¿Ya le pudo cobrar México a Cuba por el petróleo?

Por cómo se dio a conocer, no parece que el gobierno haya querido que los mexicanos supiéramos que ha estado entregando parte del petróleo mexicano a los cubanos. Pero, ya que se supo, tampoco pudo disputar lo que Marianna Prárraga de Reuters reportó en agosto del año pasado: que, en el transcurso de unos cuatro meses, Pemex le había entregado unos 2 millones de barriles de crudo a Cuba. A valor de mercado, representarían más de 120 millones de dólares – 20 veces lo que México le donó a Turquía y Siria en 2023 como ayuda humanitaria ante el terremoto.

Ya con la noticia afuera, la canciller Alicia Bárcena le puso bastante más color a la historia. Entrevistada por Eric Martin de Bloomberg en septiembre pasado, dejó ver que las entregas de petróleo mexicano a Cuba, al menos hasta ese momento, en realidad eran regalos. Específicamente, habló de donaciones a través de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Hacia adelante, reconoció, sería mejor buscar cobrar por ese petróleo.

“¿Por qué no? Se tiene que ver cómo se puede hacer eso, con qué tipo de transacción”, explicó Bárcena en lo que parece una referencia a la complejidad de llevar a cabo transacciones comerciales con Cuba, que sigue sancionada por el gobierno de Estados Unidos. La realidad es que, en México, “tenemos una situación financiera. No es fácil donar”.

Rápida y muy específicamente, Octavio Romero, el director general de Pemex, aclaró que la petrolera no le ha donado petróleo a ningún gobierno extranjero. Y, por si alguien tenía la duda, enfatizó que no estaba mintiendo. Desafortunadamente, no pudo (o no quiso) cerrarle la puerta a la hipótesis más simple: Pemex podría estarle donando, parcial o completamente, a la AMEXCID. La AMEXCID, a su vez, a Cuba. El resultado final sería el mismo. Para ponerlo en términos sugerentes, la verdad molecular del petróleo mexicano parece ser que llegaba a Cuba sin recibir contraprestación alguna del beneficiario final.

Pero a mediados de octubre, los medios ya reportaban que las entregas de crudo mexicano a Cuba llegaban a 2.8 millones de barriles (equivalentes a unos 200 millones de dólares). Ahí la retórica del presidente López Obrador se terminó alineando con la lógica más comercial de la Canciller. “En todo lo que nosotros podamos ayudar al pueblo de Cuba lo vamos a hacer, para que no les quede ya ninguna duda, porque ―incluido petróleo― porque es un pueblo que está padeciendo un bloqueo inhumano, injusto, y nosotros no podemos darle la espalda al pueblo de Cuba.

Y no tenemos que pedirle permiso a ningún gobierno extranjero porque nosotros somos un país libre, independiente, soberano. Entonces, en todo lo que podamos ayudar. Si nos dicen: ‘Véndannos petróleo porque no tenemos cómo adquirirlo’, claro que sí.” El presidente de Cuba no se tardó en agradecerle esta solidaridad.

Claro que esto no permite descartar que el gobierno de México le haya seguido regalando a los cubanos parte de nuestro petróleo. Pero sí que entregar va empezar a rimar más con vender que con regalar. Sólo queda cruzar los dedos para que la estructura comercial que usen no termine violando las sanciones de Estados Unidos contra Cuba. Porque la lupa está puesta.

La semana pasada, el director de las Américas del think tank CSIS, Ryan Berg, publicó un nuevo reporte: “2023: un año de petróleo mexicano para Cuba”. ¿Se acuerdan de la columna del senador Marco Rubio en El Universal al final del año? La suya ya no es la única voz advirtiendo del asunto desde Washington.

@pzarater