendo sobre el papel de la tasa de beneficios en el crecimiento económico. Para Robinson, la acumulación de capital es el factor clave en la determinación de la tasa de beneficios. Davidson le contestó afirmando que, si bien la mayor parte del canon neoclásico es erróneo, se quedaba con el concepto de productividad marginal que, según él tiene un papel fundamental en el análisis del crecimiento económico. Paul Davidson estuvo de acuerdo con Joan Robinson en el debate sobre el reswitching y la adopción de técnicas de producción en la famosa polémica sobre la naturaleza del capital de los dos Cambridge (MIT versus Postkeynesianos de Cambridge Inglaterra).

Sin embargo, súbitamente la amistosa relación de Joan Robinson con Paul Davidson se deterioró, cuando éste estando en Cambridge, Inglaterra le envió a Joan para su opinión versiones preliminares de su obra cumbre “Money and Real World” (capítulos II al X). Joan Robinson le contestó con su característica violencia verbal según recuerda Paul Davidson. Nuestro autor recordaría lo siguiente: “Cuando Joan terminó el quinto capítulo, se presentó en mi oficina y caminó alrededor de mi mesa, y me dijo Paul estás tratando de destruir todas las cosas que he estado trabajado durante 20 años, por lo tanto, no quiero volver a verte”. El enojo de Joan Robinson ocurrió por la idea de Paul Davidson de considerar que, en la obra cumbre de Keynes, había elementos walrasianos, y que el “Treatise on Money” de Keynes era más fiel a Marshall. El enojó de Joan Robinson contra Paul Davidson persistió mucho tiempo, y en un seminario de matemáticas que impartió Paul Davidson en el Churchill College, Joan Robinson de repente entró al salón donde se impartía la conferencia en compañía de Richard Kahn, interrumpió a Paul Davidson, tomó el micrófono y dijo que todo lo que estaba diciendo Davidson era un error, y sin esperar respuesta salió con Kahn del salón de conferencia. Años después, en agosto 17 de 1973, Joan Robinson le envió a una carta a Paul Davidson expresándole que había cambiado de ideas y estaba de acuerdo con él en lo fundamental en su interpretación monetaria del crecimiento económico.

La cercanía de ambos se estrechó aún más cuando Joan alabó el artículo de Paul Davidson que, revelaban los errores de Nicholas Kaldor en su interpretación del teorema de Pasinetti (denominado teorema Neo-Pasinetti). El acuerdo entre ambos economistas se estrechó todavía más, cuando ella le dijo que estaba de acuerdo con su teoría monetaria postkeynesiana, y saludó con entusiasmo y con sinceros elogios el artículo de Paul Davidson sobre el efecto del Crowding-Out que apareció en el primer número del Journal of Postkeynesian Economics (JPKE). Paul Davidson señaló que Joan Robinson se había corrido al centro ideológico, de lo que se infiere sí es correcta la percepción de Paul Davison, la economista de Cambridge al final de su vida había abandonado sus posturas radicales, que provenían de los postkeynesianos italianos de Cambridge.

Paul Davidson (postkeynesiano) versus James Tobin (neokeynesiano)

A mediados de los años 1960´s, Paul Davidson leyó un artículo de James Tobin “Money and Economic Growth” (1965) que consideró un desastre por plantear la existencia de una altísima sustituibilidad neoclásica entre la demanda de dinero y la demanda de capital real, lo que entrañaba un grave error. James Tobin además se ostentaba el mismo de ser un economista keynesiano. Paul Davidson escribió un artículo crítico sobre la tesis de Tobin. La demanda de dinero en un modelo de crecimiento económico que demanda capital real se comporta como sigue: existen dos precios, el precio spot ligado al viejo capital y el precio forward ligado al nuevo capital, cuando el precio spot se eleva por encima del precio forward, la demanda de capital real se incrementa. Se trata de un análisis de un periodo marshalliano de mercado versus un análisis de precios de mercado de corto plazo. Cuenta Davidson, en 1965 envié a la revista Econométrica mi artículo, el cual fue rechazado. Sidney Weintraub le dijo que fue rechazado por qué no contenía ninguna ecuación. Davidson relataría que, rehízo el ensayo en términos matemáticos (introdujo 14 ecuaciones) sin cambiar para nada del contenido, excepto la introducción de palabras para aclarar las definiciones de los símbolos matemáticos.

El artículo de Paul era el mismo que el que había enviado sin revestimiento formal matemático. Y por ello fue admitido para su publicación en Econométrica. (Este fue el artículo “Money, Porfolio Balance, Capital Accumulation, and Economic Growth", Econométrica, 1968). El ensayo de Paul Davidson tardó en publicarse, por lo que decidió enviar un borrador a James Tobin, quien a partir de ese material elaboró el artículo donde introduce la famosa “q” de Tobin, que es solo una transformación de términos sin cambiar, el análisis de Davidson.

Este análisis reapareció en su obra cumbre publicada en 1972, “Money and The Real World” donde introdujo más formalmente la proporción de precio spot y precio forward, en la relación de demanda de dinero versus en la demanda de capital real en un modelo de crecimiento económico. Por su parte, James Tobin formalizó su análisis “mutatis mutandis” de la “q” que es la ratio entre el valor de mercado adicional de una unidad de capital y su costo de reposición aguardando el momento más oportuno y sin informar a Paul Davidson (James Tobin- W.C. Brainard “Asset Market and Cost of Capital”, 1977).

