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Rescate de Altán Redes
¡Comprar una organización que resultó un fracaso empresarial rotundo y que había entrado en proceso de quiebra, no parece una muy buena decisión de negocios!
El tema económico de la semana es el anuncio del rescate de la empresa Altán Redes por parte del gobierno. El asunto es de interés público: aunque la adquisición de esa empresa la anunció el presidente de la República, en realidad los pagadores últimos de la compra serán los contribuyentes. Es decir, usted y yo lector. “Ya es de la Nación”, se dice que proclamó orgulloso el presidente López Obrador. ¡Sí, pero con dinero de nosotros!
¡Comprar una organización que resultó un fracaso empresarial rotundo y que había entrado en proceso de quiebra, no parece una muy buena decisión de negocios! Y además, no son cacahuetes lo que está en juego. Con cuidado, las autoridades han eludido especificar el monto total que estará a cargo de la banca de desarrollo por la operación. Pero no se necesita ser Einstein para comprobar que los pasivos de la entidad ascienden a más de 1.5 miles de millones de dólares. ¿Cuántas viviendas de interés social pueden edificarse con ese capital? Me pregunto si no estaría mejor invertido en obras de beneficio comunitario en los municipios mas pobres, que en rescatar a una empresa fracasada. Pero el costo de oportunidad –la aplicación alternativa de los recursos– de las decisiones de inversión de la 4T nunca se plantea en la discusión.
El rescate de la empresa Altán Redes adolece de la misma falta de transparencia que muchas de las obras de la actual administración. ¿Con base en cuáles estudios técnicos se acordó la adquisición? ¿De verdad, poniendo a la cabeza de esa empresa al señor Carlos Lerma Cotera –de quien no dudo sus capacidades– se va enderezar a un Poseidón averiado que estaba en vías de naufragio?
Lamentablemente, el caso tiene también perfiles de decisión tomada sobre las rodillas. La adquisición ya se anunció, pero en las notas periodísticas consultadas se aprecia que en los altos círculos todavía no se decide la forma específica en la cual la Secretaría de Hacienda va a administrar a la empresa.
Parece muy loable la intención del gobierno de que en los municipios más atrasados del país los habitantes tengan acceso a Internet y servicios de telefonía. Pero queda la duda si la adquisición de Altán Redes es la forma óptima de lograrlo. O vista la cosa desde otra perspectiva: ¡ciudadanos con Internet, pero en vivienda con piso de tierra, sin agua corriente ni drenaje!