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Opinión

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Youtube, los datos que no son

Vaya ruido el que ha provocado en el medio publicitario de nuestro país la forma en que los directivos de YouTube manejaron hace una semana, en un evento que esa plataforma organiza cada año al que denomina Brandcast, la información sobre los alcances entre la población mexicana de los contenidos audiovisuales que se transmiten o difunden a través de la misma.

Primero, porque pretenden darle alcance nacional a los resultados de una medición que realiza Nielsen IBOPE sobre los hábitos de consumo de los mexicanos mediante las pantallas de televisión en los hogares, tomando en consideración el consumo de plataformas de streaming, medición que todo indica que aún se encuentra en fase experimental y que según declaraciones de directivos de Nielsen se perfilaría para estar lista en una versión más acabada como fuente única, cuando más pronto, a finales de este año. Hoy en día, el tamaño de la muestra para esa medición no tiene la representatividad para usar sus resultados de manera conclusiva como lo hicieron los directivos de YouTube. No se entiende que hayan recurrido a un truco de este calibre, sobre todo porque se trata de un agente económico sujeto a un escrutinio público en muchos países.

Por otro lado, otros datos sobre el alcance entre los mexicanos resultan inconsistentes con la información de la más reciente Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales publicada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, donde claramente se observa que el consumo de contenidos a través de televisión abierta y televisión de paga es muy superior al consumo de contenidos audiovisuales vía “plataformas que no requieren pago para ver contenidos por Internet”, como es el caso de YouTube.

Justamente llama la atención que YouTube haya hecho como si no existieran datos publicados por una autoridad mexicana, y en su lugar solo haya utilizado información que no está suficientemente validada. Esa forma de utilizar la información es propia de organizaciones que sacan provecho de la asimetría en la información, que abre espacios para el manejo de información con menor transparencia y en muchos casos, se traduce en que un jugador tenga una posición dominante en determinados mercados, lo que seguramente es uno de los aspectos, entre otros, que la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) revisó en la investigación de oficio que llevó a cabo entre el 10 de agosto de 2020 y el 21 de junio de este año, sobre las prácticas en el mercado de publicidad digital.

En este contexto, resulta evidente que es necesario reforzar la transparencia en el mercado publicitario de nuestro país y que haya una metodología plenamente aceptada por todos los jugadores en el mercado, para evitar comportamientos estratégicos que no son virtuosos para la competencia efectiva.

Por ejemplo, resulta complicado creer que el consumidor mexicano de contenidos audiovisuales se comporta con un perfil más propio de países con ecosistemas digitales muy avanzados, donde la velocidad promedio de acceso a Internet es mucho más alta que la que se observa en México y con un ingreso promedio más elevado que el que se registra en nuestro país, y donde por lo mismo existen condiciones para que haya un consumo multipantalla más consolidado, frente al perfil que se observa para consumidores de economías con un nivel de desarrollo similar a la nuestra.

Ahí está el caso de los consumidores del Reino Unido, cuyos hábitos de consumo de contenidos audiovisuales son reportados anualmente por OFCOM, el órgano regulador de los sectores de telecomunicaciones, radiodifusión y por supuesto el ecosistema digital de aquel país, a través de una encuesta denominada “Media Nations”.

En la versión más reciente de la misma, OFCOM reporta que los británicos consumen, en promedio, 4 horas 28 minutos diarios en forma de contenidos audiovisuales. De estos, 161 minutos, es decir el 60 por ciento del tiempo, lo dedican a consumir contenidos transmitidos o producidos por la televisión, abierta y de paga, mientras que al consumo de contenidos a través de plataformas como Youtube solo dedican 46 minutos, es decir, únicamente el 17 por ciento del total.

Así que, mientras que en nuestro país YouTube busca sorprender a los anunciantes con una radiografía que no es, en el Reino Unido está claro que la televisión tiene cuerda para rato. Los números del IFT dicen algo similar para México.

*El autor es economista.

@GerardoFloresR

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