Redes sociales e imagen corporal

Algunos estudios científicos han encontrado que el tiempo de uso de redes sociales afecta negativamente la imagen corporal de adolescentes y jóvenes.

La imagen corporal es el concepto que se utiliza para entender cómo cada uno de nosotros tenemos una imagen mental de nuestro propio cuerpo, incluyendo la silueta, el volumen y la forma en que mentalmente creemos que nuestro cuerpo nos representa ante los ojos de los demás. Es un concepto que ha tenido mucha importancia en los últimos años, no sólo porque se ha encontrado que nuestra imagen corporal muchas veces se encuentra distorsionada, o no corresponde a lo que mentalmente pensamos, sino también porque la imagen corporal (o sea esa recreación mental) se forma no solamente de la forma en la que “vemos” nuestro cuerpo, sino que es influenciada por ideas, imágenes, opiniones y representaciones externas de los diferentes tipos de cuerpos.

En repetidas ocasiones, el concepto de imagen corporal distorsionada es uno de los síntomas de otros trastornos relacionados a su vez con la alimentación. Así, este engranaje sumamente complejo no responde solamente a las influencias de los cuerpos que se ven, sino a las ideas recibidas de lo que “debería” ser un cuerpo, sobre todo en una época donde el cuerpo es un marcador social y de pertenencia a ciertos grupos. A partir de diferentes rigurosos estudios históricos sabemos que esta normatividad sobre el cuerpo ha ido cambiando a lo largo de la historia en función de diferentes condicionamientos sociales.

Sin embargo, una duda que persiste entre la comunidad científica y que se da como una idea recibida masivamente, es cómo los medios, en especial las redes sociales, influyen sobre la percepción de la imagen corporal. La respuesta simple y masiva es que los medios influyen a las personas, pero, ¿de dónde los medios toman las influencias, o el consenso, para encumbrar y denostar cierto tipo de cuerpo? ¿No es esto una respuesta a los acontecimientos e ideas que prevalecen en una época? Estas interrogantes son sumamente complejas de establecer a partir del método científico, pero sí contamos con estudios que nos revelan cómo hay una correlación (más no causalidad) entre las horas que los jóvenes y adolescentes pasan en redes sociales y la percepción negativa de la imagen corporal. Dicho de otra manera, entre más tiempo pasan en redes y más ven los cuerpos de otras personas, peor se sienten sobre el propio cuerpo. No se establece causalidad, puesto que no se sabe si los adolescentes que ya se sienten mal sobre el propio cuerpo pasan más tiempo en redes, o si el pasar el tiempo en redes es lo que ocasiona que se sientan mal sobre su cuerpo.

En todo caso, es un hecho que las redes influyen sobre lo que se percibe de uno mismo. Limitar su uso parece complicado en una era en la que nuestras actividades pasan inevitablemente por la conectividad a internet. Lo que sí se puede comenzar a hacer, es observar una higiene de uso de redes, en donde no solamente se haga consciencia del tiempo que se pasa en ellas, sino a quién se sigue y qué es lo que se consume, de modo que esto tenga una influencia positiva en el día a día. Parece una tarea complicada, sobre todo en el caso de adolescentes, el intentar fomentar los consumos positivos en redes sociales, más no imposible.