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Puigdemont tiene póquer de ases: ¿qué hará con él?
A Carles Puigdemont le ha tocado un póquer de ases.
Frente a él tiene un solo escenario para acreditar su victoria: votar a favor de la investidura de Pedro Sánchez. De no hacerlo aceptaría el reparto de nuevas cartas. Incrementa la apuesta, pero la probabilidad de que repita el póquer de ases quedaría en el aire.
En efecto, el escenario opuesto de la reelección de Pedro Sánchez como presidente de España representaría la repetición de elecciones para romper el empate técnico que arrojaron las elecciones generales del 23 de julio.
Ni el Partido Popular (PP) ni el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) lograron acercarse a los 176 escaños necesarios para lograr la mayoría absoluta. Se quedaron lejos, requieren del apoyo de otros partidos.
La política es un campo minado.
La vicepresidenta Yolanda Díaz cometió el error de tomarse la foto con Puigdemont en el Parlamento Europeo. Díaz tiene dos roles que no puede separar: vicepresidenta del gobierno español y líder del partido Sumar.
Dice que viajó a Bélgica representando a Sumar. Falso. El puesto de vicepresidenta contiene mucha más responsabilidad que cualquier puesto partidista. El grado de madurez democrática de cualquier político lo refleja su respeto a la división de poderes. Puigdemont, judicialmente, es prófugo de la justicia española. No de la belga ni de la comunitaria, pero sí de la española.
Yolanda Díaz forma parte del Gobierno de Pedro Sánchez y, con su encuentro con Puigdemont, le obsequió al político catalán regresar a la primera fila de la política española.
El interés mediático que ha vivido su figura en los últimos dos días lo ha rescatado del ostracismo de Waterloo. Ya son casi seis años del terremoto político español ocasionado por el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 (violando dos artículos de la Constitución) y del irresponsable trabajo desempeñado por el entonces presidente español Mariano Rajoy al haber delegado su responsabilidad a los jueces, es decir, judicializó la política.
El PP de Feijóo no se ha dado cuenta que desea gobernar a España sin tomar en cuenta a Cataluña ni al País Vasco. Resulta sorprendente su actitud.
Es ingenuo o ignorante el político, de cualquier partido, que piense gobernar a España dándole su espalda a las dos autonomías.
Feijóo cree que con los vínculos que ha construido con la ultraderecha es suficiente. No es consciente de que muchos españoles que votaron al PP en las elecciones municipales de mayo no lo hicieron en las legislativas del 27 de julio por los acuerdos negociados con Vox.
Ayer, Feijóo aprovechó las peticiones que hizo Puigdemont al PSOE de Sánchez para rechazar cualquier encuentro con el partido del catalán. Una reacción naif dirigida a las gradas dominadas por Isabel Díaz Ayuso, la próxima presidenta del PP.
Puigdemont ha colocado la amnistía como objetivo central en las negociaciones con Sánchez. No amaga con un referéndum sin pactarlo con el Estado español.
La amnistía a los procesados por el referéndum inconstitucional les regresaría sus derechos políticos y la vía judicial quedará sepultada.
Se trataría de la segunda fase, ahora a petición del partido de Puigdemont. La primera consistió en la excarcelación de quien fuera vicepresidente de Puigdemont, Oriol Junqueras.
Pedro Sánchez le colocó una pista de aterrizaje al proceso independentista: el retorno del viaje ficticio que representó el referéndum independentista del 1 de octubre.
¿Qué hará Puigdemont con su póquer de ases?
Lo sabe. Si decide no apoyar a Sánchez provocará el reparto de nuevas cartas; nuevas elecciones.
@faustopretelin