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Tabasco, una vez más de Edén a infierno
Cada sexenio se envidia a la tierra de donde es originario el presidente de la república por las grandes oportunidades que se presentan y la derrama económica que eso implica. Pero para Doña Gloria de la ranchería Santana en Cárdenas, una valiente y trabajadora mujer que ya no cuenta con el seguro popular para tener sus medicinas, Tabasco ha pasado de Edén a infierno. La realidad es que hay dos Tabascos, el de “los espejitos” que venden quienes hoy gobiernan, y el de hambre y la preocupación que sufren cientos de miles de tabasqueños.
Tabasco tiene el potencial para ser un gran centro logístico, somos frontera con Estados Unidos a través del Golfo de México, tenemos riqueza petrolera, mucha agua a diferencia de otros estados que están sufriendo fuertemente su escasez, un campo con posibilidad ganadera y agropecuaria, un enorme litoral para la pesca, varios sistemas lagunares para la producción ostrícola y camaronera, así como un enorme patrimonio cultural y arqueológico.
Sin embargo, hay elementos que están impidiendo que crezcamos de manera sostenida e incluyente. Pareciera ser que la política económica en el estado del Presidente está circunscrita exclusivamente a sus programas sociales que dicho sea de paso no están combatiendo la pobreza, y a una refinería que difícilmente refinará gasolinas.
Aquí algunos números de cómo está Tabasco. En el Índice de Competitividad Estatal 2022, Tabasco está entre las 5 peores entidades en el manejo sostenible del medio ambiente y en el antepenúltimo lugar nacional en la pérdida de superficie cubierta de arboles. Somos el penúltimo lugar en falta de innovación y sofisticación en los sectores económicos, penúltimo lugar también en falta de apoyos económicos a las mujeres, en el último lugar en mortalidad infantil y último lugar en percepción de corrupción. En resumen, Tabasco es de los peores estados del país en materia de competitividad.
A pesar de que según información oficial se han dispersado más de $5 mil millones para 500 mil beneficiarios de programas sociales, Tabasco sigue siendo de los estados más desiguales de México. El 70% de la población sufre pobreza alimentaria, somos el peor lugar en este tipo de carencia, y más de 50% de la población vive en pobreza. Es decir, la riqueza que genera el proyecto federal de la Refinería y los programas sociales, no han reducido la pobreza en el estado, que todo lo contrario sigue aumentando.
A una semana de la inauguración de sólo oficinas administrativas en la Refinería Dos Bocas, ya que según los propios funcionarios de Pemex operará hasta diciembre de 2023, seguimos teniendo la tasa de desempleo más alta de todo el país, sin contabilizar más de 40 mil personas que están en el proyecto de construcción que poco a poco están siendo despedidas.
En casi 4 años de gobierno, Tabasco sigue teniendo restricciones de acceso al crédito y eliminaron todo tipo de apoyos para el campo. Tenemos un balance energético negativo, con uno de los niveles de satisfacción del servicio eléctrico más bajos del país y los peores niveles de eficiencia en la gestión del recurso hídrico; además de la red ferroviaria y de carretera avanzada menos extendidas de México.
Es verdad, Tabasco pasó de Edén a infierno. Y si a Tabasco que es la tierra del presidente no le está yendo bien, ¿qué podemos esperar del resto de México?
@PerezSoraya