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Opinión

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Precampañas que se acaban

Las precampañas se agotan, terminan el próximo 11 de febrero pero desde ya perfilan un escenario de elecciones competitivas, en donde ninguna fuerza soslaya la necesidad de sumar voluntades, construir acuerdos, alianzas que aglutinen el respaldo popular mayoritario más amplio en las urnas que se abrirán el domingo 1 de julio.

Por primera vez, la boleta presidencial tendrá candidaturas partidistas postuladas únicamente por coaliciones, ninguna de forma individual, aunque todavía pueden sumarse candidaturas independientes para completar la oferta ante votantes.

En 1994 nueve partidos postularon nueve candidaturas de forma individual, ninguna en coalición; en el año 2000 hubo seis candidaturas presidenciales, cuatro postuladas de forma individual y las otras dos en coalición; el 2006 tuvo cinco candidaturas, sólo dos en coalición, y en el 2012 tuvimos cuatro candidaturas, dos en coalición y dos de partidos de forma individual. Ahora son tres coaliciones, para tres candidaturas más las independientes que eventualmente logren registro.

Los comicios en puerta tienen una complejidad inédita, porque en un mismo día se renovarán 3,407 cargos populares (629 federales y 2,778 locales), es decir, concurrirán comicios presidenciales y del Congreso General con los de 30 entidades, en donde se elegirá a su vez a ocho gobernadores, un jefe de Gobierno, 972 diputados locales (585 de MR y 387 de RP), 1,597 ayuntamientos, 16 alcaldías y 160 concejales capitalinos y 24 juntas municipales en el estado de Campeche.

Esa ecuación prevé instalar unas 155,000 Acasillas en todo el territorio nacional, de las cuales 96% serán casillas únicas por primera vez, recibirán votación tanto para elecciones federales como locales, algo que facilitará votar en un mismo lugar por todos los cargos en disputa dentro de un territorio determinado, pero que implica contar en esa misma casilla todas las urnas y eso necesita medidas que faciliten el flujo de resultados de forma simultánea para no generar retraso en el flujo de información.

La autoridad electoral tiene retos operativos que obligan a un calendario de actividades con precisión de relojería, debe reclutar a funcionarios de casilla sorteados y capacitarlos, conformar  también a cientos de miles de capacitadores que irán a buscarlos y apoyarlos para recibir y contar todos los votos. Eso involucra la participación de cerca de 1.4 millones de ciudadanas y ciudadanos que estarán al frente de cada casilla.

Será necesario visitar antes a cerca de 11.5 millones de mexicanas y mexicanos (lo que representa 13% de la lista nominal) para concretar la meta de capacitarlos e instalar 100% de los espacios para que haya urnas abiertas cerca de nuestros domicilios y para que sean ellas y ellos, nuestras vecinas y vecinos, quienes las atiendan directamente el día de la jornada.

El último día de enero del 2018 se cierra el plazo para solicitar altas en la credencial de elector y hasta ahora tenemos 87.9 millones de ciudadanas y ciudadanos que podrán acudir a ejercer su voto; esa lista nominal tiene más mujeres que hombres (42.3 millones son hombres y 45.6 mujeres), una cifra que es 8.5 millones superior a la registrada en la elección del 2012 (donde tuvimos 79.4 millones), representa un aumento de 11% en la lista nominal y dimensiona la magnitud y complejidad de los comicios en curso.

Estamos en la antesala de una etapa que debe desplegar esfuerzos técnicos diversos para que existan condiciones logísticas óptimas en materia electoral, para contar con credencial de elector, medios para valorar opciones y acudir a urnas accesibles, para ejercer en libertad el voto informado.

*Consejero del Instituto Nacional Electoral.

Twitter: @MarcoBanos

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