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Opinión

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Prohibicionismo, amenaza al agro

La prohibición de la importación de maíz amarillo genéticamente modificado y del glifosato, el herbicida más utilizado en la agricultura mexicana, está generando un impacto negativo múltiple para México.

Son muchas las consecuencias y varios los frentes que se están abriendo, en caso de que procedan tales prohibiciones.

Por ahora, en el caso del glifosato, hay una especie de impasse, luego de que desde el gobierno se metiera freno al dictamen respectivo.

Y en el caso del maíz, la información es confusa. El gobierno asegura que sólo se trata de una medida que causará efecto para las importaciones que realiza el propio gobierno y no el sector privado. Pero entre los empresarios la preocupación está en su grado máximo. Y en EU las alertas están encendidas.

El hecho es que ante la inminencia de la probable entrada en vigor de tales prohibiciones, se ha resentido el sordo estallido de una bomba de alto impacto con diferentes detonaciones.

Está impactando en las relaciones comerciales de México con Estados Unidos y Canadá.

De mantenerse las políticas prohibicionistas gubernamentales podrían derivar en la solicitud de consultas y la posibilidad de una nueva disputa –adicional a la de energía–, en el marco del T-MEC. Está impactando, al interior del propio gobierno en el que se observan rudos y técnicos, en una lucha intestina.

Y está impactando en el sector productivo agropecuario, uno de los más exitosos del país, cuyas exportaciones están por alcanzar los 50 mil millones de dólares.

En primer lugar, ya despertó la preocupación de los gobiernos de nuestros dos principales socios comerciales: Estados Unidos y Canadá que han pedido directamente a la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro,  que las decisiones se tomen con bases científicas. En segundo lugar, se está observando un fuerte choque en el equipo de gobierno.

Específicamente en la secretaría de Agricultura, el titular, Víctor Villalobos afirmó que el que dicta la política agropecuaria es él. Lo dijo en respuesta directa al comentario que había hecho días antes, el subsecretario de Agricultura, Víctor Suárez, en el sentido de que “el T-MEC no es Dios, ni es nuestra constitución”.

La lucha intestina en el gobierno en torno al tema energético, se reedita, ahora en el tema agropecuario.

Y del gobierno, el choque se transmitió al poder legislativo, en donde el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, dijo que fue el presidente Andrés Manuel López Obrador quien ordenó que la Secretaría de Economía revisara con lupa la propuesta y rechazó ser el responsable de frenar el dictamen.

“El secretario de Gobernación me dijo que el presidente de la República había solicitado un estudio más profundo sobre los impactos de esta medida legislativa y que esperáramos. Estoy seguro que se le encargó a la secretaria de Economía (Raquel Buenrostro). Luego, entonces, es otra farsa y es otra mentira el que intenten culparme a mí. Lo he visto en redes”, dijo el legislador zacatecano.

Si entra en vigor la prohibición de la importación del maíz amarillo y del glifosato, el golpe a la agricultura sería extraordinario.

De acuerdo con un análisis del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas que encabeza, Juan Carlos Anaya, sin glifosato, los costos de producción aumentaría, disminuiría la producción,  obligaría a aumentar la producción de alimentos que hoy se producen en México y habría menos incentivos para aumentar la producción.

Por lo que respecta al maíz amarillo, su prohibición representaría la violación del T-MEC, además de que México le está dando la espalda al creciente uso en el mundo de los cultivos biotecnológicos.

Ya son 71 países en el mundo los que han adoptado el uso de transgénicos: 29 cultivaron y 42 importaron.

Dejar de importar maíz amarillo, sería catastrófico para la economía nacional, el sector pecuario, industrial y el consumidor.

El gobierno mexicano tiene tiempo y puede retractarse. Qué bueno que solicitó un análisis más profundo. Ojalá que el ala técnica del gobierno triunfe en favor del interés nacional. A ver.

Periodista desde 1975, ha trabajado ininterrumpidamente en periódicos, revistas, radio, televisión e internet. En los últimos 31 años se ha especializado en negocios, finanzas y economía. Es uno de los tres conductores del programa Fórmula Financiera, que se transmite por Grupo Fórmula.

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