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Opinión

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Si Kamala Harris es la bateadora emergente, necesitará un home run

Prepárese usted, en los pasillos de poder de Washington se habla ya de Kamala Harris como quien suplirá a Joe Biden en la elección de noviembre, si el presidente finalmente se ve obligado a tirar la toalla.

Para el puesto de Vicepresidente en Estados Unidos se necesitan dos cosas que parecen contradictorias. Una humildad muy grande para aceptar, en silencio, siempre ser el número dos.  Y segundo, una fortaleza de carácter muy sólida, en caso de que se ofrezca que el número dos, de repente se convierta en el número uno.

Hace menos de un mes en Bürgenstock, en el tope de las pistas de esquí del lago Lucerna en Suiza, Kamala Harris cumplió con un encargo imposible. En medio de las crisis políticas de Francia y el Reino Unido había que mantener sólida la alianza occidental con Ucrania. La vicepresidenta no solo lo consiguió, sino que se aseguró de que en los nuevos gobiernos del Reino Unido y de Francia esta ayuda a Ucrania continuará.  Nada fácil si usted considera que los británicos estaban ya a punto de cambiar al Primer Ministro, y que los franceses anticiparon una enorme turbulencia que casi le abre a la extrema derecha las puertas de la Asamblea Nacional (Congreso) de Francia. 

Le apuesto que a pesar de lo importante que fue esta Cumbre de Paz para Ucrania, usted ni siquiera se enteró.  No es raro. Muchas veces el trabajo de la vicepresidenta de Estados Unidos pasa desapercibido.

Esto último viene ocurriendo desde que el 20 de enero del 2021, Kamala Harris se convirtió en vicepresidente número 49 de la Unión Americana.

De hecho, en Washington se dice que el trabajo que Harris ha realizado para promover la agenda económica y de seguridad nacional del gobierno de Joe Biden ha sido a la vez simbólico y trascendental. (Esto en lenguaje de Washington significa que es trabajo importante que no sale en los periódicos.)

A la vicepresidenta le ha tocado abordar de lleno el apoyo que el gobierno ha dado a los colegios y universidades históricamente negros (HBCU), y le ha tocado buscar soluciones para los muchos problemas de la salud materna en las comunidades pobres. Estados Unidos tiene aún enormes disparidades de acceso a los sistemas de salud, y le ha tocado a la vicepresidenta buscar soluciones.

Cómo es entonces que esta mujer tiene solamente el 40% de la aprobación, y el 53 % de la desaprobación nacional.

El llamado para un bateador emergente podría ocurrir pronto

La semana pasada, las consecuencias del inestable desempeño del presidente en el debate del 27 de junio se manifestaron en llamados para que abandone la candidatura demócrata a la presidencia.

A partir de hoy lunes, un creciente número de legisladores demócratas está formando un coro. Ellos proponen que la Vicepresidente Harris sea la candidata presidencial demócrata en noviembre. 

Por eso hoy también el presidente llamó por teléfono a un programa político matutino de televisión para decir que él no va a dejar la candidatura presidencial. Biden, quiere que la gente lo vea presidencial y presidenciable. Toda esta semana será el anfitrión de OTAN en Washington, el viernes viajará con su campaña a Michigan y la semana próxima tiene ya dos eventos políticos programados, uno en Texas y otro en Nevada.  

Biden está peleando por su candidatura. La semana la abrió enviándoles una carta a los demócratas del congreso diciéndoles lo mismo. Él no va a renunciar a la candidatura presidencial.

Mientras, Kamala Harris, que sabe leer las hojas de té, viajó a Nueva Orleans, la semana pasada para fríamente alentar a una audiencia de cientos de personas a rechazar lo que ella llamó…  “la dificultad de abrir caminos nuevos e incluso históricos”. 

“Les ruego que nunca escuchen que algo no se puede hacer”, dijo Harris. “Las personas que son importantes en tu vida te dirán que no es tu momento. Te dirán que no es tu turno, que nadie como tú lo ha hecho antes. 

Yo nunca escucho esos cantos dijo Kamala… “Me gusta que me digan que no. Estoy acostumbrada. Y todos los días me como varios de esos no en el desayuno”.

Lo curioso es que las encuestas que no veían a Kamala como sustituto serio de Biden, ahora están cambiando.  Un nuevo sondeo de opinión de CNN encontró que, si Harris hoy se enfrentara a Trump en la boleta presidencial, ella estaría a poca distancia de ganar la elección.  El 47% de los votantes registrados favoreció a Trump, mientras que el 45% apoyó a Harris. 

