Populismo, polarización y posverdad

El más reciente libro de Moisés Naim, “La revancha de los poderosos” (Debate, 2022), analiza, retrata y documenta a la perfección el perfil de los políticos y gobiernos empeñados en destruir los pesos y contrapesos que limitan su poder, como es el caso del presidente López Obrador. 

La fórmula que utilizan estos personajes antidemocráticos para hacerse y consolidar su poder es a través del populismo, la polarización y la posverdad. Naim los denomina “autócratas 3P”.

“Los autócratas 3P son dirigentes políticos que llegan al poder mediante unas elecciones razonablemente democráticas y luego se proponen desmantelar los contrapesos a su poder ejecutivo mediante el populismo, la polarización y la posverdad.”

Emplean los instrumentos y mecanismos clásicos del poder, pero apelan a nuevas herramientas como las redes sociales. 

Los aspirantes a autócratas 3P consolidan su poder mediante la opacidad como el acuerdo de obras de infraestructura, la confusión burocrática como la austeridad republicana, subterfugios pseudo legales como la revocación de mandato, corrosión del Estado de derecho, manipulación de la opinión pública, ataques a los críticos y adversarios. 

Moisés Naim, también autor de “El fin del poder”, advierte que cuando la sociedad se percata, es demasiado tarde. ¿Cuáles son las tácticas de los aspirantes a autócratas 3P?

1. Maniqueísmo. Los populistas (entendido el populismo como una estrategia para obtener y ejercer el poder) son maniqueos porque la política está dividida en dos únicos bandos: la élite corrupta o mafia del poder y el pueblo bueno, puro, traicionado y agraviado por esos corruptos.

2. Catastrofismo. Los autócratas 3P son pesimistas, el mundo es corrupto, los dirigentes y gobiernos precedentes (como los de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña) son fallidos y el pasado (España, el neoliberalismo) es culpable de todos los males del presente.

3. Criminalización de los rivales políticos. Los adversarios no son tratados como personas con posturas distintas sino como delincuentes que deben ser castigados (como el ex gobernador Cabeza de Vaca o el candidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya).

4. Utilización de amenazas externas. Para el líder populista y el aspirante a autócrata 3P la nación siempre está amenazada por un gobierno extranjero (como el intervencionismo estadounidense) o por empresas foráneas ambiciosas que explotan a la patria (como las compañías españolas energéticas o los Oxxo que no pagan la luz).

5. Militarización. Una de las más peligrosas, porque glorifican al Ejército o emplean a las fuerzas armadas para actividades civiles, como la militarización de la Guardia Nacional o la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles a cargo de ingenieros militares.

6. Desprecio a los expertos. Los técnicos, los científicos, los académicos y los especialistas pertenecen a una élite intelectual coludida con los corruptos de antes, cómplices de la humillación al pueblo bueno, como los 31 científicos del Conacyt acusados de delincuencia organizada, los especialistas de los órganos reguladores del pasado neoliberal o los pseudo ambientalistas de la UNAM que se oponen al tren maya. Al respecto, Nain advierte que “el populismo vive en un mundo de fe e instinto, no de datos y ciencia”.

7. Ataques a los medios de comunicación. Los medios, las televisoras y los periodistas hostiles a las políticas de la 4T son igualmente corruptos, hipócritas, conservadores y enemigos del movimiento de regeneración nacional. 

8. Erosión del sistema de pesos y contrapesos. Desprecio y ataque a las instituciones que equilibran y controlan el poder presidencial, como el INAI, la independencia de los ministros de la Suprema Corte, todos los organismos autónomos y los ataques desenfrenados al Instituto Nacional Electoral y sus consejeros. 

9. Mesianismo. La solución a todos los problemas, los enemigos y la corrupción recae en un líder carismático, moralmente intachable y que enarbola la lucha contra las élites y la mafia del poder como AMLO. 

A todas estas herramientas populistas se suma la segunda estrategia de los aspirantes a autócratas 3P, la polarización, una de las especialidades del presidente López Obrador, abocado a descalificar y demonizar sin denuedo a todos los adversarios históricos (los conquistadores o los expresidentes neoliberales) y nuevos (medios, académicos, especialistas, opositores, actores, instituciones y un largo etcétera).

Naim recalca que tanto el populismo como la polarización son viejos recursos del poder y la política, pero a ellos se añade como aderezo la tercera estrategia, la más novedosa e innovadora en lo que va del siglo XXI: la posverdad.

Los autócratas 3P mienten y engañan, construyen narrativas falsas, niegan con descaro la realidad aunque sea verificable, tienen otros datos, desprecian la objetividad y se conducen con emociones. Rechazan lo verdadero entendido como verificable, niegan los hechos al tiempo que plantean hechos alternativos, degradan el conocimiento y la ciencia y enaltecen la opinión, las creencias y la ideología.

“El principal objetivo de la posverdad -explica Naim- no es que se acepten las mentiras como verdades, sino enturbiar las aguas hasta hacer que sea difícil distinguir la diferencia entre la verdad y la falsedad.”

El populismo, la polarización y la posverdad son estrategias para acrecentar y preservar el poder con costos antidemocráticos, al margen de la legalidad y sin contrapesos institucionales. Fingen ser democracias pero las minan desde el interior con sigilo, desmantelando controles y demonizando a la prensa crítica. Todo esto y más está pasando hoy en México.

Twitter: @beltmondi