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Yo no olvido al año viejo
Ahora que nos encontramos por cerrar las puertas del 2021, y mientras nos preparamos para recibir al nuevo año, es inevitable recordar todo lo que tuvimos que pasar para llegar a este momento. En primer lugar, es claro que este año muchos vivieron en carne propia la terrible tragedia que representa perder a un ser querido por la pandemia o la dificultad para sacar adelante a una familia en medio de los problemas económicos que el Covid-19 generó. A todos ellos, mi solidaridad y mis oraciones.
Reflexionando con la ventaja del tiempo transcurrido, creo que si el año anterior nos trajo cambios súbitos y profundas disrupciones, el 2021 fue un año donde gradualmente nos hemos ido adaptando a una nueva realidad.
Desde la perspectiva de salud, en el presente año atestiguamos el inicio de la vacunación masiva contra la Covid-19 en casi todo el mundo. Fue un suceso sin precedentes, no solamente por la velocidad con la cual se desarrolló la vacuna (que para otras enfermedades ha llegado a tomar hasta diez años), sino también por la cantidad de recursos materiales y humanos que se dedicaron a esta actividad en todo el mundo.
A medida que surgen nuevas mutaciones del virus evaluaremos qué tan efectivas son las vacunas desarrolladas. Hasta este momento, las vacunas han funcionado aceptablemente bien en contra de la variante Delta y la variante Omicron del Covid-19, pero el hecho de que haya nuevas variantes es sin duda un llamado de atención para que que no relajemos nuestras precauciones y para que se evalúe de modo permanentemente el desarrollo de nuevas variantes. La vacuna nos ha permitido vivir con el Covid-19, pero de ninguna manera lo desaparecerá.
El desarrollo y aplicación de la vacuna permitió levantar las restricciones de movilidad que fueron impuestas a lo largo del 2020, y que afectaron profundamente a la economía del mundo. Aunque no podemos aún calcular a ciencia cierta cuál será el costo económico de la pandemia, el Fondo Monetario Internacional (IMF) ya calculó que en el 2020 el PIB del mundo se contrajo en 3.1%. Gracias a los apoyos monetarios y a otros estimulos financieros que la mayoría de los países del mundo inyectaron a sus economías, se espera un rebote del PIB mundial de alrededor del 5.9% en este 2021. Veremos.
Porque a pesar de que son buenas noticias, debemos ser conscientes de que esta recuperación pende de alfileres. Por un lado, se asume que la economía continuará con un nivel relativamente estable de actividad, que no habrá nuevos cierres de labores ni restricciones a la movilidad por el Covid-19. Adicionalmente, se asume que todo el dinero que se ha destinado a la recuperación llegará sin retrasos a sus destinatarios, y que no existirán nubarrones geopolíticos en el escenario internacional que aumenten la incertidumbre para los negocios.
Asimismo, existen otros elementos que pueden poner en riesgo esa recuperación. Si bien los apoyos a los que nos referimos impidieron que la economía se colapsara de manera más aguda, difícilmente el mundo podrá continuar funcionando a base de gasto y deuda: de algun lado deben salir los recursos para pagar por estos rubros. Por ello, se han planteado una serie de incrementos a los impuestos, resaltando el acuerdo de los países del G20 para establecer un impuesto mínimo global de 15%. No está claro aún si todos los países del mundo coincidan en esta propuesta, y cuándo lo aplicarían.
Finalmente, tenemos que transitar urgentemente hacia el desarrollo de nuevas habilidades laborales y educativas para la población. La pandemia solamente ha desnudado la gran necesidad que existe de contar con gente preparada en aspectos tecnológicos y digitales. En el futuro cercano cada vez más actividades se desarrollarán de manera virtual, e incluso algunas de las labores más tradicionales como la minería o la construcción, se apoyarán en las tecnologías que la pandemia ha venido a acelerar. Si no tenemos una población conocedora y preparada en estos temas, la reducción de la desigualdad será más difícil.
El 2021 dejó aprendizajes que ojalá recordemos el enfrentar los retos del 2022.
¡Muchas felicidades!
*El autor es académico de la Universidad Panamericana; previo a eso, desarrolló una carrera de veinte años en el gobierno federal en temas de negociaciones comerciales internacionales.
Twitter: @JCBakerMX