Esta semana usted escuchará a más y más demócratas decir que con esfuerzo Kamala puede cerrar ese pequeñísimo margen del 2%.  Y todavía hay más en estos argumentos.

El principal está respaldado por la parte de logística de esta elección. La vicepresidenta está en la mejor posición para recibir los fondos de la campaña de Biden, debido a que su nombre ya figura incluso en la cuenta de la campaña, porque ella es otra vez, la candidata demócrata a la vicepresidencia.  No se pierda usted este detalle, especialmente cuando el momento está tan ajustado.

Las encuestas muestran también que ninguno de los contendientes mencionados, que son varios gobernadores y que habrían podido reemplazar potencialmente a Biden, aparte de Harris, ha pasado por una investigación de antecedentes a profundidad. Además, ninguno de ellos ha sido probado a nivel nacional y ninguno podría entrar de lleno a ser candidato sin levantar dudas de que algo pudiera surgir de la obscuridad y arruinar esa candidatura.

Además, recuerde usted que el pueblo estadounidense ya eligió a quién debería reemplazar a Biden. En caso de que llegara ese momento, que era impensable hasta hace poco. Más de 81 millones de estadounidenses votaron en el 2020 por Harris para ser presidenta en caso de que algo le ocurriera a Joe Biden.

Si el partido se saltara a Harris, eso llevaría a un colapso colectivo. Y los demócratas no quieren perder. Con solo ver a Donald Trump se motivan para que su partido no pierda.

Pero, y este es un pero grande, los editoriales en toda la prensa, los activistas políticos demócratas, los donadores de dinero y ahora hasta los demócratas buscando una reelección, van a seguir presionando a Joe Biden para que esto se solucione antes de llegar a la Convención Nacional Demócrata en agosto en Chicago. Solucionar implica que el presidente renuncie a la nominación.

Todas las voces dentro y fuera de su partido no se callan diciéndole a Biden, que, si no se quita, va a dañar al proceso y al país.

Kamala, su nombre significa flor de loto en idioma sánscrito. Recuerde usted que su madre nació en la India, su padre en Jamaica; ambos científicos y profesores universitarios. Su madre trabajó en las universidades de Berkeley en California y McGill en Montreal.  Su padre fue profesor en Stanford.

La vicepresidente, que es abogado de profesión, se ganó la fama de ser desorganizada desde que llegó al senado después de servir como Procuradora de Justicia de California.  La gente que trabajó con ella en el congreso la acusó de no saber manejar su oficina.  Varios miembros del personal a su servicio, incluso debido a esa supuesta “desorganización”, renunciaron en protesta.  Después llegó la campaña presidencial y otra vez, surgieron las mismas acusaciones de desorganización. En la vicepresidencia el daño ha sido menor, pero aun así Kamala Harris exhibió públicamente su fracaso en un tema central el de la crisis migratoria.

Pero la vicepresidenta tiene una enorme ventaja a su favor, debate como gente grande 

En política, el mejor instrumento es saber cómo debatir y argumentar. La vicepresidenta ya demostró que sabe cómo imponerse.  Imagínese usted si en un debate le llegara a ganar a Donald Trump.  Eso le inyectaría un ánimo extraordinario a los demócratas del país, que hoy se ven y, algunos, se sienten derrotados antes de tiempo. Además, su candidatura voltearía las tablas y el que tendría que responder por tener una edad avanzada y por no carburar con todos los cilindros, sería Trump.  

Los demócratas tienen ahora que actuar con mucha frialdad y mucha madurez, para crear el ambiente en que Kamala Harris se convierta en su bateadora emergente, y tienen que poner en práctica una estrategia sofisticada para que Kamala Harris cumpla con su única misión: conectar un home run.

Durante tres décadas Armando Guzmán ha estado al frente de las coberturas noticiosas más importantes en Washington DC. Televisión, Radio, Prensa escrita, Internet. Armando tiene una presencia diaria en todos los medios en México y Estados Unidos cubriendo los ángulos más serios de las noticias y emitiendo un análisis imparcial, claro y a fondo. Es el periodista que más sabe y entiende lo que ocurre en Estados Unidos, y conoce y entiende también lo que ocurre en México. Conoce a las figuras nacionales estadounidenses que hacen noticia, y lo mas importante esas figuras lo conocen y respetan su trabajo.

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