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Opinión

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Sánchez se somete a una operación populista

Pedro Sánchez ha iniciado un proceso político de implante de populismo en su persona. Ya no es él. Ahora pertenece al pueblo, diría AMLO.

Pablo Iglesias se lo advirtió: era necesario ingresar a la vorágine de la confrontación permanente no solo frente a la oposición, también en contra de los medios de comunicación.

La semana pasada el presidente de España avisó que durante cinco días se dedicaría a meditar su futuro inmediato: seguir en la presidencia o renunciar. El entorno mediático, político y judicial en contra de su esposa lo “entristeció”. Motivo suficiente para implantarse el rasgo populista.

En el populismo contemporáneo es necesario sobrevivir con base a guiones (storytelling) empaquetables en formatos de 10 capítulos a la manera de una gran serie de televisión de Netflix.

En la primera temporada vimos a un Pedro Sánchez valiente, líder y progresista  (Manual de resistencia, 2019).

Birgitte Nyborg, primera ministra de Dinamarca, realizó varios giros en su vida dentro de la serie Borgen.

Pedro Sánchez también quiso dar un giro a la manera de Birgitte. Si la danesa vivió un proceso familiar doloroso, Sánchez ejecutó una sobreactuación fantástica tras una acusación de conflicto de interés sobre su esposa. 

El gran problema para Sánchez, a diferencia de Birgitte Nyborg, es el entorno. Sánchez ha sido caricaturizado por la realidad; Nyborg fue aplaudida desde la ficción.

Pero qué broma es esta, diría el periodista español Miguel Ángel Aguilar.

AMLO envió una cuadrilla de funcionarios a Lima para dictarle instrucciones de salvamento al presidente Pedro Castillo. Transcurría el mes de diciembre de 2021, pocos días antes de Navidad.

Defiéndete de las críticas de los medios de comunicación. Golpéalos. No te dejes.

Sin experiencia en batallas políticas, Castillo justificó su golpe en contra de la Asamblea, entre otros temas, por la imposibilidad de gobernar por las críticas de los medios.

Pedro Sánchez, al parecer, tiene al mismo maestro de AMLO: Pablo Iglesias, experto en fabricar batallas en contra de medios de comunicación.

En una carta dirigida a la sociedad española, Pedro Sánchez escribe que existe una “estrategia de acoso y derribo” en contra suya encabezada por la derecha, la ultraderecha y “dos cabeceras digitales”.

Cinco días en política puede ser un sexenio. Sánchez abrió una crisis de liderazgo en España, y particularmente en el PSOE.

Sin duda su parón de cinco días terminó siendo una broma entre los países europeos.

Su amigo Zapatero trató de blanquear la dictadura de Maduro. Ahora, Sánchez hace un teatro para declararle la guerra a los medios incómodos.

En México conocemos la historia.

Sánchez ya no se pertenece.

@faustopretelin

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Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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