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Opinión

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La causalidad y sus derivadas en la planeación agrícola del mundo

Perspectivas con RJO’Brien

Trump tomó posesión del cargo el lunes y rápidamente publicó varios decretos presidenciales que marcan ya la tendencia de su Administración, basada principalmente en la defensa de los intereses de Estados Unidos.

Una acción de castigo arancelario contra algunas naciones por parte de Estados Unidos creó una reacción que deriva en castigo equilibrante en un sector muy especifico, el campo

Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Hoy tras saludarte, nos ocuparemos del principio de causalidad. Una acción, genera una reacción.

Hace ya unos cuantos años, cuando la saga de la película “The Matrix” nos tenía en el filo de la butaca, y disfrutábamos de adrenalina en una nueva experiencia cinematográfica, se nos quedaba en la mente de manera permanente un diálogo entre los protagonistas y un mercenario.

El mercenario explicaba con un acento francés muy marcado que todo lo que sucede en nuestro entorno es el resultado de la causalidad. Y la causalidad derivaba de una acción y su inmediata reacción.

La permanente interacción de la causa y el efecto. Donde la capacidad de elegir se anulaba por aquellas entidades con poder que creaban esa condición como una ilusión.

Los eventos sucesivos tras la acción original y la reacción inmediata quedaban atrapaos en una desencadenada reacción tipo nuclear, una partícula menor se torna inestable, impacta un núcleo y lo obliga a dividirse.

Cuando eso sucede, el por qué y la razón original se eliminan dejando como resultado una nueva realidad. O al menos la sensación de un nuevo entorno producto de la causalidad por encima de la capacidad de elección.

La administración de la Casa Blanca en los albores de su mandato ha generado una secuencia de causalidad increíblemente disruptiva, la acción la sabemos, le llamamos aranceles, la reacción la suponemos, la llamamos retaliación, pero el resultado lo desconocemos aún.

El agente de disrupción pretende conocer la resultante, sin embargo, en este acontecer, sin certeza, lo que resulta es un espacio de alta volatilidad e iliquidez.

Si regresamos a la saga “The Matrix” el mercenario, con una acción especifica provoca una reacción en una persona ajena al plano de los protagonistas, asumiendo que la reacción de dicha persona terminaría generándole una ventaja especifica; sin embargo, en su cálculo, nunca contemplo que la acción original, también provocaría una reacción paralela en su contra, y de esta reacción no intencional, derivó la oportunidad para que los protagonistas obtuvieran lo que buscaban.

El por qué y la razón se eliminaron, y la elección paso a ser diseño de quien temporalmente ejerció un nuevo poder sin que estuviese así diseñado.

¿A qué viene todo esto? Bueno pues en breve estaremos develando poco a poco los eventos derivados de la causalidad arancelaria, algunos sectores productivos en el mundo serán afectados por una acción que les obligara a reaccionar en consecuencia para equilibrar el estatus quo perdido, y en el avance multidimensional, es muy posible que terminemos viendo como la acción disruptiva pierda su motivo original y estemos tratando cosas y escenarios en una nueva realidad no solicitada.

Vayamos al grano ahora si me permites. Una acción de castigo arancelario contra algunas naciones por parte de Estados Unidos creó una reacción que deriva en castigo equilibrante en un sector muy especifico y al que le dedicamos la vocación profesional.

Estamos hablando del campo. China responde con aranceles a la importación de productos agrícolas norteamericanos, la Unión Europea hace lo propio y muy seguramente algunas otras naciones estarán en breve sumándose.

Estratégicamente, la idea será reaccionar en contra de sectores estratégicos para los que se infrinja algún dolor económico, y de esa manera intentar frenar al agente de disrupción en el afán de aligerar el ataque arancelario.

La administración de la Casa Blanca reconoce el contraataque y compensa temporalmente con un apoyo al campo. Les dedica como pago directo a superficie sembrada 10,000 millones de dólares para una amplia gama de cultivos. Lo anterior acontece justo cuando arrancan las labores de siembre y si el escenario de negocios no era propicio para el campo y pudiera haber resultado en una reducción integral de áreas sembradas.

La ayuda paternalista le regresa al campo norteamericano un estímulo que se había perdido para sembrar como si las cosas en lo económico estuvieran bien.

Lógicamente que el efecto de sembrar no garantiza el éxito, hay mucho clima aun de por medio; sin embargo, al menos en los números, deberíamos estar contando con una intención de siembra amplia para Estados Unidos.

Sudamérica aun tiene que terminar de definir su campaña agrícola, les falta aun terminar los cultivos tardíos, nuevamente el clima es el agente de medición sobre éxito o fracaso una vez que la siembra de dichos ciclos tardíos ya está prácticamente finiquitada y los resultados de sus cultivos tempranos, son ya conocidos y suficientes.

Si te das cuenta, hablar de las relaciones normales entre oferta y demanda resulta en una charla aún más estéril que la narrativa que te describí recién.

Reconocemos que el trato temporal de aranceles, y barreras no arancelarias como un “Jones Act” en esteroides para el trato de fletes marítimos en Estados Unidos nos deja un espacio de alta indefinición en el que una acción, deriva en una multiplicidad de reacciones, y producto de ello, ante tal causalidad solo queda recordarte que vivimos en constante volatilidad. ¿Estás en buenas manos?

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