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Petróleo, limón, jugo de naranja: postales de un año impredecible
Han pasado 18 días del 2022 y ya sabemos una cosa: este es un año donde los pronosticadores están en riesgo de hacer el ridículo. México y el mundo andan raros, eso hace que muchas cosas sean difíciles de predecir. Es la política, la geopolítica, el clima y la salud, entre otras cosas.
Podemos apostar que el PIB no llegará al 4.1% que proyectó el gobierno mexicano en el momento de elaborar el presupuesto y que la inflación estará por encima del 3.6% que aparece en dicho documento. Al PIB le pegará la debilidad del cierre del 2021, pero también factores no económicos, empezando por el covid que se niega a decir adiós. A la inflación... le pega todo.
¿Quién se atreve a poner un número en el valor del peso frente al dólar al final del año? El superpeso ha aguantado tres años, pero esto ocurrió en el contexto de tasas reales negativas en Estados Unidos. Tendremos tres alzas de tasas de interés en Estados Unidos y un endurecimiento de la política monetaria por parte de la Fed. El peso enfrentará volatilidad a lo largo del año y el Banco de México estará bajo la lupa, pero no todo dependerá del trabajo del banco central y su nueva gobernadora. Las entradas y salidas de capitales dependerán de muchas otras cosas, por ejemplo el desenlace de la contrarreforma eléctrica, la forma en que funcione el rescate de Pemex y hasta las señales que se emitan en el proceso de venta de Banamex.
Las materias primas subieron mucho en 2021 y arrancaron el 2022 a tambor batiente. El petróleo está en niveles máximos desde 2014. En lo que va del año ha subido un poco más de 12 por ciento. El alza del oro negro refleja la enorme tensión geopolítica que provoca la situación en Ucrania donde Rusia podría intervenir militarmente. El precio expresa también el drama en otros teatros, ayer fueron los ataques a instalaciones petroleras en Emiratos Árabes Unidos, por parte de guerrilleros yemeníes.
La mezcla mexicana cerró ayer por encima de los 80 dólares por barril. Si tomaramos como referencia los niveles de exportación del 2021 significarían ingresos de un poco más de 80 millones de dólares diarios, porque se exportaron alrededor de un millón de barriles diarios. No podemos tomar las cifras del 2021 como referencia porque el objetivo para 2022 es reducir significativamente las exportaciones. De acuerdo a lo anunciado, las exportaciones serán 435,000, esto es 57% menos.
Habrá menos divisas generadas por el crudo, pero el gobierno proyecta compensarlo con una reducción de las importaciones de petrolíferos. En 2021, cada mes se compraban al exterior más de 4,500 millones de dólares de productos como gasolina, diesel y turbosina. ¿Cuánto podrá bajar las importaciones? Todo depende de la capacidad de respuesta de nuestro sistema de refinación. Los pronósticos no oficiales son poco auspiciosos, pero no adelantemos vísperas. Lo que pase tendrá un impacto en la balanza comercial, las finanzas públicas y los precios al público.
Vivimos tiempos absurdamente complicados para hacer pronósticos. Los productos del campo son un excelente ejemplo. Estados Unidos tendrá la peor cosecha de naranja en más de 80 años, debido a una plaga. Allá hablan del incremento del precio del jugo de naranja. Acá, uno de los temas es el limón. Detrás del incremento de más de 120% en el precio de este producto hay especulación, pero también fenómenos climatológicos que han hecho desplomarse la producción en México. Son frentes fríos que afectan las regiones productoras: Michoacán, Colima, Veracruz y Oaxaca. Estos frentes fríos seguirán presentes en las próximas semanas.
El clima es uno de los factores de riesgo para la economía latinoamericana en el 2022, según el Banco Mundial. Tendremos el fenómeno de La Niña hasta mediados de año. Habrá sequías y luego huracanes. Oportunidades y amenazas que se expresarán en las cosechas y en los precios. El que quiera hacer pronósticos, lo hace bajo su propio riesgo.