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Piso parejo
A mucha gente le da preocupación cuando los políticos hablamos de igualdad, pero no deberían preocuparse, no se pretende una igualdad en los ingresos, pero sí una igualdad “piso parejo” en el acceso a educación, salud y medicinas y a los servicios públicos básicos como son agua, banquetas pavimento, iluminación y áreas verdes.
México es uno de los países en el mundo en donde existe más desigualdad, no sólo en el nivel de ingresos entre los que más ganan y los que perciben menos, sino también en los derechos sociales básicos.
Estas desigualdades con el tiempo se han hecho aún más grandes y la diferencia de acceso, sobre todo en educación, ha provocado que las diferencias, en lugar de reducirse, se amplíen.
Es imposible pretender una igualdad en los ingresos, aunque es necesario seguir aumentado el salario mínimo, como se ha hecho en este gobierno, hasta que tenga el valor de compra suficiente para atender las necesidades básicas de una familia, en donde no debería haber ninguna diferencia es en la calidad de educación, salud y los servicios públicos.
Los gobiernos de los últimos 30 años han dado prioridad a los apoyos directos a la gente para combatir la pobreza, pero han hecho muy poco para lograr un piso parejo que garantice igualdad en los derechos sociales a toda la población. Esta política de apoyos directos ha subsidiado la pobreza, pero no ha logrado, ni logrará, eliminarla, mientras no garantice a todos los mexicanos condiciones de igualdad en los derechos sociales básicos.
El gobierno tiene la obligación de garantizar a toda la población un piso parejo en el derecho a educación, salud, medicinas, servicios públicos, agua, medio ambiente, áreas deportivas y cultura. Los jóvenes, independientemente de los ingresos de su familia, tienen derecho a estudiar hasta el nivel que quieran y el Estado tiene la obligación de apoyarlos para que lo hagan y no debe haber ninguna diferencia en la calidad y las instalaciones entre la educación pública y la privada.
Lo mismo pasa con la salud y las medicinas, el gobierno tiene la obligación de garantizar el acceso oportuno y la calidad en los servicios de salud a toda la población. Tampoco debe existir la diferencia abismal que hay en los servicios de las colonias donde vive la gente de altos ingresos y las zonas donde vive la población de clases medias y bajas.
Es cierto que el gobierno no cuenta actualmente con los recursos suficientes para eliminar estas diferencias y que es necesario aumentar los ingresos y el gasto público a través de una reforma fiscal, pero con los recursos actuales del gobierno es posible reducir las desigualdades que existen actualmente, si dentro del gasto público se da prioridad a garantizar mayor igualdad en lugar de canalizar esos recursos a grandes obras que podría hacer el sector privado.
Es necesario hacer una profunda reestructuración del gasto público para dar prioridad a garantizar ese piso parejo a toda la población y en todo el territorio nacional, piso parejo que permitirá crear las condiciones para que las comunidades y poblaciones de todo el país logren un desarrollo económico que permita a toda la población salir de la pobreza.