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Turismo gastronómico e inversiones verdes
Este 27 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Turismo, promovido por la Organización Mundial del Turismo de la ONU. Este año, el lema del día es “Turismo e inversiones verdes”. Con esta conmemoración anual, así como sucede con otras temáticas importantes para la sociedad, como el Día de la Salud, del medio ambiente, etc., se pretende concientizar sobre el papel del turismo como un factor de desarrollo económico y desarrollo sostenible de las naciones.
No solamente se trata de promover el turismo, sino de concientizar sobre los retos a los que nos enfrentamos de manera global. Por ejemplo, cómo hacer que el turismo vaya en sintonía con los objetivos de desarrollo sostenible, sobre todo en el respeto al medio ambiente y en crear las condiciones para que las futuras generaciones puedan gozar también de todos los recursos que hoy tenemos. En el ámbito del turismo, es indudable que una gran parte de los visitantes a otros lugares, lo hacen teniendo en cuenta la dupla gastronomía y turismo. Es raro que cuando se visiten otros lugares diferentes al de origen, no se piense, por lo menos, en conocer otros platillos o probar las especialidades del lugar que se visita.
Así como esta dupla históricamente nació de manera indisoluble, hoy el turismo gastronómico también enfrenta sus propios retos en desarrollo sostenible. Por ejemplo, en la explotación de los recursos naturales o cultivos endémicos de ciertas regiones para satisfacer a turistas que llegan en busca de los sabores de chefs que idean sus platillos bajo la innovación de utilizar ingredientes comestibles poco conocidos en una región. Sin embargo, al volverse masivos estos esfuerzos gastronómicos, en muchas ocasiones la explotación de especies endémicas por satisfacer la construcción de un platillo hace que se explote ese recurso de manera indiscriminada.
Otro ejemplo de los retos de desarrollo sostenible radica en la manera en la que los recursos alimentarios se distribuyen de manera inequitativa. Los habitantes de una región que podría ser un atractivo turístico que atrae a miles de personas, viven en condiciones de inseguridad alimentaria, en parte, porque la oferta se destina a los turistas con precios que no pueden pagar los propios lugareños.
Dentro de la escena del turismo gastronómico existe también una tendencia que apunta a llevar a los turistas a experiencias centradas en la explotación de ciertos recursos naturales para la elaboración de ciertos productos alimenticios. Este tipo de experiencias en muchas ocasiones resultan una puesta en escena romantizada de las condiciones de producción de ciertos alimentos, que alejan al turista de las verdaderas condiciones de producción. Aunque en esencia, el objetivo máximo de un turista es, en general, vivir experiencias placenteras en sus estadías, por otro lado, la concientización sobre cómo se produce algún alimento en específico podría generar acciones conjuntas para enfrentar los retos de producción.
La sobreexplotación de recursos naturales para satisfacer la demanda del turismo de ciertos productos alimenticios que son sumamente valorados (como en el caso de algunos mariscos, o en la fabricación de ciertos embutidos) es un tema controversial en esta relación. Es hora de que las experiencias turísticas también se centren en la realidad no como una manera de ofrecer experiencias negativas, sino como una forma de acercar a las personas a otras realidades para realizar acciones conjuntas y colaboraciones que puedan mejorar las condiciones de vida globalmente.