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Peso mexicano, ¿fortachón?
¿El peso mexicano está fortachón? ¿El gobierno mexicano puede presumir que ha hecho algo para que la moneda mexicana haya comenzado la ruta de recuperación?
La primera respuesta a bote pronto es que el peso sí se está apreciando. Y lo de fortachón, depende de qué base de comparación se tome.
La segunda respuesta es que el gobierno mexicano realmente no puede presumir la apreciación del peso como resultado directo de alguna de sus políticas públicas.
El comportamiento errático tanto a la baja como al alza mayoritariamente se explica por factores externos.
Aunque nadie puede negar que la decisión del gobierno lopezobradorista, de aceptar la renegociación del acuerdo comercial trilateral y su inminente ratificación, abona para la eliminación de la incertidumbre y nerviosismo que causó durante los últimos cuatro años la descalificación que hizo del tratado el presidente Donald Trump, y luego su prolongada renegociación. El hecho de que México continúe en la zona de libre comercio norteamericano es muy positivo para la economía mexicana y genera confianza para las inversiones internacionales.
Y uno de los elementos a nivel local que sin duda han influido en beneficio del comportamiento de apreciación del peso es la política monetaria de Banco de México, cuyas elevadas tasas de interés se han mantenido entre las más altas a nivel internacional. Banxico es un órgano autónomo que no controla el gobierno mexicano. En consecuencia, la administración lopezobradorista no puede adjudicarse el efecto revaluatorio de la moneda.
Hay distintos factores externos que han abonado al nerviosismo en los mercados y en la depreciación del peso.
De acuerdo con un análisis de CIBanco, encabezado por Jorge Gordillo, la mayoría de los temas de riesgo externo siguen resolviéndose.
Recuerda que muchos elementos provocaron la depreciación del peso, entre ellos: la subida de tasas de interés por parte de la Fed; el triunfo de Trump como presidente de EU, la amenaza del TLCAN, las dudas iniciales por la campaña del entonces candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador, el inicio del conflicto comercial entre EU y China, la cancelación del proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.
Y respecto a la fortaleza del peso, dice: “aunque se habla de la fortaleza del peso, la realidad es que de los últimos cinco años, la moneda se ubica como una de las que más caídas acumulan. En enero del 2015, el peso mexicano promediaba 14.70 pesos, cerca de 4 pesos menos que el tipo de cambio actual”. Sobre el presunto peso fortachón, el análisis de la firma Tendencias Económicas y Financieras, de Carlos López Jones, señala: en primer lugar debemos mencionar que el tipo de cambio teórico, si tomamos el diferencial de inflación entre México y EU en los últimos 10 años, debería ser de alrededor de 17.00 pesos.
Desde que cayó el precio del petróleo a nivel mundial, primero, y después la llegada de Trump a la Casa Blanca, produjeron un lapso con un tipo de cambio muy por encima de donde debería. Más recientemente, la fuerte entrada de remesas, así como la caída en importaciones de bienes de capital han provocado un superávit comercial, mientras que la expectativa de que Banxico reducirá su tasa de referencia a lo largo del 2020 atrae “capitales golondrinos”, que esperan obtener jugosas ganancias en la valuación de sus papeles de deuda, cuando Banxico baje su tasa.
Ambos análisis coinciden en que el comportamiento del peso se explica en función de los factores externos más que de los internos. Y de los internos, el más importante, es el de las altas tasas de interés que ofrece Banxico.
Además, están diferentes bases de comparación: uno refiere el tipo de cambio de 14.70 y el otro apunta al tipo de cambio teórico de 17 pesos. En ambos casos, el peso se encuentra lejos de las referencias.
De ahí que, aunque es innegable la apreciación reciente del peso, todavía está lejos de los niveles previos a la crisis de desconfianza que provocó la renegociación del TLCAN. ¡A ver!