Buscar
Opinión

Lectura 4:00 min

#VotoLibre

Ni el Zócalo capitalino ni los símbolos patrios ni la defensa de la Constitución pertenecen a un sólo bando. Pero a dos semanas del arranque formal de las campañas por la Presidencia de México, subsiste la polarización en el escenario político. Y la sociedad civil organizada parece asumir su papel como actor principal en el proceso electoral. Al margen de los partidos políticos, contrapuesta con el gobierno federal.

¿Autoritarios contra demócratas? La reaparición de Lorenzo Córdova en la arena pública —11 meses después de su salida del consejo general del INE—resultó exitosa en lo esencial: en ciernes —advirtió— un plan para desmantelar las conquistas de las últimas tres décadas en la alternancia. Ante el peligro, ni la democracia ni la Constitución se tocan.

La defensa de la norma constitucional y de las instituciones del Estado democrático, bajo amenaza por las iniciativas empaquetadas en el llamado “Plan c” del Ejecutivo federal y que han sido abrazadas sin cuestionamientos por la abanderada presidencial del oficialismo.

“La Constitución no es propiedad de nadie en particular o de una parte de nuestra sociedad. Es algo que nos pertenece a todos”, planteó, “o en la Constitución  cabemos todos o se acabó la democracia”.

Los ciudadanos, en defensa de la Constitución, esperan definiciones de las candidatas presidenciales. Y advierten sobre el riesgo una “reinstauración autoritaria” que —según Córdova Vianello— desmantelaría los logros democráticos de las últimas generaciones.

La defensa de la libertad, en cualquier caso, no es sólo tarea de la clase política o la elite gobernante. Y cuando quedan 15 semanas para la cita en las urnas parece tomar rumbo una masa ciudadana que decidió ignorar los augurios de los encuestadores y politólogos.

La Cuarta Transformación ha utilizado los artilugios de la comunicación política contemporánea. Han colocado al “Plan c” dentro de la agenda de la campaña presidencial y buscan formatear a la opinión pública para el inminente debate sobre el  futuro de la Nación. Que siga la polarización es la consigna.

El Manifiesto por la Democracia fue signado por los líderes de más de 250 agrupamientos ciudadanas y nuevamente, los ciudadanos sin membresía rebasaron a las organizaciones convocantes, para tomar la calle, en defensa de la democracia y las libertades. Ya no fue la defensa de la Corte, del INE o del Inai, sino del paquete de reformas constitucionales presentado por AMLO hace dos semanas y que “buscan desmantelar el sistema democrático, eliminar los contrapesos y hacer de la Constitución un lugar en donde solamente caben los que hoy son mayoría”.

La marea rosa se hizo presente y evitó la propaganda a las candidaturas presidenciales. En 130 centros urbanos de México y el extranjero fueron “marchas por la democracia”. La ciudadanía salió a las calles para reclamar respeto a las reglas vigentes y advertir sobre “abusos e irregularidades” que ponen en riesgo la autonomía de las instituciones, la transparencia y el sistema democrático.

Efectos secundarios

REVIRE. Acuerpada por los gobernadores y la plana mayor de la 4T, incluidos los participantes del juego de las corcholatas, Claudia Sheinbaum acudió a la sede central del INE para solicitar registro como candidata presidencial de la coalición Sigamos Haciendo Historia. Después de enlistar un decálogo de promesas continuistas, se dio tiempo para criticar “la falsedad e hipocresía de aquellos que hablan o marchan por la democracia y antes hicieron promovieron fraudes electorales y omitieron la compra de votos”. La alusión al exconsejero presidente, fue directísima: alguien en el ejercicio de sus funciones “olvidó respetar a los pueblos indígenas promoviendo la discriminación y el racismo”.

Periodista y columnista de El Economista, autor de Doña Perpetua: el poder y la opulencia de Elba Esther Gordillo. Elba Esther Gordillo contra la SEP.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete