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Retos y riesgos de corto plazo para la economía
Hay riesgos y costos para actuar. Pero son mucho menores que los riesgos a largo plazo de una cómoda inacción”.
John F Kennedy.
La semana pasada participé en un encuentro de inversionistas organizado por Santander; durante el evento tuvimos la posibilidad de conocer las visiones y opiniones sobre temas estratégicos de corto y mediano plazo para la economía nacional, por parte de expertos del estado (gobierno y del banco central), del sector privado y la sociedad.
De los temas abordados, hay dos son de suma importancia para la evolución futura de la economía.
El primero se refiere a la evolución esperada en este año de la tasa de referencia. Conviene recordar que después de la reducción de tasas, que se llevó a cabo a nivel mundial para reactivar la economía afectada por la pandemia, los bancos centrales elevaron las tasas para enfrentar el proceso inflacionario que a nivel mundial se presentó, en parte como resultado de las inyecciones de liquidez durante la pandemia, pero también como resultado de los choques a la oferta y a la demanda que generaron desequilibrios en los precios.
Actualmente, en la mayor parte de las economías parecería que se ha alcanzado un avance importante en el control de la inflación y que, consecuentemente se encuentra cerca el momento de empezar a hacer una corrección en el nivel de tasas. Por los comentarios durante el evento, el escenario más probable para México será uno en el que inicie a finales del primer trimestre, un proceso de reducción de tasas, pero a un ritmo mucho más lento del que hemos presentado en décadas anteriores. Usualmente, los procesos de reducción de tasas, después de un periodo de alza, tienden a ser rápidos y con recortes que varían entre medio punto y un punto porcentual cada vez. Todo parecería indicar, que en esta ocasión México tendrá un proceso más paulatino, con recortes de un cuarto de punto, buscando asegurar que no hay un repunte de precios y que no hay efectos negativos al despegar mucho la trayectoria de las tasas respecto del Banco de la reserva federal en EUA.
Probablemente en el caso de nuestro país, veríamos en todo el año una reducción cercana o inferior a los 125 puntos base y que la trayectoria de reducción continuaría lentamente durante el 2025. Ello supone un escenario menos favorable para la reactivación del crédito y, consecuentemente, de menor impacto para la reactivación económica.
Otro factor destacado, tiene que ver con el ampliamente difundido fenómeno de nearshoring.
Existe una coincidencia en que potencialmente México puede enfrentar uno de los momentos más favorables para el crecimiento económico y el desarrollo del país.
Sin embargo, hay varios factores que pueden afectar la profundidad de este efecto favorable. El primero, de corto plazo, tiene que ver con la incertidumbre que genera la potencial elección de Donald Trump como nuevamente presidente de los Estados Unidos. Una retórica de protección (que lo ha llevado a afirmar que estaría dispuesto a aceptar migraciones masivas de mexicanos para que las empresas operarán dentro de territorio de Estados Unidos), podría generar efectos incertidumbre y la reducción (aunque evidentemente no de desaparición) de las potenciales inversiones hacia México.
Parecería que los mercados ya se acostumbraron a la retórica estridente de Trump, pero es muy probable que esa estridencia en campaña y después en un escenario en la presidencia, generen factores de volatilidad que frenen la velocidad y certeza de las inversiones.
La evolución del tipo de cambio es otro factor determinante para el nearshoring. El nivel actual poco favorece al sector exportador, así como a algunas inversiones en logística industrial que cobran rentas en dólares
Se seguirán presentando condiciones de incertidumbre y volatilidad, que obligan a que, en el sector privado y el gobierno, se toman decisiones estratégicas informadas y capaces de ponderar, enfrentar y aprovechar los riesgos.