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Opinión

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¿Renace América del Norte?

Con bombos, platillos y “la bestia” como protagonista, se llevó a cabo la Cumbre de Líderes de América del Norte en México.

Desde la última cumbre en México en 2014, la idea de América del Norte como un concepto geo y económico-estratégico se había mermado significativamente. En los años transcurridos, la región padeció varios cataclismos: Trump, la pandemia, la crisis migratoria, y el giro hacia el estatismo de México, que le fueron restando su lustre a la idea.

Fruto de la visión esbozada al momento de la negociación y firma del TLCAN y después retomada, hay que decirlo, más por intelectuales, centros de pensamiento, y actores económicos, que por los políticos de los tres países, la idea de América del Norte, tiene como premisa central la integración económica, pero también una visión de una asociación más amplia de tres países democráticos, con culturas entrelazadas (aunque distintivas), e intereses estratégicos comunes. La idea estaba desdibujada. Estados Unidos se había replegado a sus fronteras tanto física, como metafóricamente con políticas proteccionistas, aislacionistas y nacionalistas. Canadá, estaba enfocado en minimizar los efectos negativos del giro hacia el nacionalismo populista de su gran vecino. México, se humillaba frente a Trump con una indefendible política migratoria, y se volcaba en si mismo en términos económicos y políticos.

Pero la crisis inflacionaria (propiciada en parte por los problemas de suministro globales), las crecientes tensiones entre los Estados Unidos y China, y la guerra en Ucrania, parecen haberle dado una segunda oportunidad a la idea de América del Norte. Así leo lo acontecido esta semana. Los mandatarios se reúnen en un momento en que las crisis mencionadas le dan, quizás, nueva vigencia a la idea de América del Norte. México podría ser el gran destino del “nearshoring” para acortar las cadenas de suministro – especialmente en semiconductores, elemento crítico para la competitividad regional y protagonista de esta cumbre. Los tres países pueden conformar un bloque económico para contrarrestar la influencia de China en el hemisferio. Estados Unidos y Canadá – y por qué no, México también – pueden contribuir a resolver o por lo menos mitigar las crisis en Centroamérica, Haití, Venezuela y Cuba que están inundando al subcontinente de inmigrantes. Sin duda hay oportunidades para darle un impulso a la colaboración entre estos grandes países que juntos representan un poderoso motor económico y social para el resto del siglo XXI. Los resultados de la CLAN son positivos, aunque limitados. Se firman comunicados que subrayan las coincidencias en torno a los grandes temas del momento: derechos humanos, crisis climática, seguridad, competitividad económica, y migración. Se guardan para las discusiones en corto y en privado los temas en donde hay diferendos importantes. Pero quizás lo más relevante es que juntos den realce a la idea de que este grupo de tres países existe y, por ende, que quizás pueda renacer la idea de América del Norte. Es temprano para saber si esto rendirá frutos. Varias cosas tendrán que suceder. La que más nos incumbe a los mexicanos es que nuestro gobierno tendrá que enfrentar la ineludible realidad de que la prosperidad, libertad y bienestar del pueblo de México están estrechamente vinculadas a las alianzas que establezca nuestro país y al grado en que pongamos en marcha políticas internas para aprovechar sus beneficios. Sin eso, esta cumbre se recordará sólo por las fotos.

*Miembro de la Junta Directiva del Comexi; profesor, Goldman School of Public Policy.

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