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Un propósito superior
El escritor indio-británico Salman Rushdie decía que las únicas personas que ven la imagen completa –él la llama “the big picture”– son quienes son capaces de salirse del marco. La frase de Rushdie hace hincapié en que la capacidad para salir de nosotros mismos y observarnos desde otro lado es fundamental para crecer como seres humanos. Esa habilidad nos da una mayor perspectiva y permite separar el estímulo de la respuesta.
Estamos viviendo momentos de perplejidad en México y en el mundo. Incertidumbre, complejidad sanitaria, volatilidad económica, inestabilidad política... Algunos, esperan la llegada de un mesías que les resuelva los problemas... Otros –los empresarios con sentido de trascendencia- fortalecen sus organizaciones para transformar la sociedad.
Es claro que el empresario no puede solo, requiere del consejo de otros, ver el mundo desde múltiples perspectivas. Para pensar más y mejor se necesita de la ayuda de los demás. La identidad y los valores se forman a través de la relación con otras personas. Como lo explicaba el filósofo británico Roger Scruton, el mundo social emerge a través de la libre asociación, arraigada en la amistad y en la vida comunitaria.
En esta época del año concluimos los ciclos académicos. Esto me ha dado oportunidad de platicar con los empresarios que decidieron regresar a las aulas para invertir en su perfeccionamiento directivo. Una generación de empresarios valientes que se aventuraron a cursar un programa en una escuela de negocios en medio de la incertidumbre marcada por la pandemia del Covid-19.
Los empresarios me comentaban que entre los aprendizajes más importantes de la coyuntura actual ha sido la importancia de la resiliencia, la necesidad de innovación constante y la relevancia de la responsabilidad social. La interacción con otros empresarios que también se han visto afectados por la coyuntura actual les ha permitido mirar más lejos y más alto. También les ha provocado cambios de actitud.
Alejandro Armenta, profesor decano del IPADE, explica que la actitud es una disposición del ánimo que tiende a manifestarse de diversos modos (en la forma de hablar, en la conducta e, incluso, en el semblante). Las actitudes están asociadas a los hábitos y se relacionan con sus elementos: un modo de ver la realidad, una reacción afectuosa y una capacidad para actuar con determinación y constancia. Para lograr un cambio de actitudes es necesario es necesario ver el mundo desde una perspectiva distinta.
La coyuntura y la confrontación de puntos de vista distintos a los suyos, ha hecho a algunos de los empresarios con los que he conversado a aspirar a más, a querer trascender e institucionalizar sus organizaciones
Las instituciones son guardianes de los valores que la sociedad desearía ver preservados a lo largo del tiempo. Los empresarios entienden que los valores permiten que una institución vaya más allá de nuestra propia mortalidad.
Es decir, las instituciones son algo más que meras organizaciones. En la medida que una organización adquiere una identidad distintiva, se convierte en una institución. Esto implica adquirir valores, formas de actuar y crecer que se consideran importantes por sí mismos.
Peter Drucker, en “The Age of Social Transformation” (1995) cuestiona: Si en una sociedad cada organización se preocupa sólo por su propia misión. No reclama poder sobre ninguna otra cosa. Pero tampoco asume responsabilidad por nada más. ¿Quién, entonces, se ocupa del bien común?”
El propio Drucker responde invitando a los empresarios en equilibrar dos requisitos aparentemente contradictorios. Las organizaciones deben desempeñar competentemente la función para lo que existen: la escuela para enseñar, el hospital para curar a los enfermos, la empresa para producir bienes y servicios. Pero la sociedad requiere que estas organizaciones asuman una responsabilidad social: trabajar en los problemas y desafíos de la comunidad.
Muchos empresarios mexicanos han entendido lo que Drucker decía a finales del siglo pasado: las empresas deben ir más allá de sus misiones específicas. En medio de la perplejidad del escenario actual, los líderes empresariales que logren ver the big picture (el escenario completo) podrán asumir un compromiso para que todos los involucrados descubran que el viaje tiene un propósito superior.