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¿Qué significa invertir?
Hoy más que nunca las personas tienen perspectivas de muy corto plazo. Buscan resultados inmediatos y están acostumbrados a obtenerlos porque la tecnología nos permite hoy muchas cosas que antes eran impensables, como obtenerlos de forma casi instantánea.
A pesar de ello, en muchos aspectos de la vida, lograr resultados toma tiempo. Por ejemplo: desarrollar músculo. No podemos hacerlo de un día para otro: necesitamos un buen plan de entrenamiento y de alimentación, así como la constancia y disciplina para ejecutarlo correctamente, entre otras herramientas.
Así también si queremos construir un patrimonio. Toma años: muchas veces toda nuestra vida productiva. Se trata de ahorrar una parte de lo que ganamos, con constancia y disciplina y depositar ese dinero en un portafolio de inversión inteligente, diversificado, de bajo costo, que tome en cuenta nuestro horizonte de inversión y nuestra tolerancia al riesgo.
Lamentablemente hoy en día la gente se está acostumbrando a perseguir rendimientos de corto plazo. En invertir en activos que ya han subido mucho de precio (y por lo mismo han llegado a titulares y todo el mundo habla de ellos) o en intentar encontrar qué activo es el que va a subir a continuación.
El problema de perseguir rendimientos es que uno se olvida del riesgo, que es la variable más importante. Eso hace que la gente pierda muchísimo dinero.
Ahora bien: mucho del contenido en línea sobre “cómo invertir” se refiere a trading y está acompañado de anuncios y enlaces referidos de brokers que no están regulados y que además no operan el activo en sí, sino derivaciones o representaciones del mismo (por ejemplo, perpetuos, opciones binarias, entre otros).
Debo aclarar que el problema no es la actividad de trading en sí: hay personas que son muy exitosas con ello. Pero el trading es un trabajo de tiempo completo: requiere de mucha disciplina. Muy pocos lo logran. Hay diversas estadísticas: pero todas coinciden en que al menos el 80% de los traders pierden dinero y abandonan la actividad.
El problema es pensar que eso es invertir. No lo es. Invertir es comprar activos que generan un ingreso o un flujo de efectivo positivo. Por ejemplo: un negocio que me da utilidad (puede ser incluso una acción que genere dividendos periódicos). O un instrumento de deuda (como los Cetes o los Udibonos) que me generan intereses.
Invertir es también adquirir activos que aunque no generen un ingreso periódico, generen un valor hacia futuro. Por ejemplo invertir en acciones de empresas que crecen y que poco a poco se vuelven más valiosas.
Pero invertir no es comprar acciones de una empresa apostando a que su precio va a subir en los próximos 5 minutos. Esto es especular, pero no es invertir.
Invertir tampoco es comprar activos que generen un gasto pero que “a la larga” puedan tener algún valor.
Hace poco me contactó un lector que trabaja pero se ha dedicado a “invertir” comprando bienes inmuebles con crédito hipotecario. Trata de hacer pagos anticipados cuando puede, con su fondo de ahorro y el aguinaldo que recibe en su empresa. Lo que puede cobrar de rentas no es suficiente para pagar la mensualidad de la hipoteca. Eso quiere decir que su “negocio” le genera una pérdida cada mes (un gasto-que tiene que cubrir con su sueldo).
Pero está convencido de que es una gran inversión. Después de siete años, su esposa y él han logrado tener dos departamentos (acaban de terminar de pagar uno, el otro sigue hipotecado). Están por comprar un tercero.
Pero los ingresos que generarán las tres rentas, no logran cubrir la totalidad de las mensualidades de los otros dos. En otras palabras, esa “inversión” en lugar de darles ganancias, les seguirá significando una pérdida.
No sé cómo alguien puede pensar que esto es una buena inversión. Es como tener un “negocio” que durante siete años ha dado pérdidas. Uno podrá ser dueño del local, del equipo y de los muebles. Es posible incluso que el local tenga plusvalía. Pero no es un buen negocio.