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Programas públicos: oportunidad para el sector rural (II)
El día de ayer, en la primera parte de esta nota, mencionamos algunas características que ayudan a describir la composición de los hogares que se ubican en el sector rural, así como las principales actividades productivas que se practican en este sector
Respecto de las actividades productivas, mencionamos lo siguiente:
1) la actividad productiva que más se práctica es la cría de aves, borregos, cabras y cerdos, 2) la siembra de maíz y frijol, en el ciclo primavera-verano, bajo condiciones de temporal, es la segunda actividad productiva que más hogares realizan en el sector rural.
La nota del día de hoy presenta algunos de los principales retos en materia de productividad que enfrenta la población que vive en localidades rurales, así como algunas posibles soluciones.
Una de las principales áreas de oportunidad en el sector rural mexicano es la ampliación de programas y políticas públicas encaminadas a aumentar la producción y la productividad de los hogares rurales.
De acuerdo con el Coneval, en el 2013, de los cuatro programas con mayor cobertura en el sector rural, tres eran de asistencia social y uno de corte productivo. Por ello, es fundamental la ampliación de programas de este tipo.
Otra área de oportunidad radica en la posesión de tierras: la mayoría de los productores (68%) no es dueña de las parcelas, lo que significa que no puede acceder a todos los apoyos productivos que están ligados a la propiedad parcelaria.
Un tercer reto es que existe poca organización de los productores para la compra de insumos, producción, comercialización y acceso a apoyos gubernamentales (menos de 11% de los hogares se organizó con estos fines en el 2013).
Finalmente, la mitad de hogares no cuenta con instalaciones adecuadas para el almacenaje de su producción, lo que se traduce en pérdidas poscosecha y limitantes en su comercialización.
Algunas de las acciones que, consideramos, podrían implementar los hacedores de políticas públicas en el sector rural son las siguientes:
Dado que más de 50% de los hogares que siembran maíz y frijol destina toda su producción al autoconsumo, acompañar programas sociales con productivos se podría traducir en excedentes de producción para ser comercializados.
Por otra parte, desvincular los apoyos gubernamentales productivos al título de propiedad parcelario incrementará el acceso a éstos y también incentivará el uso de las parcelas en abandono.
Finalmente, es de suma importancia cubrir a 100% los servicios de educación básica en las zonas rurales, así como mejorar el acceso a servicios de salud, vivienda, alimentación y de seguridad social; esto, no sólo para mejor las capacidades productivas y organizacionales de sus habitantes, sino también para que el ingreso que destinan a estos servicios sea menor y, así, este remanente pueda usarse en otros segmentos, como la capitalización de sus unidades de producción.
*Fredy Yair Montes Rivera es especialista de la Subdirección de Evaluación de Programas de FIRA.