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Rafael Correa, el hermoso Narciso
Hubo una vez una náyade llamada Liríope que copuló con el dios del río Cefiso y dio luz a un hijo, Narciso, cuya belleza era tan extraordinaria que la hizo temer por su futuro.
Liríope sabía lo bastante de la vida como para convencerse de que la belleza extrema era un privilegio horrible, un atributo peligroso que podía conducir a nefastas e incluso fatales consecuencias.
Liríope y Narciso se dirigieron a Tebas a ver a Tiresias para que le comentara la buenaventura. Tiresias era ciego y adivino.
No temas por tu hijo, dijo Tiresias. Mientras no se reconozca a sí mismo, Narciso vivirá una vida larga y feliz.
Rafael Correa se gustaba tanto como presidente de Ecuador que un buen día decidió emprender una persecución en contra de sus críticos, los periodistas.
Por ejemplo, el presidente acusó a directivos y periodistas del periódico El Universo por el supuesto delito de injurias calumniosas. La querella se basó en un artículo de opinión publicado por Emilio Palacio, articulista y director de opinión del diario, en el que analizaba los hechos de una revuelta policial ocurrida el 30 de septiembre de 2010 en contra de las políticas de Correa. Palacio afirmaba que el mandatario dio autorización a las fuerzas armadas para disparar en su ingreso a un centro de salud en donde se encontraba el propio Correa aislado tras las protestas de policías.
Un juez falló a favor de Correa en contra del periódico imponiendo una pena de tres años de prisión y el pago de la nada despreciable cantidad de 40 millones de dólares. Palacio huyó a Estados Unidos.
El Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Edison Lanza, visitó Ecuador para evaluar la situación de la libertad de expresión en el país. ¿Con qué se encontró?
“Entre los años 2007 y 2017 la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión documentó que el gobierno de Ecuador encabezado por el Presidente Rafael Correa diseñó e implementó una política sistemática para desacreditar, estigmatizar, constreñir y sancionar -mediante el uso del derecho penal y administrativo- a periodistas, medios de comunicación, defensores de derechos humanos y opositores políticos”, señala el documento.
“(...) No obstante, esta estrategia de ataque a la prensa, defensores y opositores no se circunscribió solamente al ámbito judicial, también se utilizó el poder del Estado para estigmatizar y desacreditar. Ejemplo de esto fue el uso abusivo de la facultad legal de realizar cadenas nacionales; los actos o eventos encabezados por el Presidente de la República denominados "sabatinas", que duraban horas, eran transmitidos en directo a través de los medios públicos y eran el escenario para desacreditar o someter a escarnio a periodistas, líderes sociales o disidentes”.
Sobre el entorno del sector periodístico, el informe detalla: “El periodismo como profesión e institución fundamental de la democracia se ha visto debilitada y desprestigiada. Periodistas valiosos se han visto obligados a dejar la profesión o abandonar el país por miedo a sufrir represalias, falta de perspectivas, o han sufrido el efecto inhibitorio de las políticas mencionadas. Persiste el temor y la desconfianza entre los defensores de derechos humanos”.
Correa calificó a los medios Expreso y El Universo y a algunos columnistas de “prensa corrupta” e “ignorante” y los acusó de "mala fe" y provocar “vergüenza ajena”.
“También, entre otros actos de igual naturaleza, el 21 de enero de 2016 había cuestionado a los medios por no dar cobertura suficiente al festejo de los 10 años de su gobierno y acusó a los diarios El Comercio y La Hora de “corruptos” y de cometer “censura previa” por no publicar el acto en la portada de sus ediciones”.
Rafael, el hermoso.
@faustopretelin