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Opinión

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Sorpresiva decisión del Banco de México

Dicha decisión nos parece sorpresiva y de cierta forma precipitada toda vez que el aumento de 25 puntos básicos en la tasa de interés no se traduciría en un control relevante de la inflación de corto plazo

La Junta de Gobierno del Banco de México sorprendió al mercado al decidir, por mayoría, aumentar el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria en 25 p.b. para posicionarla en un nivel de 4.25 por ciento. 

En el comunicado se destacó que la economía global ha seguido recuperándose con un importante repunte durante el segundo trimestre del año, si bien dicha recuperación ha sido heterogénea entre naciones y sectores.

En cuanto al panorama de la inflación mundial, se mencionó que se continúa con aceleraciones por presiones en diversas materias primas, efectos de base de comparación y otras presiones de costos por cuellos de botella en la producción. 

Respecto a la inflación en México, el reporte señaló que la reciente dinámica se ha visto fuertemente golpeada por la afectación en las cadenas de suministro y los procesos productivos de diversos bienes y servicios.

En esa línea e incorporando el comportamiento reciente de la inflación, se señaló que la actualización de las trayectorias esperadas para la inflación general y subyacente en los próximos trimestres son más elevadas que las publicadas en su último Informe Trimestral, para ahora estimar que la inflación general converja a la meta del 3.0% durante el tercer trimestre de 2022.

Además de ello, se hizo especial énfasis en que, si bien se estima que los choques que han incidido sobre la inflación son de orden transitorio, su diversidad, magnitud y el extendido horizonte en el que han venido afectando a la inflación, podrían implicar un riesgo en el proceso de formación de precios.

En dicho contexto, tres de los cinco miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México decidieron aumentar el objetivo para la tasa de interés en 25 puntos base.

Dicha decisión nos parece sorpresiva y de cierta forma precipitada toda vez que el aumento de 25 puntos básicos en la tasa de interés no se traduciría en un control relevante de la inflación de corto plazo, sino que habría que esperar a que su efecto se posicione dentro del horizonte en el que opera la política monetaria, aunado a que dicha decisión distorsiona ligeramente la comunicación con el mercado.

En ese sentido, consideramos conveniente nombrar, desde nuestra perspectiva, cuáles fueron los principales motores de esta decisión y con ello dar mayor luz de la expectativa hacia delante en la política monetaria.

Primeramente, resulta innegable la presión por parte de la Fed, ya que varios de sus miembros han empezado a vislumbrar aumentos en la tasa de referencia antes de lo previsto, y si bien la política monetaria en México es autónoma de la Fed, no se puede ignorar el gran nexo existente con Estados Unidos. Además de ello, resulta de vital importancia el cuidado del diferencial de tasas que existe entre ambos países, el cual afecta de manera directa al tipo de cambio y los flujos hacia México. 

Segundo, la sorpresiva dinámica de la inflación, la cual se ha posicionado no solo por encima de los estimados del mercado sino también muy por arriba del objetivo de Banxico alrededor del 3%, con una banda variabilidad de 1%, ha sido el principal motor de dicha decisión.

Ahora bien, las recientes lecturas en la inflación se han encontrado fuertemente influenciadas por el hecho de que la liberación de los cuellos de botella de los que hemos hablado con anterioridad se ha prolongado más de lo previsto, generando escasez y, por tanto, un fuerte repunte en el nivel de precios.

Finalmente, es interesante señalar que en esta decisión se rompió con la unanimidad presentada en repetidas ocasiones por los miembros, lo que nos muestra que aún prevalece incertidumbre inclusive dentro de la institución central y dicho aumento en la tasa objetivo podría ser la antesala de un cauteloso inicio de restricción monetaria, si bien dependerá de las próximas lecturas inflacionarias.

Por lo anterior y por el tono que notamos en el comunicado, en el cual, se confirma que el balance de riesgos de la inflación continúa sesgado al alza, hemos modificado nuestra expectativa para finales del 2021, en el cual pronosticamos que la tasa de referencia finalizaría dicho año en un nivel 4.50 por ciento. Si bien, habrá que estudiar de cerca la tan esperada convergencia inflacionaria al objetivo de Banxico.

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