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El año que fue
Termina el 2024 y la perspectiva de un mejor 2025 no se percibe en el panorama mundial. Un menor crecimiento económico, el ascenso de los populismos, y las guerras que amenazan con expandirse, son la constante en el planeta. El retorno de Trump a la presidencia de los Estados Unidos, es sin duda el fenómeno central que provoca el fortalecimiento de la democracia iliberal y el aislacionismo cuyo objetivo es evitar el libre comercio como mecanismo para impulsar la riqueza y simultáneamente reducir las tensiones propia de los nacionalismos irredentos
Si bien la rueda de la historia no puede retroceder en el tiempo, pretender reconstruir pasados heroicos construidos sobre mitos insostenibles en la realidad, aviva la chispa de las guerras de conquista y la defensa de mercados cerrados que únicamente benefician a los protegidos del régimen autoritario en turno.
La invasión rusa a Ucrania y el sostenimiento de una lucha prolongada por parte de Putin en un intento por permanecer indefinidamente en el poder, ligada a las ambiciones de China sobre Taiwán y retorno del trumpismo, hacen del resurgimiento del nacionalismo un riesgo todavía presente, y que pudiese llevarnos a conflictos regionales de grandes dimensiones.
Por otro lado, la guerra desatada desde el 7 de octubre del 23 por Hamás y Hezbollah contra Israel, terminó provocando la caída del eje fundamentalista patrocinado por Irán, y que incluía además a la Siria de Assad, las milicias chiitas en Irak y los hutíes en Yemen. Todos y cada uno de ellos perdieron gran parte de su poderío militar y abrieron el camino para una nueva alianza Occidental con los regímenes sunnitas moderados. Sin embargo, la política aislacionista proclamada por Trump deja en la total incertidumbre el escenario de posibles acuerdos en función de los intereses particulares del próximo presidente norteamericano.
En el caso mexicano, el refrendo otorgado por la ciudadanía a la 4T y el alineamiento casi total de Claudia Sheinbaum a su predecesor, ponen en duda la posibilidad de una rectificación de rumbo con miras a evitar una crisis financiera derivada de finanzas públicas seriamente comprometidas. El bajísimo crecimiento del país en 2024 y la mala proyección del mismo para 2025, permiten pensar en un año sumamente complicado.
La fórmula Trump-AMLO, que funcionó para que cada uno hiciera lo que quisiera con su economía y su política de seguridad, no es ya viable. A México se le acaban los dineros públicos, y la nueva estrategia de seguridad no alcanza todavía a proporcionar resultados efectivos.
El común denominador de todos estos nuevos regímenes de la democracia iliberal es la búsqueda de enemigos ficticios que se encuentran siempre en los medios de comunicación críticos al sistema, y en el poder judicial independiente. A los dos se les pretende destruir para consolidar el autoritarismo institucional.
Así es como hemos retrocedido en este 2024. Feliz Año Nuevo.