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Viacrusis de un paciente con cáncer de piel para que el IMSS le cubra
Isolde A es una imparable. Fue diagnosticada con melanoma, un cáncer de piel muy agresivo que le diagnosticaron hace 4 años y que se convirtió en metástasis extendiéndose por todo su cuerpo con tumores que no podían operarse. Pero tuvo la fortuna de reaccionar magníficamente a la inmunoterapia. Es uno de los casos que en los próximos años podría significar la cura de este cáncer.
Pero para que esa probabilidad se sostenga ella requiere estar tomando ahora otro tratamiento de última generación -la terapia blanco- que cuesta 140,000 pesos cada 21 días. Es su último recurso porque su organismo ya no responde a ninguna otra opción. Es de esos padecimientos que implican gasto catastrófico porque puede llevar a la ruina a las familias, pero el punto es que sí hay una opción para controlar la enfermedad.
Isolde es derechohabiente del IMSS desde los 90s, pero en vez de cubrirla, ha recibido maltratos, ninguneos y discriminación; hoy está exigiendo que dicho instituto le haga efectivo su derecho a la salud como indica la Constitución y le cubra su tratamiento de alto costo que le mantiene viva.
Ella es imparable, ama la vida y está decidida a agotar los recursos para poder seguir tomando su tratamiento, para no recaer y volver a estar al borde de la muerte.
Es una de cientos de pacientes mexicanos con este cáncer que la medicina les ha abierto una alternativa prometedora. Y para poder continuar con su recuperación necesita hacer efectivo como derechohabiente su derecho a ser atendida y tratada como la ley le ampara; como su abogado Héctor Pérez menciona, el Estado mexicano tiene la obligación de cubrirla y no dejarla desamparada.
El medicamento que necesita Isolde es una combinación de Mekinist y Tanfilar -son los nombres comerciales- de la farmacéutica Novartis, que fue lanzado hace 5 años y que es una gran esperanza de cura para el cáncer.
Por ahora su obstáculo es que ni los abogados del IMSS ni el jefe de Oncología del Centro Médico Siglo XXI, Sinuhé Barroso Bravo, aceptan dar su visto bueno para que el Instituto la cubra con el tratamiento. Y aquí se presenta un caso de ética médica donde se supone que el médico debe darle prioridad al paciente y convencer a la institución de que sí le cubra, pero aquí tal parece que el médico en vez de ver por la vida de su paciente, prefiere no meterse en problemas y sólo cumplir órdenes.
Isolde recurrió a las instancias judiciales y le dieron la razón. Ya ganó un amparo hace un año. El 22 de marzo de 2022, el Juzgado Décimo Quinto de Distrito en Materia Administrativa, dictó sentencia en el Amparo Indirecto 1169/2019 a favor de Isolde.
El juez dio la orden al IMSS de darle a Isolde su tratamiento como lo requiere. Pero los abogados y los médicos del IMSS han hecho de todo para no cumplir y es la hora en que ella sigue buscando y presionando para que le cumplan. Simplemente está defendiendo su derecho a vivir.
La resolución judicial la ampara y protege. La orden es que la Unidad de Atención Médica de Alta Especialidad del Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, garantice de forma inmediata el derecho a la salud de Isolde A. y le suministre los medicamentos dabrafenib y trametinib (nombres de las sustancias activas). Pero aun con todo y esa resolución no ha sido posible que el IMSS cumpla porque sus médicos dicen que no necesita esa terapia.
Es la palabra de los médicos del IMSS contra la de otros oncólogos expertos que sí admiten el riesgo de que Isolde retroceda si interrumpe la toma de los citados.
Un caso de discriminación por ser blanca
Recién Isolde se enteró de que el IMSS sí compra el tratamiento que ella necesita y se lo están dando a al menos otro paciente. Entonces la pregunta que se hizo fue: ¿porqué a otro sí y a ella no? Resulta que ella es de origen caucásico, y se dio cuenta que en el IMSS la están discriminando por ser de piel blanca.
Es un caso donde el sistema público mexicano se niega a cubrir una enfermedad que afecta principalmente a gente de piel blanca.
En el país se estima hay unos 750 casos de este cáncer de piel, a quienes el estado mexicano les está dando la espalda y están muriendo en forma prematura. El melanoma es un cáncer que ataca en etapas jóvenes; se manifiesta desde los 30 años, y el promedio de vida para ellos está siendo de 6 meses a 2 años. Es decir, están muriendo muchas personas en plena etapa productiva, algo que no debería permitirse cuando ya existe una opción médica que les puede cambiar para bien su perspectiva radicalmente y pueden salvar la vida. La realidad es que en vez de ello, todos esos pacientes -si no tienen seguro privado- están muriendo en el desamparo.
Cuando se quiere se puede
Cuando hay disposición de lograrlo sí se puede. Y ahí está el caso del sistema público de Australia, país donde está la mayor prevalencia de melanoma, que decidió cubrir a todos los australianos afectados con esta enfermedad y está salvando vidas. Negoció con la farmacéutica para adquirir las cantidades necesarias de terapias, y buscando hacer corresponsables a los pacientes les está pidiendo cubrir 30 dólares al mes. Es un ejemplo de que sólo es cuestión de tomar decisiones; cuando hay esa intención de hacer valer el derecho a la salud de sus habitantes, los gobiernos encuentran la manera de conseguir la cobertura.