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RRO, clave en la transición
En los últimos días del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y a 8 días de que tome posesión la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, los rumores e incertidumbre en la cúspide del sector financiero oficial, reflejan incomodidad y generan incertidumbre.
El ruido en torno a la inminente renuncia del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, se acrecentó en los últimos días.
De la posibilidad de que dimita antes de que inicie la nueva administración; luego de la entrega del paquete económico el próximo 15 de noviembre, el cuchicheo ha pasado, en las últimas horas, a un supuesto acuerdo entre el funcionario y la próxima Jefa del Ejecutivo, que garantiza su permanencia en el cargo.
Extraoficialmente se dice que conversaron y que la primera mandataria en la historia de México le habría dado todo el apoyo al que será el primer titular de las finanzas públicas transexenal.
La inconformidad de Ramírez de la O. se generó –dicen las habladurías– porque no ha podido nombrar a su equipo.
Aparentemente, la gota que derramó el vaso fueron las declaraciones de Sheinbaum.
Cuando anunció la ratificación del Jefe del SAT, Antonio Martínez Dagnino, dijo que se mantendría el equipo hacendario.
Salvo el subsecretario de Egresos, Juan Pablo de Botton quien previamente fue designado como titular de la Secretaría de Administración y Finanzas de la capital del país por la futura jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Los rumores fueron muy insistentes prácticamente durante toda la semana pasada. Hasta que comenzó a circular la versión del supuesto acuerdo entre las partes.
La rumorología se sumó a las preocupaciones que existen entre los inversionistas y analistas económicos, respecto a la propuesta que hará el titular de Hacienda, para reducir el déficit fiscal del 5.9%, al 3 ó 3.5%.
La presunta renuncia de Ramírez de la O., luego de la entrega del Paquete Económico, generaría mucha incertidumbre porque equivaldría a “dejar la receta” a un sustituto, para que la ejecute.
El secretario de Hacienda, a pesar del bajo perfil que ha mantenido, ha logrado preservar credibilidad y confianza.
El cambio abrupto generaría preocupación y nerviosismo. Sheinbaum seguramente por eso decidió pedir su permanencia, porque el reto del ajuste fiscal, es mayúsculo.
Veremos en qué términos fue el acuerdo al que habría llegado y qué tanto margen de acción le permite la actual presidenta electa de México al responsable de las finanzas públicas.
Hasta ahora, en los pasillos de Palacio ha trascendido las diferencias que existen entre Ramírez de la O y el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio.
Tras la declaración de Sheinbaum sobre la permanencia de todo el equipo hacendario, se entendió que Yorio, permanecerá en el cargo.
La posición es clave, el funcionario ha sido eficaz y ha dado muy buenos resultados.
Veremos si las supuestas diferencias entre ellos se superan o se ahodan.
Por otra parte, viene el nombramiento del director de Finanzas de Pemex.
Es un nombramiento muy importante, porque el secretario de Hacienda ha dicho que la reestructura que se ha hecho de Pemex los ha llevado a que, ahora el enfoque se dé en el refinanciamiento de la petrolera, en donde, se involucrará de manera más directa al gobierno (Hacienda).
Hasta ahora se ha mencionado a varios candidatos al puesto. El que parece que avanza con mayores posibilidades es Juan Carlos Carpio, del equipo de Luz Elena González, designada Secretaria de Energía en el próximo gobierno.
González fue titular de la secretaría de Finanzas del gobierno de la Ciudad de México y Carpio, el director general de administración financiera.
También faltan los nombramientos en la banca de desarrollo, que se ha dicho, será objeto de profunda reestructuración.
Rogelio Ramírez de la O, sin duda, es clave en la transición y su permanencia ó renuncia en el cargo, será determinante para las complicadas finanzas públicas, incluida la “bomba de tiempo” como se considera la situación de Petróleos Mexicanos.
Atisbos
Por cierto, llamaron la atención las “recomendaciones” del presidente Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum para que no haga una reforma fiscal y mantenga los apoyos a Petróleos Mexicanos.
Entre los expertos en la materia, consideran que ya no hay mucho margen para seguir “pateando el bote” hacia adelante.
Que es necesario realizar una profunda Reforma Fiscal que eleve el bajo nivel de recaudación que tiene México.
En cuanto a Pemex, los analistas del sector, recomiendan que lo mejor sería que cambie de modelo y deje de echar dinero bueno al malo al sector refinador y que se concentre en superar sus elevados gastos operacionales.
Veremos qué decide hacer el próximo gobierno.
Al tiempo.