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Vulnerabilidad digital de los niños
No me cabe la menor duda que una de las grandes preocupaciones en materia del uso de las nuevas tecnologías de la información es la referente a la seguridad de los menores de edad. Múltiples interrogantes se abren cuando sabemos que un menor abre la puerta de su vida privada o intimidad a un mundo de observadores desconocidos que sin mayor cuidado pueden usar y abusar de la información que el menor comparte.
Recientes estudios han comprobado que la incursión de los menores de edad a los entornos digitales sin el debido acompañamiento de los padres ocasiona muy desafortunados hechos que acaban por vulnerar de manera grave sus derechos. De igual manera, el comportamiento de los padres en estos entornos se vuelve una guía de referencia para los menores sobre como interactuar en dichas plataformas.
Recientemente las universidades de Michigan y San Francisco presentaron un estudio sobre el comportamiento de los padres en el manejo de los datos personales de los menores en redes sociales y los resultados son preocupantes. El 81 % de los bebes recién nacidos ya tienen presencia en redes sociales, el 56% de los padres comparten información potencialmente vergonzosa de sus hijos, el 51% comparte datos de localización de los menores y el 7% comparte información inapropiada de los menores a su cargo.
Estos datos nos deben alarmar pues revela la falta de cuidado de aquellos que deben propiciar las mejores condiciones de secrecía, confidencialidad de la intimidad o privacidad de los menores. Estos datos nos revelan como los padres de familia están contribuyendo de manera sistemática a la difusión de los datos de los menores siendo los primeros en violentar, la imagen, la vida privada y el honor de sus hijos.
Los padres que comparten esta información no acaban de entender que dicha difusión no sólo expone a sus hijos al ridículo en etapas posteriores, sino que puede traer consecuencias lamentables en el presente. Quienes observan o reciben esta información asumen que la misma no es tan privada y por lo tanto se vuelva susceptible de ser compartida, replicada, difundida a otras personas. Como podrás imaginar la imagen o los datos de estos pequeños acaban estando en manos de todos desde el amigo cercano hasta redes de pornografía infantil.
Esta fenomenología conocida como sharenting empieza a cobrar algunas consecuencias desafortunadas. Los padres de familia al compartir las imágenes de sus pequeños en situaciones familiares simpáticas o ridículas no acaban de ver que con dichas publicaciones el menor (niño o adolescente) no gana absolutamente nada, de hecho, la regla general es que normalmente pierde. Escenas de escarnio por parte de sus compañeros, cyberbullyng o en el peor escenario secuestros o incorporación de las fotos a redes de tratas de menores de edad, son las acciones cotidianas que produce el compartir esta información.
La formación de los padres de familia y en general de los adultos respecto al comportamiento en los entornos digitales se vuelve apremiante. Desafortunadamente muchas de las acciones que han acompañado a este tema están enfocadas a la parte reactiva del problema cuando el menor ya ha sido expuesto a los casos referidos anteriormente. Las acciones preventivas de acompañamiento, de formación y de educación deberían haber implicado programas intensos para los padres respecto a los efectos del mundo digital en su entorno cotidiano. Desafortunadamente hoy, ello es escaso.
Es urgente entender que la protección de datos de los menores de edad corresponde primariamente a los padres y que si estos no activan los mecanismos necesarios de cuidado de la información y de ejemplo de comportamiento en los entornos digitales, nadie velará por el cuidado de dichos datos y de la correspondiente privacidad e intimidad de los menores. Y tú ¿Qué tratamiento le das a las imágenes de tus hijos, nietos, sobrinos o conocidos menores de edad?
*El autor es Doctor en Derecho. Actualmente es director de la Licenciatura en Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana. Es integrantes del Sistema Nacional del investigadores de México. Preside la Asociación Coorperación Iberoamericana de Transparencia y Acceso a la Información. Autor, coautor y coordinador de 15 libros en materia de libertades informativas.