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Tiempo de reformar las instituciones multilaterales
Ha llegado el momento de repensar, recalibrar y relanzar el sistema multilateral. Es la hora de emprender el ya de por sí atrasado cambio estructural y funcional que las instituciones del sistema creado en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial reclaman desde hace años. El mundo necesita un sistema multilateral compuesto por instituciones que incluyan los puntos de vista del Sur Global y tomen en cuenta las necesidades de sus países y ciudadanos, dolosa y recurrentemente desestimados por el sistema actual.
Al desarrollar la mayor parte de mi carrera académica y de investigación entre la India y la República Centroafricana, pasando por Siria, y contabilizar más de dos décadas trabajando entre América Latina, el Caribe y el África Subsahariana, doy fe de la importancia del diálogo intercultural y del intercambio de percepciones entre países y regiones del Sur Global para avanzar en la construcción de un sistema internacional que trascienda la visión y los cánones exportados por el liberalismo occidental y, en muchos casos, impuestos por los países con mayor nivel de desarrollo al resto del mundo.
Como coordinador del Núcleo de Estudio sobre Sistemas Internacionales en el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales y como un longevo asociado de COMEXI, estoy convencido que el estrechamiento de vínculos entre el principal centro de análisis y pensamiento en política exterior de nuestro país con entidades similares en geografías distantes y diversas, suma y aporta desde la trinchera del pensamiento crítico y el conocimiento de las relaciones internacionales al diálogo actual sobre la necesidad de un cambio definitivo y de largo aliento en las instituciones que rigen al concierto de naciones.
Resulta imperioso incorporar nuevas voces en la configuración de un paradigma distinto que permita al multilateralismo persistir, transformarse y adaptarse a las realidades y demandas del siglo veintiuno. Voces como las de México, la India, Turquía, Indonesia, Egipto, Nigeria, Colombia, Corea del Sur o Polonia, países involucrados y comprometidos con el sistema multilateral desde su incepción durante la segunda mitad de los años 40 del siglo pasado. Voces que son más necesarias que nunca.
Iniciativas como el Pacto Global para una Migración Segura, Ordenada y Regular, el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático o la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, sin dejar de lado la no proliferación de armas nucleares o los objetivos de desarrollo sostenible, tendrían un impacto mucho más amplio y certero si contásemos con un sistema multilateral reformado y en pie.
El estancamiento de innumerables asuntos urgentes en un Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que apenas responde a las sensibilidades, temporalidades y coyunturas del mundo actual subraya la importancia de repensar la forma en que se conduce la diplomacia multilateral y constituye un ejemplo fehaciente de la necesidad de incorporar las voces y perspectivas del Sur Global en el debate y en la toma de decisiones. La epidemia por Covid 19, el conflicto en Ucrania y las consecuencias económicas, políticas y sociales de ambos hacen aún más evidente la necesidad de un cambio.
El llamado a reavivar el Movimiento de los países No Alineados ante una nueva realidad geopolítica que exige tomar partido entre potencias encontradas debe hacernos reaccionar. Es indudable que un sistema internacional pensado y concebido para hacer frente a los retos del siglo pasado es insostenible e ineficaz para dar respuesta a las problemáticas y las demandas del siglo 21, del cambio climático a los derechos de las minorías.
*El autor es asociado del COMEXI. Escritor, periodista y diplomático. Su libro más reciente, “África, radiografía de un continente”, llegará a librerías este verano bajo el sello de Taurus.
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