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Opinión

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The Greatest night in pop: la historia de “We Are The World”

Por muchos años “We Are The World” había estado relegada a la radio de clásicos o para ser utilizada en festivales escolares de toda una generación. The Greatest Night in Pop nos invita a vivir el momento en la que un grupo de artistas entró a un estudio de grabación pensando que podían cambiar el mundo con ayuda de una canción.

El 28 de enero de 1985 más de 40 de los artistas más importantes de los años ochenta se dieron cita en los estudios A&M en Los Ángeles, California, para grabar una canción benéfica. Inspirados por Bob Geldof y la banda de Band Aid que a finales de 1984 hicieron la canción “Do They Know it’s Christmas?” para recaudar fondos para combatir la hambruna en Etiopía, “We Are The World” fue la respuesta americana bajo el nombre de USA for Africa, escrita por Lionel Ritchie y Michael Jackson y producida por Quincy Jones.

El documental The Greatest Night in Pop de Bao Nguyen, estrenado esta semana en Netflix, reconstruye los pormenores de aquella histórica sesión de grabación que incluyó a Lionel Richie, Michael Jackson, Stevie Wonder, Tina Turner, Bruce Springsteen, Bob Dylan, Diana Ross, Paul Simon, Smokey Robinson, Cyndi Lauper, Kenny Loggins, Dionne Warwick, Ray Charles, Billy Joel, James Ingram, Sheila E, Huey Lewis, Kenny Rogers, Bette Midler, Willie Nelson, Lindsey Buckingham, Al Jarreau, Harry Belafonte, Steve Perry, Hall & Oates, Kim Carnes, Bob Geldof, The Jacksons, The Pointer Sisters, Waylon Jennings y Dan Aykroyd.  

Aunque el título suena muy hiperbólico, The Greatest Night in Pop ofrece un closeup a un momento muy particular en la historia de la música. La grabación de “We Are The World” se llevó a cabo después de la entrega de los American Music Awards en una maratónica sesión en la que algunos de los nombres más reconocidos en la industria musical estuvieron en el mismo cuarto concentrados en una canción. 

A mediados de los ochenta, Lionel Ritchie, Michael Jackson, Cyndi Lauper, Bruce Springsteen y Tina Turner eran algunos de los nombres más grandes del pop. Ritchie había dejado a los Commodores hacia una exitosa carrera solista. En 1984 Jackson editó Thriller; Springsteen, Born in the USA; Lauper había conquistado las listas con “Girls Just Wanna Have Fun”, y Turner comenzaba su camino hacia la cima en su carrera solista. Los únicos ausentes del momento son Madonna y Prince, que en el documental The Greatest Night in Pop se detallan los motivos. 

Aunque la ocasión era una causa altruista, los egos artísticos también se muestran con ganas de acaparar reflectores: Stevie Wonder, queriendo incorporar una frase en Swahili, aunque el idioma no se hablara en Etiopía; Cyndi, quejándose de que el resto del ensamble no la dejaba grabar su línea solista, o Waylon Jennings, abandonando la sesión a la mitad, son algunos de los momentos más memorables del documental. El mensaje que el productor Quincy Jones colocó a las puertas de los estudios era: “Deje su ego en la entrada”. 

“We Are the World”, lanzada el 7 de marzo de 1985, fue uno de los mayores éxitos de ese año y vendió millones de copias alrededor del mundo. 

The Greatest Night in Pop mira este momento de la historia musical sin ninguna ironía ni esa trivialización contemporánea alimentada por los memes de Bob Dylan. Uno de los grandes aciertos de Bao Nguyen es buscar a algunos de los que estuvieron en aquella grabación, como camarógrafos e ingenieros, y también los testimonios de Huey Lewis, Cyndi Lauper, Bruce Springsteen, Sheila E y Lionel Ritchie. 

Inevitablemente “We Are The World” inspiró múltiples imitadores en todo el mundo (como “Cantaré, cantarás”, la versión latinoamericana con Lupita D'Alessio, Gal Costa, Julio Iglesias, Celia Cruz, Palito Ortega y otros por el estilo) y también parodias que destrozaron las nobles intenciones del movimiento, que era recaudar fondos para combatir la hambruna en África. Ahora el fenómeno de juntar artistas a grabar una canción de beneficencia parece más un acto performático y artificial que otra cosa, creado como una estrategia de relaciones públicas y un pretexto para vender más discos. 

Por muchos años “We Are The World” había estado relegada a la radio de clásicos o para ser utilizada en festivales escolares de toda una generación. The Greatest Night in Pop nos invita a vivir el momento en la que un grupo de artistas entró a un estudio de grabación pensando que podían cambiar el mundo con ayuda de una canción. 

antonio.becerril@eleconomista.mx 

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Coordinador de Operaciones Online. Periodista. Desde el 2019 escribe la columna semanal sobre música “Mixtape” en El Economista. Ha sido reportero de tecnología y negocios, startups, cultura pop, y coeditor del suplemento de The Washington Post y RIPE.

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