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¿Quién gana con la polarización?
El país esta cada día mas polarizado. Desde el primer día de su gobierno, el presidente López Obrador se ha dedicado a dividir a los mexicanos entre conservadores y liberales, ricos y pobres, honrados y corruptos, Fifís que quieren preservar su privilegios y el pueblo bueno que quiere una transformación.
En estos ya más de 4 años, nunca ha tenido un discurso que busque la unidad nacional y le ha apostado con éxito a la polarización y la división de los mexicanos porque piensa que es lo que mas le conviene políticamente. Nunca ha dejado de pensar en la sucesión y en la continuidad de su proyecto y ahora que falta un año para las elecciones de 2024 su única prioridad es ganar las elecciones a como de lugar.
En la polarización las posiciones se vuelven extremas, se pierde la racionalidad y el peso de los argumentos y los seguidores de uno y otro bando se vuelven fanáticos y no aceptan la menor crítica. El fanatismo impide cualquier diálogo y convierte en sospechoso al que trata de razonar y tiene un pensamiento diferente.
Eso está pasando políticamente en Mexico, el país está dividido entre los seguidores de López Obrador que todo lo ven bien y los adversarios para lo que no ha habido nada bueno en su gobierno. López Obrador para ganar en 2024 necesita conservar el apoyo del 60% de la población, mientras que para que la oposición gane es necesario convencer a los seguidores no fanáticos de López Obrador que es conveniente un cambio.
Para lograrlo tenemos que dejar de lado la crítica extrema a su persona y a sus programas; seguir con el discurso de choque y descalificación lo único que provocará es mayor cerrazón y fanatismo.
Cuando fui candidato a jefe de gobierno del DF en 2006, el PAN me exigía atacar personalmente a López Obrador, que contaba con gran apoyo de la población, me negué a hacerlo y me dediqué a hablar de los problemas que enfrentaba la gente y las propuestas que tenía para resolverlos. El resultado fue un aumento en el voto a mi favor del 8 al 27%, votos que fueron definitivos para el triunfo de Felipe Calderón cómo presidente.
Desgraciadamente es tal el enojo de la gente que se opone a López Obrador, que esperan de los candidatos y candidatas de la oposición un discurso igual de virulento que el del presidente y se toma como traición el reconocimiento a cualquier logro del gobierno. Para ellos todo está mal y el mejor candidato o candidata de la oposición es quien se le enfrente mas directamente, más lo insulte y más descalifique al gobierno y no se dan cuenta que en la polarización los que ganan son López Obrador y los candidatos de Morena.
La gente está agradecida con López Obrador por sus programas sociales y tiene miedo que si llega la oposición esos apoyos se pierdan, por lo que la crítica extrema, a todo lo que hace el gobierno, sólo vuelve más temerosos y más fanáticos a sus seguidores.
La gente sabe que López Obrador no ha cumplido con sus promesas y que los resultados del gobierno no son buenos, pero un discurso polarizador como el que tiene la oposición sólo provoca que cierren los ojos ante la realidad.
Si queremos ganar la Presidencia y el Congreso en 2024 tenemos que dejar de descalificar a los que lo siguen, comprometernos a mantener los programas sociales, reconocer los avances que ha habido y recorrer el país con propuestas que convenzan a aquellos que no están contentos con los resultados, que el país puede ir mejor si hay un cambio de gobierno.