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Opinión

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Polonia no olvida; le abre sus puertas a ucranios

Fausto Pretelin Muñoz de Cote

Polonia es el país que le ha brindado, con hechos, más solidaridad a Ucrania desde el 24 de febrero.

Son 3.57 millones de ucranios los que se han refugiado en Polonia desde que inició la invasión rusa. ¿Qué ha provocado tal reacción en un gobierno conservador, y que recientemente ha braceado a contracorriente de la Unión Europea en algunos temas?

El historiador Timothy Snyder ubica la matanza de Katyn como símbolo del acecho soviético en Polonia. Políticos, militares e intelectuales del país fueron asesinados en un bosque cercano a la ciudad de Smolensk durante la Segunda Guerra mundial.

Al finalizar el conflicto, Polonia era un régimen comunista y satélite de los soviéticos, por lo que realizar cualquier referencia sobre Katyn estaba descartado.

La memoria se alimenta del presente.

Cuatro años atrás visité Varsovia y Cracovia. En diversas charlas con diplomáticos y académicos, e inclusive con una intérprete, surgió un tema relacionado con Katyn.

El 3 de febrero de 2010, el entonces primer ministro ruso Vladimir Putin lanzó una propuesta a su homólogo polaco: una ceremonia conjunta del septuagésimo aniversario de la matanza de Katyn.

El 7 de abril, una delegación del Gobierno polaco, encabezada por el primer ministro, llegó a Rusia. Dos días después, volaba hacia Rusia una segunda delegación polaca en la que iba el presidente y su esposa. A las 8.41 de la mañana del sábado 10 de abril el avión se estrelló muriendo todos los que iban abordo.

Timothy Snyder apunta en su libro El camino hacia la no libertad (Galaxia Gutenberg): “En Polonia, la catástrofe de Smolensk unió a la sociedad durante un día, pero luego la polarizó durante años. La obsesión con el desastre de abril de 2010 creció con el tiempo hasta el punto de eliminar del debate la matanza de Katyn que habían querido conmemorar sus víctimas, de arrinconar todos los episodios históricos de sufrimiento polaco”.

Al sostener algunas charlas en los restaurantes de Varsovia me encontraba con opiniones que apuntaban a que el avión en el que viajaba el presidente Lech Kaczynski fue derribado por orden el presidente Putin. Otros señalaban al propio Kaczynski como responsable al ordenar al piloto el despegue de la nave en contra de la recomendación de no hacerlo por el mal tiempo que existía en ese momento.

Lo anterior ayuda a comprender la presencia atemporal de Rusia en la mente de los polacos.

A través de las plataformas de la Unión Europea, OTAN y directamente en su relación bilateral con Estados Unidos, Polonia refuerza su seguridad frente a escenarios de riesgo.

Varsovia suele criticar a algunos miembros de la Unión Europea por su débil respuesta ante la invasión rusa.

La historia se alimenta del presente.

@faustopretelin

Fausto Pretelin Muñoz de Cote

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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