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Opinión

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¿Sociedad condenada?

No hay peor sordo que aquel que se niega a escuchar, ni peor ciego a quien ninguna evidencia le convence por clara y contundente que sea. El problema es cuando la ceguera y la sordera se multiplican con consecuencias negativas para un país y una región.

Una de las mejores novelistas del siglo XX, Ayn Rand, advirtió sobre los riesgos de no entender, cuestionar, valorar y defender nuestra libertad. Sus novelas no sólo describen el autoritarismo de la época soviética, pero tristemente reflejan la realidad de muchos países latinoamericanos que, una y otra vez, caen en la misma trampa del populismo y la demagogia.

“Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos, sino, por el contrario son ellos los que están protegidos contra ti; cuando repares que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrás, afirmar sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada.”

La advertencia de Ayn Rand en La rebelión de Atlas describe la tragedia a la que muchos países están condenados cuando permiten que el odio, la división, el rencor y el resentimiento sean los motores que lleven al poder a líderes mesiánicos que mienten sistemáticamente para prometer un paraíso a mayorías desesperadas que siempre terminan viviendo en un infierno.

Hemos cometido el error de no dimensionar que la batalla por la libertad nunca termina. No basta avanzar si en un momento se descuida la lucha, pues los socialistas/populistas trabajan sin parar para manipular y destruir. Ellos necesitan de la miseria y la ignorancia para posicionarse, de la mentira para ganar y de la polarización social para mantenerse en el poder.

Ayn Rand tenía razón. Bajo un régimen socialista, te puedes esforzar para producir, generar riqueza y valor, y quienes no producen nada te pueden quitar todo y hundir en cualquier momento. Desde el poder descalifican y señalan a quienes generan riqueza, pero ellos prefieren enriquecerse traficando con favores y fomentando la corrupción (aunque afirmen que la están combatiendo.)

Los socialistas hacen la ley a modo para someter a los ciudadanos y, a su conveniencia, la violan sistemáticamente sin consecuencia alguna, pues siempre se creen superiores a cualquier orden establecido.

El camino de servidumbre que describió Hayek se pavimenta todos los días conforme se ignoran las advertencias de Ayn Rand. El único antídoto para evitar que nuestra sociedad se condene al fracaso es defender nuestra libertad unidos. Dejemos de lado el ego que nos lo impide. Es hora de evitar una catástrofe.

Twitter: @armando_regil

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Armando Regil Velasco es Presidente Fundador del Instituto de Pensamiento Estratégico Ágora A.C. (IPEA)

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