Recuerdos personales

Tuve conocimiento de Paul Davidson en los años 1981-1983, cuando cursaba un posgrado en economía en el CIDE. En aquel entonces prevalecían varias corrientes dentro de la llamada escuela de Cambridge, y existía una lucha feroz por ser la verdadera representante del pensamiento de Keynes. Por un lado, se veneraba a Piero Sraffa y a los economistas italianos A. Gargnagni, y Luigi Pasinetti, que iban de lo radical a lo moderado. Por otro lado, estaba el grupo econometrista estructural, al mando de Terry-Baker que había sido traído a México por Vladimiro Brailovski, y no tardos ni perezosos ambos habían elaborado un modelo muy complejo de cientos de ecuaciones sobre la economía mexicana orientadas al objetivo magno de industrializar al país. Un tercer grupo, estaba dirigido por Ajit Singh y John Eatwell quienes habían construido un modelo econométrico sencillo, para analizar la coyuntura de la economía mexicana, y había un cuarto grupo hostil dirigido por Pedro Uribe Castañeda (un genio verdadero de la economía matemática, ganador del premio de Pareto, quien propuso y demostró el Teorema de PULL, y quien trabajó con Henry Theil en temas arduos de econometría como el índice de desigualdad de Theil) que mostraba fuerte aversión cuando no menosprecio, hacia los economistas de la escuela de Cambridge que, enseñaban en el CIDE, por no tener la destreza matemática de Pedro, quien a su vez se auxiliaba de un econometrista de first class, el doctor Hernan Sabau. Pedro era muy culto, e intentó convencerme vanamente en cambiarme a la maestría de economía matemática aplicada del CIDE. Pedro Uribe simpatizaba con la visión de economistas matemáticos holandeses como Theil, y simpatizaba con la visión matemática rigurosa de Frank Hahn. En este ámbito del CIDE, poco se conocía de la obra de Paul Davison. Sin embargo, en la biblioteca del CIDE, encontré un ejemplar empastado de la obra cumbre de Paul Davidson “Money and the Real World”, quedé maravillado. Aún conservó, una fotocopia del texto de Davidson. Después me enteré de que, Paul, con el empuje de J.K Galbraith, y de otros postkeynesianos habían creado el Journal of Postkeynesian Economics (JPKE), cuyo primer número había aparecido en septiembre de 1978.

Después de terminar el posgrado, adquirí vía correo —no había de otra forma de hacerlo— varios números del JPKE. Me pareció que, combinaban el rigor cualitativo con el rigor cuantitativo. En varios de sus números, por primera vez obtuve un conocimiento más profundo y crítico de la securitizatión de los mercados financieros y sus latentes riesgos, que se manifestaron brutalmente en la forma de activos tóxicos en la crisis financiera de 2008. En 2023 adquirí varios ejemplares y noté que persistía la constancia del rigor cualitativo y cuantitativo del JPKE, enriquecido por una mejor presentación. Durante principios de los años 1990´s, realice varios viajes de capacitación para un banco mexicano a Nueva York y Chicago, para estudiar los derivados financieros.

El banco mexicano especializado en el comercio de metales preciosos había creado la división de operaciones de futuros internacionales (todavía la palabra “derivado financiero” era extraña en esa época). En Nueva York conocí la bolsa denominada Commodity Exchange, y tomé cursos en la Universidad de Columbia que, tenía una ambiciosa colección de papers sobre “futuros financieros y sobre “futuros de commodities”, en forma de empastados de color azul. La palabra futuros englobaba desde operaciones de futuros, hasta opciones, listadas en las bolsas de futuros. En el mercado OTC, se operaban contratos forward y Swaps, y variantes operaciones sintéticas de estos productos, el preludio de las operaciones financieras estructuradas. México fue uno de los países que operó desde un inicio en el Chicago Mercantil Exchan en futuros del peso/dólar, y creo que también en el Chicago Board of Trade un mercado tradicional de commodities agrícolas, quien comenzó a operar contratos financieros. Estando en Nueva York me enteré de que Paul Davidson impartiría una conferencia en The New School of Social Research creo que en noviembre de 1992. Su conferencia fue desde luego en temas monetarios postkeynesianos y atrajo a un público numeroso, asistí, pero no hable con él por timidez.

La política monetaria de Paul Davison y el segundo piso de la 4T

En su biografía de Keynes, Paul Davidson expresó que la política económica de Keynes, como la que él interpreta con la incursión del análisis monetario (economía postkeynesiana monetaria), es la más apta para el siglo XXI, para inducir crecimiento económico firme y elevado desarrollo económico, en un contexto de reducción de la desigualdad social distributiva, y la estabilidad monetaria, con baja inflación e incremento salarial. Esto es congruente con los propósitos de la Prosperidad Compartida que pretende alcanzarse, para construir el segundo piso de la 4T. En dicha biografía, Paul Davidson citó las palabras de Keynes de 1945 en el festejo de su despedida (una comida) como director del Economic Journal que, le brindó la Royal Economic Society. Extractos del discurso, los más emotivos es bueno recordarlos con agrado. En esa ocasión Keynes dijo: “Brindo en nombre de la Real Sociedad Económica, de la economía y de los economistas que son los garantes, no de la civilización, sino de la posibilidad de la civilización”.

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