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Opinión

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Una mirada macroscópica de la brecha digital

A pesar de que el acceso a la conectividad es un elemento esencial para la inclusión social, para el desarrollo económico y la formación educativa, la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2023, realizada por el INEGI junto con el IFT, revela que 18.8% de los mexicanos mayores de seis años o 22.5 millones de personas, aún no son usuarios de internet.

Esta cifra no solo refleja la falta de acceso a la tecnología, sino una brecha digital que perpetúa desigualdades socioeconómicas, educativas, informativas, entre otras.

¿Quiénes son los desconectados? De acuerdo con un análisis de The Social Intelligence Unit (www.The-SIU.net), la ENDUTIH 2023 revela que la probabilidad de no ser usuario de internet varía significativamente en razón de diversas características sociodemográficas.

Por ejemplo, el género influye escasamente en la brecha digital, tal que 19% de mujeres y 18.6% de hombres no tienen acceso a internet. Sin embargo, la diferencia se vuelve notable al considerar el tipo de localidad habitada, la probabilidad de desconexión es casi 20 puntos porcentuales mayor en áreas rurales (14.5%) que en urbanas (34.0%).

Geográficamente, la brecha digital es especialmente pronunciada en estados como Chiapas, en el que la probabilidad de no ser usuario de internet asciende a 40.1%, seguido por Oaxaca (29.4%), Veracruz (28.2%), Guerrero (27.3%) y Puebla (26.1%). Estas entidades enfrentan retos específicos como la falta de infraestructura y cobertura de los servicios de telecomunicaciones, exacerbados por la dispersión poblacional y un relieve complejo.

Otras barreras de acceso a la conectividad. La edad también juega un papel crucial en la desconexión digital. La probabilidad de no usar internet incrementa dramáticamente en personas mayores de 55 años, con un 30.8% para aquellos entre 55 y 64 años y 60.8% para mayores de 65 años. Este grupo etario a menudo percibe a la tecnología como compleja y poco relevante para su vida diaria. No obstante, el creciente número de servicios disponibles en línea, como el caso de la banca y los trámites gubernamentales, ha fomentado la alfabetización digital y confianza entre los adultos mayores, facilitando su integración en la sociedad digital.

Otro factor determinante es el estrato socioeconómico. Las personas pertenecientes al más bajo registran la mayor probabilidad de 37.4% de no usar internet, incidencia que impacta a aproximadamente 8.8 millones de individuos. La menor escolaridad también está fuertemente correlacionada con la falta de uso de la conectividad. La probabilidad de no ser usuario de internet es de 81.9% entre aquellas personas sin escolaridad y de 36.9% para las que cuentan solo con educación primaria.

Estas estadísticas subrayan la necesidad de políticas públicas que mejoren las competencias digitales desde una edad temprana y de programas que faciliten el acceso a dispositivos y servicios de internet. Las intervenciones deben ser mulitfactoriales, incidiendo tanto en la disponibilidad de infraestructura de conectividad como en las barreras educativas y económicas.

A partir de todo ello, la ENDUTIH 2023 no solo nos proporciona una mirada macroscópica de la brecha digital en México, sino que también revela las áreas prioritarias a incidir.

Las barreras al uso de internet —residir en localidades rurales, vivir en el centro-sur del país, ser mayor de 55 años, pertenecer a un estrato socioeconómico bajo y tener baja escolaridad— son desafíos que deben ser abordados de manera integral. Solo a través de esfuerzos coordinados y permanentes entre el gobierno, la industria y la sociedad civil, México podrá avanzar hacia una verdadera conectividad universal, asegurando que nadie quede atrás en la era digital.

@ernestopiedras

Director General de The Competitive Intelligence Unit

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