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¿Una tormenta imposible?
Quedan 30 días para la cita electoral. Al momento, solo una medición publicada —por la encuestadora de cabecera de Xóchitl Gálvez— refleja una contienda cerrada. Una abrumadora mayoría sostiene lo contrario.
Solo un hecatombe podría cambiar la ruta de la elección presidencial. En el entorno frentista hay poco lugar para la alacridad, pero una minoría informada sostiene que en el páramo nacional, cualquier chispa provocará un incendio imparable.
¿Cuál sería la mecha? ¿Una torpeza en el manejo de las variables económicas? Con Rogelio Ramírez de la O a cargo del equipo hacendario, no hay modo. ¿Una ruptura entre los morenistas? ¿La irrupción de un movimiento insurgente? ¿Un videoescándalo? ¿Un regicidio?
Los estrategas digitales de Xóchitl Gálvez —que incluyen a su hijo Juan Pablo y al publicista Aldo Campuzano— mantienen la ruta trazada hace 10 meses, al margen de los partidos, y sin conexión directa con el movimiento cívico que emergió a finales del 2022 en defensa de las instituciones democráticas.
El rechazo a los políticos tradicionales fue un catalizador aunque su leitmotiv está en el anti lopezobradorismo. Y si bien entre sus convocantes hay personajes vinculados a distintas formaciones partidistas, la articulación ha sido esencialmente digital, como reacción a la ofensiva cuatroteísta contra el INE, en primera instancia, y después contra el Inai y la Suprema Corte.
La marea rosa ha sumado a grupos de todo tipo, con sus propias reivindicaciones; no tienen líderes que las representen y su enojo contra la 4T ha permitido que se mantengan unidos, ahora en torno a la candidatura presidencial de Gálvez.
El actual régimen los desdeña por ser fifis, aunque no le son indiferentes; por lo mismo, más de una vez —falsamente— les ha señalado, por presuntos intentos de desestabilización. Ahora mismo, se trata de ganar la elección presidencial… y de impedir la concreción del “Plan C”.
La marea rosa tomó las calles en el 2023, pero no inundó las urnas en el Estado de México. Algunos atribuyen ese fenómeno a la candidatura de la priista Alejandra del Moral, aunque la mayoría elogian la valentía de la excolaboradora de Alfredo del Mazo.
Dentro de dos semanas, la sociedad civil antiAMLO volverá a las calles. Esa protesta autoconvocada servirá como parámetro para medir su ánimo, antes de la cita electoral. No hay dirigentes políticos o partidos detrás de la convocatoria al evento. Pero hay una causa concreta: moverse para impedir el triunfo del “Plan C”.
Esa movilización puede dejar ver un nuevo tipo de elector: ciudadanos de a pie que al margen de los partidos y de las organizaciones gremiales, quieren ser sujetos de la acción política. Y si ellos se expresan contundentemente, Jorge Álvarez Máynez no podría negarse a su mandato. Tendría que conceder la declinación…
Efectos secundarios
POSTDEBATES. El informe recibido por los consejeros electorales es contundente: el segundo debate presidencial resultó —en términos de audiencia— uno de los más vistos de la historia de la televisión. Los ratings de los programas previos y las mesas de discusión que siguieron al evento transmitido por el INE, reflejan que la mesa de análisis que más audiencia generó fue la de N+ (Televisa) en la que participaron Denise Maerker, René Delgado, Raymundo Riva Palacio y Leo Zuckermann, entre otros y que, entre televisión y redes sociales, fue vista por 4.3 millones de personas a nivel nacional. Lo esperable es que el interés de la ciudadanía se amplié a medida que la elección presidencial esté más próxima.