Lectura 4:00 min
Transforma por completo tus finanzas personales paso a paso (1 de 4)

Para tener una vida sana, plena y feliz, necesitamos equilibrio. Esto es cierto en casi todos los aspectos de la misma. Una buena salud requiere, por ejemplo, una alimentación balanceada y actividad física. También necesitamos ser capaces de nivelar el tiempo que dedicamos al trabajo, a las relaciones sociales, a la familia y a nosotros mismos.
El dinero, como hablamos siempre en este espacio, es parte importante de la vida porque lo usamos para todo y lo necesitamos incluso para cubrir nuestras necesidades más básicas, como comer o vestir. Al igual que otros elementos, también debemos manejarlo en armonía con nuestras necesidades y prioridades. De lo contrario, nos puede causar mucho estrés y meternos una presión que no necesitamos. Por eso la educación y la planeación financiera son tan importantes y deben ser parte integral de nuestro plan de vida.
Afortunadamente, tener una buena relación con el dinero no es tan difícil. A mucha gente le cuesta trabajo porque han aprendido vicios y han vivido momentos de connotaciones financieras negativas. Para poder aprender, tienen que desprenderse de esos prejuicios que les han construido.
Aquí mismo he explicado que construir un patrimonio es, de hecho, bastante sencillo: se requiere simplemente ahorrar una parte de nuestro ingreso, siempre, con constancia y disciplina; invertir ese dinero de manera inteligente durante toda la vida en un portafolio diversificado que tome en cuenta nuestros objetivos de inversión y nuestra tolerancia al riesgo; no adquirir deudas y no olvidarnos de proteger lo que estamos construyendo.
Pero empecemos por el principio. A continuación una guía paso a paso que nos permitirá empezar:
Conoce tu punto de partida. Eso significa hacer un balance personal, que no es más que una fotografía de cómo están tus finanzas personales hoy.
Necesitas conocer lo que tienes (tus activos) y lo que debes (tus pasivos). Hoy en día es muy fácil. Basta entrar al portal de las instituciones financieras con las que trabajamos y sacar el saldo de todas nuestras cuentas.
No hay que poner el valor actual de nuestros autos a menos que los estemos pagando (haya un crédito automotriz). En este caso podemos ir a algún portal especializado (o un sitio de compra-venta de automóviles como Kavak) y obtener un valor estimado. El auto es un bien que pierde valor mes a mes, así que sólo es una referencia.
Si somos dueños de un inmueble, vale la pena poner su valor aunque ya lo hayamos terminado de pagar. También podemos darnos una idea de en cuánto está el valor del metro cuadrado en nuestra zona, visitando portales inmobiliarios (o viendo en cuánto se están vendiendo propiedades similares a la nuestra).
El balance personal nos permite saber muchas cosas, por ejemplo, el tamaño de nuestro patrimonio (que no es más que una resta: lo que tenemos menos lo que debemos). Pero también podemos tener un panorama claro de qué tan endeudados estamos y a qué plazos.
Conoce en qué gastas y en dónde se te va el dinero. Parece mentira pero hay muchísima gente que no lo sabe. Entender en qué gastas te ayuda a conocerte mejor y así, a tomar mejores decisiones.
Si no llevas un registro en una app, en un papel o en una hoja de cálculo, empieza por sacar tus recibos y estados de cuenta y empieza a hacerlo. Es importante mencionar que el registro por sí sólo no te resuelve nada, pero sí te da información poderosa que te servirá después para construir un plan de gastos que sí te funcione. De esto hablaremos más adelante en esta serie.

